Janne Saario aprendió a patinar a los seis años en un monopatín casero fabricado por su padre con una tabla de contrachapado y las cuatro ruedas de una silla de oficina.
“Resultaba un pelín complicado, porque las ruedas giraban 360 grados”, sonríe Janne Saario al evocarlo. “Pero así es como aprendí. Mi padre debió de pensar que se trataba de una moda pasajera, como el yoyó, pero al final acabó comprándome un monopatín”.
El skateboarding resultó ser mucho más que una simple moda. Las calles, los patios y los espacios públicos de Helsinki se convirtieron en el escenario donde Janne aprendió a perfeccionar sus slide, grind y kickflip durante la adolescencia. Cuando estaba en la escuela secundaria, Element Skateboards reconoció su talento invitándolo a unirse a su equipo europeo y tuvo la oportunidad de viajar por el mundo como patinador profesional.
Janne Saario comenzó a interesarse además por la arquitectura y el arte, incluido el arte ambiental. A día de hoy, Saario se ha convertido en un arquitecto paisajista cualificado y es una figura clave en la escena mundial del diseño de pistas de skate, con 35 parques en su haber, en países como Finlandia, Suecia y los Países Bajos.
Una pasión que no cesa
Mira unas tomas de acción filmadas en la ciudad de Karjaa (sur de Finlandia) en el parque de skate que Janne Saario ha diseñado.
“Creo que un arquitecto de pistas de skate debería patinar por lo menos ocho años antes de ponerse a diseñarlos”, afirma Janne Saario, que ahora tiene poco más de treinta años y es padre por partida doble.
Además de su pasión por el skateboarding, que sigue practicando por diversión, la motivación de Saario se deriva de su convicción a la hora de convertir los espacios urbanos en parques “donde los jóvenes puedan expresarse”. No hay muchos espacios urbanos que hayan sido diseñados específicamente para gente joven.
“A los adolescentes les gusta juntarse a pasar el rato, así que el aspecto social de los parques de skate es vital”, nos dice. “Convertirme en padre también me hizo pensar aún más en las generaciones venideras”.
Ballet radical sobre ruedas
Aquí puedes ver cómo se fabrican los elementos de Street Unit, el skatepark móvil diseñado por Saario, y ver a la gente patinar una vez instalados frente al Helsingin Jäähalli, el Pabellón de hielo de Helsinki.
En los parques que Janne Saario diseña se combinan el cemento y el pensamiento conceptual para crear, tal y como él lo expresa, esculturas “patinables”. El arquitecto describe el skateboarding como un “ballet radical”.
En la actualidad, Saario está sacando adelante unos diez proyectos por año. Una de sus más recientes aventuras es Street Unit, una línea de elementos móviles y obstáculos que facilitan la instalación de un parque de skate allá donde sea necesario. “Los espacios para el skate también pueden ser estacionales o temporales”, comenta. Las unidades se fabrican con acero para aumentar su resistencia al uso intenso y al mal tiempo.
En estos momentos está construyendo un parque en Noruega y también está trabajando en otro en Columbus, Indiana (Estados Unidos). Eliel Saarinen y su hijo Eero Saarinen, dos legendarios arquitectos finlandeses, diseñaron numerosos edificios en esa misma ciudad, varios de los cuales son Monumentos Históricos Nacionales en la actualidad.
“Tengo la impresión de que allí le han pillado el gusto a los arquitectos finlandeses”, dice Saario.
Las vistas desde Micropolis
Situado en el barrio de Töölö, en Helsinki, Micropolis sería el ejemplo por antonomasia de un parque de skate diseñado por Saario. Terminado en 2006, consta de distintos elementos urbanos, áreas verdes y una piscina con forma orgánica. Además, el arquitecto conservó en su diseño todos los árboles de la zona, y el terreno está lleno de caminos de césped que lo atraviesan, para que las liebres del Parque Central puedan seguir retozando por él.
Ole Meiwes, un estudiante alemán de intercambio, encontró Micropolis gracias a Skatemap, una aplicación para localizar parques de skate en Europa.
“Este sitio es genial, porque puedes hacer casi cualquier truco”, dice. “Hay espacio suficiente para maniobrar”. Como jardinero paisajista, sabe apreciar la belleza de las estructuras de Saario. “Sé lo difícil que es construir un parque como este. Además es muy bonito, porque hay árboles y hierba por todas partes”.
Felix Fiilin viene a Micropolis casi a diario, ya sea con monopatín o patinete. “Está al lado de mi trabajo, así que me viene de perlas pasarme cuando acabo el turno”, dice.
Para Fiilin, el aspecto social del skate es tan importante como disponer de un buen parque donde practicarlo. “Seguramente no estaría haciéndolo si no hubiera nadie patinando al mismo tiempo”, afirma.
Fiilin aprendió a patinar en Barcelona, una ciudad que se considera la meca entre los patinadores. “En Barcelona es más sencillo, porque el clima es mejor que en Finlandia”, dice, “pero sigo pensando que aquí no nos vendría mal que hubiera más parques de skate”.
Por Carina Chela, enero de 2018