Los pasajeros que llegan al aeropuerto de Helsinki-Vantaa pueden hacerse una prueba con perros rastreadores. Si el uso de este método siguiera expandiéndose, podría convertirse en una solución rápida y fiable para garantizar la salubridad y seguridad de los viajes aéreos durante la pandemia.
Las pruebas, cuya fase de ensayo comenzó en septiembre de 2020, están siendo supervisadas por Anna Hielm-Björkman, profesora adjunta de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Helsinki, y forman parte de una investigación sobre la capacidad de los perros para identificar enfermedades. Ya existen investigaciones sobre lo mucho que puede ayudar la capacidad de detección de los perros en el seguimiento y diagnóstico del cáncer, la enfermedad de Alzheimer y la malaria, o la localización de la bacteria E. coli en recién nacidos.
Totalmente voluntaria
Finlandia no es el único país en el que se están llevando a cabo ensayos e investigaciones “Covidog” (de covid y “dog”, perro en inglés). El interés es similar en Francia, Alemania, Irán y el reino unido, siendo el de Dubái el primer aeropuerto que ha utilizado perros en la detección del virus
El procedimiento en el aeropuerto de Helsinki-Vantaa, totalmente voluntario, se lleva acabo en el lado tierra de la sala de llegadas, y consiste el tomar una muestra de sudor de la nuca, el cuello y las muñecas de la persona. Si el perro da la señal que indica que la muestra es positiva, se dirige a la persona a la unidad de pruebas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) del aeropuerto para que el resultado sea confirmado. En caso de tener alergia a los perros, o por cuestiones religiosas, no será necesario estar en la misma estancia con ellos. Según Anna Hielm-Björkman, la tasa de acierto del test es de más del 94%, superando en ello incluso a la prueba de PCR.
En las pruebas del aeropuerto de Helsinki trabajan cuatro perros entrenados en biodetección, dos de los cuales ya están preparados para la tarea actual, mientras que los otros dos están pasando por un entrenamiento ambiental con el fin de familiarizarse con los olores, el ruido y la actividad del aeropuerto.
El olfato lo sabe
«Cuando empezamos con el proyecto Covidog decidimos usar solamente perros que ya tuvieran algún historial en detección sensorial y por eso el tiempo de entrenamiento ha sido relativamente corto», nos explica Anna Hielm-Björkman. «Los animales ya habían sido entrenados para muchos otros propósitos, desde la detección del cáncer en nuestro laboratorio, pasando por la detección de drogas y dinero en los aeropuertos, o la detección de moho en edificios. Esto forma parte de un proyecto de investigación más grande que también incluye a los perros que olfatean el cáncer, o avisan en casos de dolor crónico o hipoglucemia».
La científica está recibiendo peticiones de información sobre la obtención de estos recursos caninos por parte de diversos aeropuertos, entre ellos uno de Nepal que necesita cinco perros. «Estaría bien tener más recursos en lo que respecta a perros y personas», comenta Hielm-Björkman. «Me encantaría conseguir más perros para ayudar contrarrestar los efectos negativos ocasionados por la situación mundial del coronavirus, por ejemplo en el turismo de Laponia o en las residencias de ancianos».
Hielm-Björkman agradece el apoyo financiero proporcionado por la ciudad de Vantaa, donde se encuentra el aeropuerto, al norte de Helsinki, y por el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales. «La seguridad sanitaria del aeropuerto en cuanto a enfermedades infecciosas, es responsabilidad de la ciudad de Vantaa», nos explica Timo Aronkytö, teniente de alcalde a cargo de la sanidad y los asuntos sociales. «Covidog es una de las medidas de pruebas que tenemos en marcha. Llevamos cuatro meses apoyando el proyecto y continuaremos haciéndolo si tiene éxito».
Chequeo de seguridad sanitaria
La respuesta de los viajeros que llegan al aeropuerto ha sido buena, según Aronkytö. «A la mayoría de la gente le gustan los perros, y teniendo en cuenta que estamos en medio de una crisis, eso es algo positivo. Indudablemente, habría potencial para ampliar las pruebas a puertos y otros emplazamientos en los que los perros pueden patrullar por las áreas de pasajeros, como ya lo hacen para detectar drogas, por ejemplo. Sería llevar la seguridad sanitaria al siguiente nivel».
Hielm-Björkman también opina que a los viajeros del aeropuerto de Helsinki-Vantaa parece gustarles la idea: «Mucha gente nos ha comentado que les parece muy bonito que, una vez más, el mejor amigo del hombre nos esté echando una mano. El primer día, 84 personas pasaron la prueba con los perros y todos dieron negativo. El segundo día, los perros detectaron un caso positivo entre 71 pruebas. Si el viajero da positivo con el perro, sólo tiene que andar 40 metros para que se le haga la prueba de PCR y se lo confirmen.
«Esta es la situación perfecta para investigar, demostrando que se obtiene dos veces el mismo resultado, en el mismo lugar y al mismo tiempo, con las mismas personas. Va a ser un artículo de investigación muy bueno».
Por Tim Bird, octubre de 2020