Tina Korhonen se dedica a retratar bandas y músicos como medio de vida. «La semana pasada estuve fotografiando uno de los conciertos de los Rolling Stones», menciona de pasada.
La razón de que haya llegado a este punto en su carrera se remonta a la época en que vivía en su pueblo, Sotkamo, situado a unos 600 kilómetros al noroeste de Helsinki. Actualmente vive en Londres.
Su primer flechazo, musicalmente hablando, fue el punk, y más tarde lo sería el heavy metal. Nunca tuvo intención de convertirse en una fotógrafa dedicada especialmente a los músicos metal, sino que esto fue algo que sucedió por casualidad.
La estética es en gran medida lo más llamativo de la cultura metal, con sus maquillajes y unos vestuarios en ocasiones bastante pasados de rosca. Tal vez por ello «reproducir el ambiente heavy es tan interesante desde el punto de vista visual», en palabras de la artista.
Una carrera en constante expansión
En lo que se refiere a la fotografía, Tina Korhonen no se las da de artista. Su padre se dedicaba a la fotografía paisajística antes de que ella le robase la Canon AE-1 y se la quedase. Sus fotos aparecieron publicadas por primera vez en una revista finlandesa de subcultura llamada Toinen Vaihtoehto (La Otra Alternativa).
«Ni siquiera me las pagaron, pero estaba entusiasmada», nos cuenta. «¡Guau, me habían publicado unas fotos!».
Más tarde consiguió trabajo en Rumba, una revista musical finlandesa, y fue entonces cuando la fotografía musical se convirtió en lo suyo. Con el tiempo se mudó a Londres con el fin de desarrollar su carrera. Varios de los periódicos más grandes del Reino Unido, como NME y el Observer han publicado sus trabajos.
«Si tuviera que elegir una favorita de entre las sesiones que he llevado a cabo, probablemente sería la de Lemmy Kilmister, de Motörhead. Rebosa carisma y siempre que nos vemos es muy cordial, aunque no sea hombre de muchas palabras. Y siempre se acuerda de mí, además».
Tampoco duda a la hora de decir que Ville Valo es el finlandés al que prefiere fotografiar. Siempre es un placer retratar al guapo vocalista de HIM, según Korhonen.
Todo es posible
A lo largo de los años el portafolio de Tina Korhonen se ha vuelto impresionante: desde Nightwish, el grupo finlandés con una cantidad enorme de seguidores a nivel internacional, hasta el batería de Metallica, el danés Lars Ulrich, con el que surgió una amistad gracias a la procedencia nórdica que ambos comparten. La legendaria banda finlandesa Hanoi Rocks también forma parte de su lista de retratados.
«Jamás he tenido un solo problema con las grandes estrellas», afirma la fotógrafa. «Creo que cuanto mayor es su renombre, más profesionales son».
Pero hay un artista en concreto al que le encantaría tener delante de su objetivo. «Si pudiera elegir a cualquiera para hacer una sesión, ese sería Iggy Pop», dice. «Hasta el momento solo he tenido ocasión de fotografiarlo en el escenario, durante sus actuaciones. Y lo hace todo como si no hubiera un mañana, dándose por entero a la audiencia. Me encanta su música, desde los Stooges hasta sus álbumes en solitario».
Trabajando puede suceder de todo. Cierta vez, durante una sesión de fotos con la banda australiana de death metal Thy Art Is Murder, la persona que debía hacer de cadáver no se presentó en el estudio. Al final la asistente de Korhonen tuvo que desempeñar el papel.
«Solo se le iban a ver los pies», nos cuenta la artista, «pero ella se resistía a hacerlo, porque resultó que odiaba sus pies».
La atracción del metal
Cuando Tina Korhonen puede elegir, suele poner música de Mastodon, Monster Magnet, o algún clásico de Black Sabbath. Si se trata de metal finlandés, los elegidos serán probablemente Moonsorrow y HIM.
«Creo que la atracción que ejerce la música metal está en su energía y en su intensidad», dice. «Eso es lo que atrae o echa para atrás a la gente».
La movida metal existe y se desarrolla en naciones tan diversas como las remotas Nepal, Irán, Indonesia o Brasil. Finlandia, sin embargo, es la que tiene mayor número de bandas de metal per cápita del mundo.
«El metal está en todas partes», dice la artista, «pero supongo que Finlandia debe de ser el único país donde está considerado como algo convencional».
Por Mari Storpellinen, junio de 2018