Sé lo suficiente sobre inteligencia artificial (IA) como para darme cuenta de que no sé mucho. Entiendo cómo se aplica la IA —al menos lo suficiente como para escribir de vez en cuando sobre el tema—, pero en realidad no entiendo cómo funciona, ni lo que puede significar para nuestras sociedades.
Para enterarme de más cosas, me apunté a Elements of AI, un curso gratuito en línea, creado por la Universidad de Helsinki y la tecnológica Reaktor.
«La mayoría de la gente es consciente de que todo lo que hace en línea queda registrado, porque los datos tienen un enorme valor en la empresa moderna», dice Ella Peltonen, investigadora científica de la Universidad de Oulu. «Para que se puedan tomar medidas basadas en ellos, los datos deben ser detallados y analizados. Ese proceso se denomina IA».
Un runrún bajo la superficie
Una de las áreas de interés de Ella Peltonen es la “inteligencia artificial cotidiana”. La científica nos explica que hoy en día la IA se ha vuelto omnipresente, desde los teléfonos a los hogares y desde los coches a las fábricas. Además, la IA se está usando discretamente entre bastidores, influyendo en la decisión de si recibimos una oferta de trabajo, un préstamo o somos auditados por la Agencia Tributaria.
Los motores de sugerencias son otras herramientas de IA de uso cotidiano, pero no somos conscientes de su runrún bajo la superficie de Internet, mientras analizan los datos para encontrar algo que nos pueda interesar, ya sea otro artículo que leer, otro libro que comprar u otra película que ver.
El desafío que plantean es que tienden a recomendar cosas similares. Por ejemplo, si estás leyendo un artículo sobre la IA, el motor de sugerencias va a dirigirte hacia más artículos de tecnología. Pero si sólo lees las recomendaciones, acabarás pensando en Finlandia únicamente en términos de alta tecnología, sin descubrir nada sobre la gastronomía, la literatura o la naturaleza finlandesas. Vamos, que terminarás dentro de lo que se denomina una “burbuja de filtros” o “cámara de eco”, aislado de cualquier otra información que sea dispar.
«Utilizamos la IA decenas de veces al día, pero, en mi opinión, los motores de sugerencias son los que tienen más impacto», afirma Teemu Roos, jefe del proyecto Elements of AI de la Universidad de Helsinki. «Los motores nos proporcionan los mensajes de las redes sociales y las noticias que vemos. Pueden trabajar en favor de la manipulación política. La gente tiene que entender las implicaciones de la IA en nuestros sistemas políticos y democráticos».
Hacer que llegue en todos los idiomas
Entender cómo afecta la IA a nuestra sociedad es precisamente el mejor motivo para hacer el curso Elements of AI que, además de ser gratuito, está abierto a todo el mundo. Debido a sus objetivos de largo alcance en cuanto a tecnología y educación, Finlandia es una buena anfitriona. Nuestro país y la UE han proporcionado los fondos para que el curso esté disponible en los 24 idiomas de la Unión.
En el momento de publicarse este artículo, el curso puede hacerse en alemán, finés, estonio, húngaro, inglés, letón, sueco y noruego (aunque el noruego no es un idioma de la UE), y poco a poco se irá ampliando a otros idiomas.
«Hasta el momento llevamos más de 400 000 personas inscritas, de 170 países diferentes», dice Roos. «En un principio, nuestro objetivo era que el 1% de los finlandeses siguiera el curso, y eso ya lo hemos logrado. Nuestro objetivo actual es llegar al 1% de los europeos, para luego llegar al 1% de la población mundial».
Conocimiento gratuito y a disposición de todos
En el curso se tratan cuestiones del mundo real a través de ejemplos: cómo consigue la IA jugar una partida de ajedrez, o determinar qué correo electrónico es spam, o reconocer los objetos en las fotos. También analiza las repercusiones de la IA, tanto las positivas como las negativas. Sin ir más lejos, la IA de un coche autónomo, que puede llevarme al trabajo de forma segura y rápida, es la misma que puede dejar sin trabajo al conductor de mi autobús habitual.
Hay también ejercicios sencillos de matemáticas, pero no hay codificación. Para eso hay que esperar a la segunda parte del curso, Building AI (Construir la IA), que en el momento de escribir este artículo aún no está en línea. En esta segunda entrega se promete a los participantes que “aprenderán más sobre los algoritmos concretos que hacen posible la creación de métodos de IA”.
Elements of AI me está ayudando a entender mejor cómo funciona la IA y también lo que está en juego. Como se explica al final del material del curso, la IA ha ser regulada democráticamente, y eso requiere que el conocimiento sobre la tecnología esté disponible para todos de forma gratuita.
Por David J. Cord, junio de 2020