Inspiración e influencias: 12 artistas nos hablan sobre la vida y la creatividad en Finlandia

En este fascinante itinerario de descubrimiento, vamos a acercarnos a una selección de artistas afincados en Finlandia, para que ellos mismos nos cuenten cuáles son las ideas que animan e inspiran sus obras.

La naturaleza finlandesa atrae a numerosos artistas que, influidos por ella, se refugian en los bosques en busca de momentos de calma meditativa o deciden establecer su estudio cerca de zonas naturales. A menudo utilizan o representan en sus obras materiales naturales: madera, arcilla, hojas, pétalos de flores o, en el caso de una de las artistas que les presentamos, incluso alas de pájaros muertos.

Los artistas de este artículo no solo nos han contado cómo plasman en sus obras sus reflexiones sobre la biodiversidad, los ecosistemas, el uso que se le da al suelo y la relación entre el ser humano y la naturaleza, sino que, además, ahondan en la sociedad moderna, el ser humano y cuestiones como la identidad y la comunidad.

Hemos visitado y entrevistado a 12 artistas en sus estudios, por toda Finlandia, y ellos nos han contado cuál es el origen de su arte, cómo lo crean y qué esperan conseguir con él.

Anni Hanén, artista plástica

En un estudio de arte con grabados colgados en la pared, una mujer posa con uno de sus brazos apoyado en la manivela de una antigua imprenta.

Foto: Minna Kurjenluoma

La artista plástica Anni Hanén (n. 1981) a menudo pasa horas tomando notas sentada bajo un árbol, o al final de un embarcadero, perdiendo la noción del tiempo. Pero donde siente más feliz es en alta mar, sumida en la soledad.

Su profunda conexión con la naturaleza tiene su origen en una infancia libre y feliz.

“Prácticamente, crecí en un bosque”, dice. “No tenía un jardín propiamente dicho, ni muchos amigos, ni juguetes, pero me sabía de memoria cada árbol, cada roca y cada tocón de mi bosque. Cuando entré en la escuela en el primer grado, ya era toda una pequeña guardabosques. A mi madre le preocupaba mi adaptación a la vida real”.

La pequeña estampa en blanco y negro de una flor aparece insertada en una estampa más grande, en color, de un ramillete de flores amarillas.

Small (Pequeño), de Anni Hanén.
Foto: Minna Kurjenluoma

Hanén se adentra en los recuerdos de su infancia en varias de sus obras. Sus últimas creaciones se han inspirado en un terreno que acaba de adquirir, donde la vegetación original había sucumbido ante las especies invasoras.

“Me marcó el acto de eliminar las especies invasoras y los cambios que, por el hecho de hacerlo, llegaron a mi vida”, afirma. “Ha sido todo un proceso de limpieza y sanación. Ahora la parcela ha rejuvenecido y en ella florecen plantas autóctonas y otras introducidas por sus antiguos habitantes”.

Hanén le da mucha importancia a la elección de los materiales. Por ejemplo, sus cianotipos, realizados según un método del siglo XIX, se imprimen en sábanas que han pertenecido a su familia desde principios del siglo XX. Hanén disfruta de la parte física del proceso.

“Al sumergirme en el proceso creativo, el mundo que me rodea se desvanece, y ahí es cuando de verdad siento que estoy progresando”, afirma.

Camilla Vuorenmaa, artista plástica

Una mujer con ropa de trabajo posa sentada en el suelo de un estudio de arte, delante de varios cuadros grandes apoyados en la pared.

Foto: Minna Kurjenluoma

La artista plástica Camilla Vuorenmaa (n. 1979) intenta plasmar en su obra la singularidad y peculiaridad del ser humano.

“La forma en que los seres humanos afectamos a nuestro entorno y a las personas que nos rodean me resulta fascinante”, afirma. “Cada individuo es importante y cada persona influye profundamente en su comunidad. Me intriga lo interconectados que estamos todos, cómo funcionamos en grupo y cómo hacemos para encajar y evitar el rechazo”.

El rostro y los hombros de una mujer aparecen pintados en colores oscuros sobre un fondo rojo.

Dark side Leia (Leia, la del lado oscuro), de Camilla Vuorenmaa.
Foto: Jussi Tiainen

Vuorenmaa ha ahondado en estos temas explorando, por ejemplo, la cultura de los pescadores y de los atletas. En sus obras emplea distintos materiales y técnicas: pintura, talla en madera y multimedia. Suele comenzar su trabajo fotografiando a los protagonistas.

“Elijo materiales que se adapten a la finalidad prevista y a la emoción que deseo expresar en mi arte”, dice Vuorenmaa. “La madera tiene un fuerte componente físico y un agradable aroma, pero al mismo tiempo es bastante tosca”.

En cambio, el lienzo aporta una suavidad que puede ser el complemento para ciertas obras de arte. Las obras de arte temporales y para lugares específicos también juegan un papel importante, ya que una obra con una vida útil más breve supone menos presión para el artista.

Kihwa-Endale, pintora y poeta oral

Una persona con el pelo muy corto posa sentada en el suelo de un estudio de arte con cuadros en la pared.

Foto: Minna Kurjenluoma

Kihwa-Endale (n. 1992) es pintora y poeta oral. Su trabajo gira en torno a la reflexión y a tender puentes entre distintas realidades, por lo que suele pintar sobre espejos.

“Quien contempla el cuadro se convierte inmediatamente en parte de la historia al pasar ante él, aunque solo sea momentáneamente”, dice. “He querido usar espejos porque sugieren que las historias de todo el mundo, independientemente de sus orígenes, están conectadas”.

Kihwa-Endale, afincada en Helsinki, es de origen coreano y etíope, y ha vivido en distintas partes del mundo. Es consciente de que el arte y los espacios artísticos influyen significativamente en la creatividad, el activismo y la creación de comunidades.

Un cuadro en el que aparecen los hombros y las cabezas de dos personas, apoyadas la una en la otra, sobre un fondo azul brillante.

The Bell Rings and We Are Someone’s Daughters Again (El timbre suena y volvemos a ser hijas de alguien), acrílico sobre espejo, de Kihwa-Endale.Foto: Minna Kurjenluoma

“Cuando decidí estudiar arte, no me veía reflejada en lo que se enseñaba en nuestra escuela o en los espacios artísticos que visitábamos”, dice. “A veces aquello me impedía reconocer que yo también era una artista”.

“Habría tanto potencial para que los espacios artísticos y los artistas animaran a más gente a comprometerse con su propia creatividad. Me parece importante descentralizarme de mi arte, para poder permanecer abierta a la cocreación con los demás y con el mundo que me rodea”.

Como una extensión de su trabajo artístico, Kihwa-Endale ha creado un proyecto comunitario llamado Kairos, que replantea espacios y prácticas artísticas, principalmente organizando en Helsinki diversos actos culturales, desde círculos de poesía hasta exposiciones de arte, en los que las diferentes narrativas pueden confluir y explorar distintas expresiones artísticas.

Matti Aikio, artista plástico

Un hombre vestido con ropa de abrigo, posa en un bosque.

Foto: Minna Kurjenluoma

El artista sami Matti Aikio (n. 1980) es también pastor de renos. La cría de estos animales es una parte fundamental de la cultura sami, al igual que la caza y la pesca.

Los sami son el único pueblo indígena reconocido en el área de la UE. Su territorio septentrional, llamado Sápmi, está dividido en cuatro partes por las fronteras de Finlandia, Suecia, Noruega y Rusia.

En Finlandia hay unos 10 000 sami y constituyen una minoría lingüística y cultural.

En su arte, Aikio explora la singular conexión del pueblo sami con la naturaleza, una relación que, en su opinión, contrasta con las perspectivas de la sociedad moderna en general. Para el artista, estas diferencias son la raíz de muchos conflictos.

“Para que la cultura sami sobreviva, necesita una conexión con la tierra, donde pueda practicarse de manera tradicional”, afirma. “Como cada vez hay menos oportunidades, nos estamos quedando sin lugares a los que ir”.

Dos imágenes superpuestas en blanco y negro: Una muestra unos renos pastando y la otra una turbina eólica.

Fotograma de Oikos, un vídeo de Matti Aikio.
Foto: Matti Aikio

Procede de una estirpe de firmes defensores de los sami, ya que tanto su padre como su abuelo lucharon en defensa de sus derechos. El arte de Aikio no busca el activismo, ni la mistificación de la cultura sami, sino poner de relieve los problemas de los sami a través del arte.

En sus obras combina imágenes en movimiento, sonido, texto y fotografías. Sus largos procesos de trabajo requieren de una intensa labor de investigación y recopilación de material.

“Mi objetivo es crear un arte que dé al espectador la libertad de interpretarlo, pero lo ideal es que también le ofrezca la oportunidad de cambiar su perspectiva”, nos explica Aikio.

Por ejemplo, el uso de los recursos naturales y los proyectos de construcción relacionados con la energía libre de fósiles son procesos que tanto Aikio, como sus compatriotas sami, consideran parte de una larga continuidad.

“Nuestras tierras están consideradas como vírgenes, como tierras de nadie que pueden explotarse continuamente”, afirma. “Los sami nos estamos oponiendo a la forma en que se llevan a cabo los proyectos”.

Paula Humberg, fotógrafa y bioartista

Una mujer posa en un bosque sosteniendo una pequeña red con un mango largo.

Foto: Minna Kurjenluoma

La fotógrafa y bioartista Paula Humberg (n. 1983) se inspira en la ciencia y la conservación de la naturaleza. La lectura de publicaciones científicas forma parte de su proceso creativo.

“A través del arte como vehículo, puedo sumergirme libremente en aquellos temas de investigación en Biología que me resultan fascinantes”, afirma.

En sus obras emplea técnicas muy diversas como, por ejemplo, los microscopios, esenciales para retratar organismos que a simple vista resultan invisibles. Durante su estancia en Perú, Humberg utilizó la videografía en time-lapse para documentar las polillas en una reserva natural y en los alrededores de una zona residencial.

“A juzgar por las imágenes que obtuve, se aprecian diferencias visibles entre las especies de polillas de los dos entornos”, afirma. “Esas mismas diferencias también han sido detectadas en otros estudios”.

Sobre un fondo azul oscuro, aparecen manchas fluorescentes de color naranja y azul claro.

Dispersal: Slot A1 at 72h (Dispersión: Franja A1, al cabo de 72h), de Paula Humberg.
Foto: Paula Humberg

Humberg se muestra especialmente preocupada por la deforestación. La observación de especies específicas puede aportar información sobre la biodiversidad del ecosistema.

Durante su estancia en Groenlandia, Humberg se embarcó en un proyecto colaborativo sobre polinizadores con la bióloga finlandesa Riikka Kaartinen. El número de moscas ha ido disminuyendo mucho con los años en la región.

Para abordar el estudio utilizaron un pigmento fluorescente que se activa con la luz ultravioleta y capta visualmente la polinización. El experimento dio lugar a unas hermosas obras de arte, llenas de los destellos de las dríadas de ocho pétalos (una planta con flores que crece a ras del suelo) brillando en la tundra que, por lo demás, suele ser oscura.

“En Groenlandia sentí una sensación de logro al darme cuenta de que había sido capaz de unir los mundos de la Biología y el arte”, dice Humberg.

Paavo Halonen, artista contemporáneo y diseñador independiente de estampados

Un hombre con chaqueta de cuero posa sentado en un taburete en medio de un estudio de arte en desorden, en el que también hay un ganso disecado.

Foto: Minna Kurjenluoma

Paavo Halonen (n. 1974) es un polifacético artista y diseñador independiente. Además de sus actividades artísticas, Halonen ha dejado su impronta creativa diseñando estampados para Marimekko, una conocida marca finlandesa de textiles y ropa, y creando los decorados televisivos de un famoso programa-concurso de repostería.

“Me intrigan profundamente los diferentes medios visuales y su capacidad de influencia en la gente”, afirma.

En su arte contemporáneo, Halonen recurre a materiales reutilizados o desechados, ya que no quiere producir ni introducir en el mundo más objetos innecesarios.

“Los materiales usados cuentan sus propias historias”, afirma. “Vengo del campo, y quiero sacar a la luz aspectos olvidados de este patrimonio popular nuestro, que se está desvaneciendo. Utilizo objetos utilitarios desechados y los combino con elementos de la naturaleza”.

Sobre un pedestal, la escultura de una persona con varios pájaros de colores volando alrededor de su cabeza, o posiblemente saliendo de ella.

Don’t you ever, de Paavo Halonen.
Foto: Minna Kurjenluoma

Con las crisis globales, la pandemia y la guerra de Ucrania, su pensamiento ha evolucionado aún más.

“Me di cuenta de que no bastaba con ensalzar la naturaleza”, dice Halonen. “He ido a buscar las raíces de nuestros problemas sociales y de las catástrofes, y eso me ha llevado a insistir en la responsabilidad humana por el bienestar de la naturaleza y de nosotros mismos”.

Halonen se inspira y aprende en sus viajes y también con la gente con la que trabaja. Cuantos más proyectos realiza, más equilibrio aportan estos a la vida solitaria del artista.

“Inspirándome en mis raíces luteranas y en el tiempo que pasé en Italia, decidí incorporar símbolos religiosos y santos a mi obra”, dice Halonen. “En mi opinión, representan al ser humano en su forma más pura”.

Enni Kalilainen, escultora

Una persona posa en un estudio de arte o espacio de exposición rodeada de esculturas sobre pedestales, un par de monopatines y grandes ventanales que dan a un patio con una rampa para patinar.

Foto: Minna Kurjenluoma

Las esculturas de Enni Kalilainen (n. 1976) desprenden hondura y expresividad. Le fascina la arcilla como material.

“Tiene su propia semiótica y referencias históricas que nos llevan incluso a la Biblia y al Génesis, en el que Dios moldeó al ser humano a partir del polvo”, dice. “Lo he utilizado hasta para dar nombre a algunas de mis obras, como Shaped by the dust under our feet (Moldeados por el polvo que hay bajo nuestros pies)”.

Las esculturas de Kalilainen, que a menudo representan figuras trans, pueden distar bastante de lo que muchos considerarían habitual. Y, sin embargo, sus obras parecen querer recordarle a quien las contempla que esas formas son igualmente válidas.

“Me parecería estupendo que mi arte sirviera para empoderar a la comunidad queer, o que el mensaje que intento transmitir sirviera, en el mejor de los casos, para que los padres pudieran pasárselo a sus hijos”.

Una escultura con dos figuras humanas a lomos de un animal parecido a un caballo.

It’s dust of the earth. It’s the silence of clay and smoke surrounding me. (Es polvo de la tierra. Es el silencio de la arcilla y el humo que me rodea), de Enni Kalilainen.
Foto: Minna Kurjenluoma

Mientras crecía, Kalilainen a menudo se encontró sola. Era una niña trans apasionada por el arte y no encajaba en el modelo de educación de una familia trabajadora de una ciudad pequeña.

“Navegar a través de la infancia y la adolescencia, hasta llegar a la edad adulta, supuso todo un reto”, nos cuenta. “Es una pena que hoy en día la situación de los niños trans siga siendo tan desoladora”.

Para Kalilainen, el arte ha sido el motor liberador que le ha permitido descubrir su camino y expresar su identidad. Más allá de sus actividades artísticas, es educadora y activista, por no hablar de su talento como patinadora de categoría internacional, que la ha llevado a competir en la Copa del Mundo.

“Mi vida ha estado llena de matices”, dice Kalilainen. “He logrado alcanzar la plenitud, aunque el camino no ha sido fácil”.

“Somos pluridimensionales. A menudo siento que los demás intentan encajonarme en determinadas percepciones o ponerme etiquetas específicas, y me parece una verdadera lástima”.

Veera Kulju, escultora

Una mujer vestida de rojo y con zuecos rosa, posa sentada sobre una caja de madera.

Foto: Minna Kurjenluoma

La escultora Veera Kulju (n. 1975) encuentra consuelo y serenidad en la naturaleza, donde experimenta una profunda conexión con el mundo que la rodea, una sensación de pertenencia a una entidad más vasta y coherente.

“Aunque la naturaleza no esté exenta de defectos, es perfecta y comprensible a su manera”, afirma. “Te hace apreciar las delicadezas y vulnerabilidades que hay en ti”.

Las piezas de cerámica de Kulju representan con detalle criaturas del mundo vegetal, con pétalos y agujas. La artista se ve a sí misma creando bosques primigenios de arcilla. Preservar los bosques en su estado natural es crucial para ella.

“El ecosistema y la capacidad que tiene la naturaleza para encontrar el equilibrio, son un milagro”, afirma. “Debemos entenderla y respetarla, y aspirar a estar en armonía con ella”.

Una escultura negra en forma de torre, sobre una base de tres patas.

The King of Gresa (El Rey de Gresa), de Veera Kulju.
Foto: Chikako Harada

El arte de Kulju siempre nace de su estado de ánimo. La lucha de su madre contra la enfermedad de Alzheimer hasta que falleció influyó en su obra, en la que reflexiona sobre temas como la renuncia y la esencia del ser.

“Mi objetivo es estar muy presente en mis obras y en estrecho contacto físico con ellas”, afirma.

Sus siguientes obras incluyen espejos ornamentales inspirados en los cuentos de hadas, la fantasía y la magia. En el mundo actual necesitamos que haya esperanza y alegría en nuestras vidas.

“Mis espejos son un camino hacia la conciencia y hacia mi relación con la naturaleza, pero también pueden ser caminos hacia nuestros mundos imaginarios”, dice Kulju.

Anni Rapinoja, artista plástica

Una mujer posa frente a una pared donde hay colgadas decenas de alas de pájaro.

Foto: Minna Kurjenluoma

Anni Rapinoja (n. 1949) crea sus piezas en la tranquila isla de Hailuoto, en el norte de Finlandia, donde su familia vive desde hace 400 años.

“Quiero que la gente descubra el esplendor siempre cambiante de la naturaleza, y también al ser humano como parte de ella”, afirma.

Formada en Ciencias Naturales y Geografía, Rapinoja se inspira en la naturaleza.

“La naturaleza es mi compañera de trabajo y me ha enseñado la paciencia”, dice.

Decenas de alas de pájaro sobre un fondo blanco.

Children of Icarus (Hijos de Ícaro), de Anni Rapinoja.
Foto: Minna Kurjenluoma

«Para mí, trabajar significa caminar, investigar, coleccionar, desecar, prensar, buscar formas, descubrir y crear. Hacer una obra de arte puede llevar años, y esta puede seguir cambiando y evolucionando».

Una de sus colecciones más conocidas es The Wardrobe of Nature (El armario de la naturaleza), en la que aparecen zapatos fascinantes, bolsos y abrigos confeccionados con hojas de arbusto de arándano rojo, eriophorum, juncos y amentos que dan forma a prendas y accesorios “con los pies en la tierra”, que han tenido la virtud de acercar la naturaleza a espectadores de todo el mundo.

“La horma del zapato es una escultura hecha de papel de arroz y gachas de centeno que posteriormente se recubre y se forra con hojas de arándano rojo de color verde brillante”, nos explica Rapinoja. “Con el paso de los años, los colores cambian gradualmente, pasando por tonos de gris verdoso, bonitos marrones y marrones oscuros, que después se vuelven casi negros. En todas mis exposiciones el objetivo es presentar un muestrario de estos zapatos en transformación”.

El mensaje de Rapinoja es claro: la naturaleza es diversa y está en perpetuo cambio. Los humanos formamos parte de ella y lo que le hagamos a la naturaleza, también nos lo estaremos haciendo a nosotros.

Erno Enkenberg, artista plástico

Un hombre posa sentado en un estudio de arte, rodeado de pinceles, herramientas y cuadros colgados en la pared.

Foto: Minna Kurjenluoma

Las obras de Erno Enkenberg (n. 1975) parecen escenas de películas o videojuegos y dejan una sensación a la vez familiar y como de otro mundo. Debido a su iluminación teatral, la realidad y la imaginación se mezclan en ellas magistralmente.

“Mis obras son un intento de interpretar la humanidad a través del arte: quiénes somos y en qué consiste nuestra búsqueda de la identidad”, nos cuenta.

Enkenberg solía empezar su proceso creativo realizando él mismo modelos de papel iluminado basándose en sus ideas. Después fotografiaba los modelos y utilizaba las imágenes como bocetos para sus cuadros.

En un cuadro aparece representada una mujer que sujeta una correa de perro, aunque no hay perro alguno, y la correa parece estar atada al cuello de una sombra humana que se proyecta en la pared.

Leash (Correa), de Erno Enkenberg.
Foto: Erno Enkenberg

“Las imágenes de mi mente son más bien espaciales, en lugar de planas”, afirma. “Crear un modelo tridimensional que represente mi visión, es una prolongación natural de mi mundo interior».

En la actualidad, Enkenberg ha pasado del papel a la creación de modelos digitales en 3D, lo que le permite una mayor libertad a la hora de jugar con las imágenes y la luz.

“Trabajar en un entorno digital ha sido una experiencia liberadora, porque ya no tengo que someterme a las limitaciones de los modelos físicos”, explica.

A Enkenberg la inspiración suele pillarle en su sofá, mientras lee o ve películas y programas de televisión. Sus obras más recientes se centran en el individuo como artífice de su propia vida.

Estas obras “reflejan la vida en las redes sociales”, señala. “Nos exhibimos constantemente para que los demás nos perciban. Todos tenemos nuestro escenario y nuestro público. Todos somos actores en el teatro de nuestras propias vidas”.

Nayab Ikram, artista plástica

Retrato de una mujer sobre un fondo de bosque.

Foto: Minna Kurjenluoma

Nayab Ikram (n. 1992) es una fotógrafa y artista plástica de las islas Åland, un hermoso archipiélago autónomo suecohablante que forma parte de Finlandia.

Nayab se nutre de la rica mezcla cultural de su entorno finlandés y su herencia pakistaní. Sus obras oscilan entre lo lúdico y lo profundo, y se centran en la identidad cultural, surgiendo de sus observaciones personales y de la experiencia de navegar entre dos mundos.

“Creo que la mayor parte de la gente que tiene un origen similar al mío puede reconocer la sensación de estar en un lugar intermedio, de navegar entre culturas, emociones y entornos”, afirma la artista.

La fotografía se convirtió en la voz de Ikram desde edad temprana. Era una forma de expresar las emociones que no podía plasmar en palabras. Actualmente, su trabajo profundiza en los símbolos y los rituales culturales, encontrando sorprendentes similitudes entre las culturas de Finlandia y Pakistán.

En una playa, entre remansos de agua, una mujer que está de pie vierte agua sobre el pelo de otra arrodillada, mientras dos personas están de pie, al fondo de la imagen.

Fotograma del vídeo The Family (La Familia), de Nayab Ikram.
Foto: Nayab Ikram

“Si nos fijamos en la historia y en el simbolismo, podemos observar que los mismos tipos de rituales se celebran paralelamente en diferentes culturas y países”, afirma. “Me parece muy interesante, teniendo en cuenta que la sociedad actual y los medios de comunicación se empeñan en hacernos creer que estas culturas están muy separadas”.

Su lado más lúdico se manifiesta con viveza en Symbiosis (2022), una obra que está expuesta de forma permanente en una escuela de primaria de Helsinki. La obra, un conjunto de fotografías de manos jugando con arcillas de colores, encarna la libertad y la creatividad.

“Como material, la arcilla carece de reglas”, dice Ikram. “Los niños pueden crear su propio futuro y sus propias reglas sobre la marcha, porque ellos son nuestro futuro”.

H.C. Berg, artista y escultor

Un hombre posa sosteniendo unos anillos de plástico planos frente a una pared, en la que se aprecia una obra de arte formada por un patrón de círculos concéntricos.

Foto: Minna Kurjenluoma

El galardonado artista H.C. Berg (n. 1971) se abraza con entusiasmo a la vida y a las oportunidades que ésta brinda. Está convencido de que una actitud positiva conduce al éxito en el trabajo creativo.

Para dar forma a sus obras maestras, Berg emplea las nuevas tecnologías y una variada paleta de materiales, como acero, acrílico, vidrio, cerámica o componentes plásticos.

“En el mundo moderno, la perspectiva tradicional del arte a veces puede asemejarse más a una jaula que a una posibilidad”, afirma. “Para encontrarse realmente en esta nueva era, es esencial desafiar el pensamiento del pasado”.

“Ciertamente, el mundo digital añade emoción al trabajo: siempre descubres algo nuevo. Uno tiene la sensación de que nada está realmente acabado”.

Bajo un techo de cristal y acero, hay varias personas sentadas a los pies de una escultura casi cuatro veces más alta que ellas, que representa una cabeza que mira hacia arriba con la boca abierta.

Nereidi, de H.C. Berg Foto: H.C. Berg

Los coloridos trabajos de Berg juegan con la observación y la realidad: una obra puede ser completamente diferente según el ángulo desde el cual se la mire.

“Nuestras percepciones sobre nuestra identidad humana pueden resultar muy rígidas a veces”, comenta. “Las realidades son algo muy personal. Cómo vemos y experimentamos las cosas y cómo describimos lo que observamos, depende de las experiencias que hayamos tenido en la vida”.

Berg reside y trabaja en el campo, en Inkoo, un lugar tranquilo a un tiro de piedra del bullicioso corazón de Helsinki, la capital. El artista valora mucho la luz y el silencio del entorno en el que vive.

“Precisamente estos contrastes constituyen aspectos maravillosos de lo finlandés”, dice. “Un corto trayecto en coche o en tren puede transportarnos a una dimensión totalmente diferente de la vida en la ciudad. Todos los finlandeses poseen un espíritu global, que se desenvuelve como pez en el agua en los entornos urbanos. Y sin embargo, todos tenemos un alma finlandesa, casi chamánica, que resuena con la naturaleza: recolectamos setas y bayas y pescamos”.

Por Helena Liikanen-Renger, marzo de 2024