Finlandia cuenta con diversos centros de enseñanza (los llamados Työväenopisto) que ayudan a los alumnos a dominar las 15 casos del finés, entre otras muchas materias.
Accesibles para todos los residentes del país, los Työväenopisto imparten materias para todos los gustos y necesidades, desde historia del arte a educación física e idiomas.
Como asegura Eero Julkunen, Vicedirector del Työväenopisto de Helsinki, «Nuestros cursos van dirigidos a personas que no forman parte del mercado laboral (jubilados, familias con niños pequeños), pero también a trabajadores que quieren asistir a clase por la tarde».
Cada vez más inmigrantes de Finlandia demuestran que son perfectamente capaces de comunicarse en el idioma local e integrarse de lleno en la sociedad finlandesa, gracias en parte a la variedad de cursos de idiomas que imparten centros de enseñanza como los Työväenopisto.
Julkunen explica que, «Tenemos unos 50 cursos de finés, pero también se imparten clases de cocina y de informática dirigidas sobre todo a extranjeros.
Tenemos alumnos de unos 80 idiomas distintos.»
Como asegura la coordinadora de estudios Sylvi Lankinen, «Siempre es interesante tener culturas distintas en clase. Es una experiencia muy enriquecedora.»
Un lenguaje internacional
La ucraniana Valentina Paliichuk disfruta con el ambiente multicultural de su clase. Foto: Emilia Kangasluoma
Valentina Paliichuk, una estudiante de finés originaria de Ucrania, afirma que «Tengo compañeros de muchos países distintos: hay españoles, italianos, ecuatorianos, rusos, estonios, etc. Todo el mundo tiene cosas que contar de su país y tradiciones de las que hablamos en clase.»
En la misma clase, el indonesio Abdurrahman Tauhid, que llegó a Finlandia hace ocho meses para vivir con su novia, es consciente de la importancia de comunicarse en el idioma local.
Asegura que «En Finlandia casi todo el mundo habla inglés, pero para encontrar trabajo debes dominar el finés. El finés es un idioma muy difícil, pero quiero aprenderlo y quedarme a vivir aquí. Todo es posible mientras creas en ti mismo.»
Aparte de encontrar trabajo en la profesión elegida, los alumnos de los centros Työväenopisto tienen distintos motivos para aprender el idioma.
El español Julio Ortiz comenta que «Empecé a aprender finés porque mi hijo pequeño es de aquí. Quiero ayudarle a hacer los deberes cuando empiece a ir al cole.»
El italiano Paolo Bucciarelli decidió aprender finés con la esperanza de integrarse mejor en la comunidad. Foto: Emilia Kangasluoma
No obstante hay quienes tienen motivaciones que van más allá de las necesidades laborales o los compromisos familiares. Después de vivir aquí de forma intermitente durante casi siete años, el productor de música italiano Paolo Bucciarelli decidió que había llegado el momento de probar suerte con el idioma local.
No obstante hay quienes tienen motivaciones que van más allá de las necesidades laborales o los compromisos familiares. Después de vivir aquí de forma intermitente durante casi siete años, el productor de música italiano Paolo Bucciarelli decidió que había llegado el momento de probar suerte con el idioma local.
«Llega un momento en que, si quieres integrarte en la comunidad, tienes que hablar el idioma -explica-, sobre todo porque las generaciones de mayor edad no hablan inglés». p>
Entre el amplio abanico de ofertas para estudiar finés en varias instituciones, ¿por qué eligió Työväenopisto?
«Me lo recomendó un amigo mío que estudió italiano allí, por la calidad de la enseñanza y unos precios asequibles. Pensé «De acuerdo, lo voy a probar». Lo mejor es lanzarse a la piscina y tratar de mantenerse a flote. Me lo estoy tomando con filosofía; seguro que cuando termine el curso sabré más que cuando empecé.»
La Red, otra opción lingüística
Además de cursos de finés, los centros de enseñanza Työväenopisto imparten una amplia variedad de materias. Foto: Emilia Kangasluoma
Hoy en día no es necesario apuntarse a un curso presencial para aprender finés. De entre los muchos sitios web que aparecen al hacer una búsqueda rápida en Google, uno de los más populares es la Kesäyliopisto (universidad de verano).
Anne Palokangas, profesora de la Universidad de Verano de Ostrobotnia del Norte, nos cuenta que «Empecé a dar clases online hace tres años. Muchas personas que viven en pueblos no encuentran cursos, ya que si no hay suficientes extranjeros en la zona no se organizan. También hay quienes no pueden salir de casa por tener hijos pequeños; estas personas también pueden estar interesadas. Muchas veces tenemos gatos, perros y bebés llorando en clase.”
Con los alumnos diseminados por todo el país, y a veces en regiones tan lejanas como EE. UU, Rusia y Asia, la utilidad de Internet está fuera de duda.
Palokangas exclama: «Es muy fácil asistir a clase cuando es online. Yo nunca conozco la procedencia de los alumnos; podrían estar en Brasil, Italia o España, de camino a casa después del trabajo o en la puerta de al lado.»
Por James O’Sullivan, Septiembre 2013
