Que siempre sea verano: La luz del Flow Fest de Helsinki perdura más allá del otoño.

Además de una auténtica fantasía, el Flow Festival es el verdadero punto culminante del verano para muchos aficionados a la música de Finlandia. Aunque el otoño ya esté en el aire, para retener un poquito más la esencia del verano y estirarlo un poco, aquí os dejamos unas cuantas entrevistas y un reportaje fotográfico.

En agosto, durante sus tres días de duración, el Flow Festival acogió a cerca de 30 000 visitantes diarios.

Muchos de ellos acudieron a ver a figuras de la talla de Suede, Lorde y Blur, que son sólo algunos de los más de 150 artistas y grupos que actuaron durante el fin de semana en los cuatro grandes escenarios abiertos, las cuatro zonas de clubes al aire libre o el escenario cubierto.

Desde la tarde hasta bien entrada la madrugada, Suvilahti, la antigua área industrial que lleva albergando el Flow más de la mitad de las dos décadas de su existencia, resonó con las actuaciones de músicos y DJ locales e internacionales: Sudan Archives, Christine and the Queens, Alma, Caroline Polachek, Tove Lo, Little Miss Anti-Social Butterfly 2.0 Effective Voluptuous, Verneri Pohjola, Wizkid, Kelela, Litku Klemetti, Pusha T, Paperi T, Meshell Ndegeocello, y otros muchos.

Desde el centro de Helsinki hasta los barrios más alejados, el eco de los conciertos no dejó de resonar durante las tres noches estivales.

Actuaciones para nada habituales

Hay tres mujeres sobre un escenario circular al aire libre, y otra mujer que posa delante del escenario.

La representante Johanna Sauramäki (dcha.) durante la prueba de sonido de Elsi Sloan (segunda por la dcha.), cuyo equipo incluía a la bajista Saara Mänttäri (izda.) y a Veera «Marfa» Ojola (rap y spoken word).
Foto: Peter Marten

Es una preciosa tarde de viernes y el Flow Festival no ha hecho más que empezar. La música, activista y actriz finlandesa Elsi Sloan, de veintipocos años, va a ser la primera en presentarse en el Balloon 360, un escenario circular rodeado de filas de asientos y con una merecida reputación en lo que se refiere a atraer al público más exigente. La enorme esfera situada sobre el escenario hace que el lugar parezca a punto de elevarse hacia el cielo.

Durante la prueba de sonido, Johanna Sauramäki, representante de Sloan, nos concede unos minutos. “Las actuaciones en el Flow no son para nada habituales”, asegura. “Y en el Balloon tienes 360 grados de espectadores a tu alrededor: eso lo hace muy diferente de un escenario habitual”.

Ha acudido temprano al recinto para repasar los detalles con el director de escena, los técnicos, Sloan y su equipo. Nos comenta lo que le ha dicho a la banda: “Pase lo que pase hoy, sintáis lo que sintáis, aunque lloréis u os pongáis nerviosos, todo vale. Dejadlo salir, y no pasa nada si os sucede en el escenario”.

Mientras avanza la prueba de sonido, un bajo retumba y la voz de Sloan ocupa el espacio vacío, primero de forma singular y clara y luego magnificada y modificada por un procesador de voz. Es un anticipo del contenido del concierto.

No hay dos conciertos de Elsi Sloan iguales, asegura Sauramäki. “Además de música, es activista. Quiere cambiar lo que anda mal en el mundo, y lo traslada al escenario”. -PM

Con el arte en mente

Una mujer con boina y falda de color rojo y gafas de sol, posa en un ambiente soleado.

Emmi acude al Flow por la música, el ambiente y el arte.
Foto: Peter Marten

Emmi es una profesora de danza de Porvoo, una pequeña ciudad a 50 kilómetros de Helsinki, en dirección este. Es la cuarta vez que viene al Flow y la primera que trabaja aquí. Está de servicio durante el Flow’s Family Sunday (Domingo para las familias). La última tarde del festival, se puede traer a los niños pequeños durante cuatro horas. Entre las actividades hay talleres de arte y una discoteca familiar.

“Vengo aquí por la música, por supuesto, pero también por el ambiente del festival y por el arte”, dice Emmi. “Me gusta que toda el área del festival se haya diseñado pensando en el arte. El recinto entero es bonito y colorido. El festival apoya a diferentes artistas, e incluso los muros selfi han sido construidos y pintados específicamente para este evento”.

“El lugar es único. Aunque pueda resultar urbano, e incluso un poco tosco, con todos estos elementos de ladrillo y hormigón, las obras de arte y los colores hacen que parezca bonito”. -AR

Sentirse transportado

Un hombre y una mujer con ropa veraniega posan juntos, mientras al fondo se ve a una multitud presenciando un concierto al aire libre.

Nos encontramos con Kári (izquierda) y Hanna justo cuando el concierto de Caroline Polachek arrancaba en el escenario principal, a sus espaldas.
Foto: Peter Marten

Kári es un poeta islandés que reside en Helsinki desde hace varios años, y Hanna es una islandesa-estadounidense que vive en Reikiavik, la capital de Islandia.

“Las dos veces que he venido al Flow, mis actuaciones favoritas han sido las del Balloon o las de la Black Tent”, dice Hanna. También le gusta bailar en el X Garden, porque es poco común encontrar un club en el que haya árboles. “De hecho, prefiero X Garden de día, cuando el sol se filtra entre las ramas”.

Entre sus favoritos de este año está Jockstrap, “y hay otro grupo, pero no quisiera decir mal el nombre”, dice, buscándolo en su teléfono. “Alogte Oho and His Sounds of Joy. Estuvieron anoche en el Balloon, y fue taaaan divertido”.

Kári tiene otros favoritos: Sudan Archives y Blur. “Me topé por casualidad con Sudan Archives hace un par de años, y llevo escuchando a Blur desde que era adolescente”, dice.

Acaba de asistir al concierto de Claire Rousay. “Pensaba que iba a ver en escena a una compositora de vanguardia con un ordenador, pero ha tocado canciones acústicas y las ha mezclado allí mismo. Ha sido un poco como ser transportado fuera de mí mismo, y me ha parecido genial”. -PM

(El artículo continúa después del pase de diapositivas).

Escucha cómo ruge el Flow

Unas mujeres en la primera fila del público hacen palmas animando a los artistas.

¡Esas palmas! ¡Que se oigan! Foto: Petri Anttila/Flow Festival

En la imagen, una multitud bailando.

Los participantes del Flow se despiden del verano bailando. Foto: Samuli Pentti/Flow Festival

Un hombre con camisa blanca canta ante un micrófono en un escenario al aire libre, rodeado de un público entusiasta.

Olavi Uusivirta canta ante un mar de seguidores frente al escenario principal. Foto: Riikka Vaahtera/Flow Festival

Tres cantantes vestidos con monos ejecutan una coreografía conjunta sobre un escenario iluminado con luz púrpura.

Los Balming Tiger, que se definen a sí mismos como “un grupo multinacional de K-pop alternativo”, supieron cautivar al público en el escenario del Balloon 360. Foto: Konstantin Kondrukhov/Flow Festival

Una gran esfera anaranjada sobre un escenario brilla en la oscuridad.

Las luces del Balloon 360 se encienden tras la puesta de sol. Foto: Samuli Veinola/Flow Festival

Una mujer con chaqueta naranja toca el contrabajo sobre un escenario al aire libre.

La compositora de jazz y contrabajista finlandesa afincada en Nueva York, Kaisa Mäensivu, actuó en el Flow con su banda Kaisa's Machine. Foto: Riikka Vaahtera/Flow Festival

Entre numerosos focos, una mujer que sostiene un violín parece gritarle algo al público.

Sudan Archives, también conocida como Brittney Denise Parks, interpretó un intenso recital de violín y voz. Foto: Konstantin Kondrukhov/Flow Festival

Un hombre está en el frente de un escenario ante el público que llena una inmensa sala.

El rapero Pusha T se acerca al público durante el concierto que se celebró el sábado por la noche en el Silver Arena del Flow. Foto: Samuli Veinola/Flow Festival

Varias bailarinas vestidas de colores brillantes están tumbadas o de pie en un escenario flanqueado por músicos.

El grupo de danza Liisa Pentti +Co, de Helsinki, actuó en el Flow acompañado por los músicos de NYKY Ensemble. Foto: Riikka Vaahtera/Flow Festival

El público se apoya en una barandilla, mientras por encima de ellos pasa un dirigible.

Los fans esperan a que dé comienzo un concierto, mientras un dirigible pasa por encima de sus cabezas. Foto: Riikka Vaahtera/Flow Festival

La gente se agolpa alrededor de un alto muro pintado de rosa en el que destaca la palabra “Flow”.

Hacerle una visita al muro de los selfis ya forma parte de las tradiciones del Flow. Foto: Peter Marten

Un hombre canta ante un micrófono bajo un gran cartel en el que pone "Blur".

Blur, la legendaria banda pop británica, puso el broche de oro al festival con un concierto que se celebró el domingo por la noche. Foto: Sami Heiskanen/Flow Festival

Una tradición urbana

Una mujer embarazada frente a una rampa de patinaje donde hay otras personas, sentadas o de pie.

Charlamos con Salla en el parque de skate, que había sido repintado para el Flow y servía como zona de descanso durante el festival.
Foto: Peter Marten

Para Salla, de Helsinki, es más o menos su décima vez en el Flow. Es licenciada en Económicas y, en el momento de escribir este artículo, va a ser madre.

“El Flow Festival se ha convertido en una tradición para mí”, dice. “Es un festival urbano, realmente encantador. Sobre todo al principio, era algo especial. Los demás festivales son en su mayoría menos urbanos, y uno tiene que instalarse en un camping”.

“Solía venir para ver a determinados artistas, pero ahora me importa más la experiencia del festival en su conjunto. Por supuesto, siempre hay conciertos interesantes. Siempre me encuentro con viejos amigos. El ambiente es fantástico, y el área  del festival está muy bien decorada”. -AR

Recursos de voluntariado

Una mujer con chaleco rojo posa frente a un muro en el que está pintada la palabra "Flow".

Juulia patrulla por el recinto del festival en calidad de voluntaria de la Cruz Roja Finlandesa.
Foto: Peter Marten

Juulia, que viene de Vantaa, al norte de Helsinki, trabaja en el Flow como voluntaria de la Cruz Roja Finlandesa. Es su primer año en el festival.

“Mi turno es de seis horas”, dice. “Este año también he sido voluntaria en otros festivales. Hacemos rondas por el recinto, hablamos con la gente y les repartimos un ‘kit de supervivencia’, cuyo artículo más popular son los tapones para los oídos”.

“Este año, por primera vez, el Flow Festival cuenta con una persona de contacto para casos de acoso. Si vemos u oímos algo inapropiado, podemos aconsejar a la gente que se ponga en contacto con ella. Por suerte, el festival es bastante tranquilo”.

“He vivido en Roma y Barcelona, y viajo mucho, así que no suelo estar en Finlandia en esta época del año. Ahora me estaba preguntando por qué no había estado antes en este festival. Me siento como en Berlín. Puede que asista el año que viene como simple espectadora”. -AR

Una transformación muy “cool”

Un hombre de barba gris vestido con una camisa negra sonríe mientras maneja los botones de una mesa de mezclas.

Suvilahti, la antigua zona industrial donde tantas veces se ha celebrado el Flow Festival, “se convierte en algo realmente cool” durante el fin de semana del festival, nos comenta el DJ Hermanni.
Foto: Anna Ruohonen

DJ Hermanni, de Helsinki, es músico, director de eventos e ingeniero de sonido, entre otras actividades. Ha asistido a casi todos los Flow: cuatro veces con su banda, cinco como ingeniero de sonido, y otros años lo ha hecho ejerciendo de anfitrión de artistas extranjeros o actuando como DJ, como en esta ocasión.

“Creo que el Flow de 2022 fue el mejor de la historia”, afirma. Y no fue sólo por la música. “Ese año se notaba algo muy especial en el ambiente. Quizá porque era el primer festival después de que se levantaran las restricciones por la Covid”.

“Lo que hace tan especial este festival es, quizás, el entorno. Es realmente acogedor. Hay muchas zonas y escenarios diferentes, y todo es muy bonito, sobre todo la iluminación. Vamos, que no es el lugar más agradable de Helsinki en un día normal, pero para el fin de semana del festival se transforma en un sitio realmente cool. Es el mejor festival de Finlandia y yo también suelo pasarme por aquí, antes o después de mis turnos. Es muy cómodo, porque está cerca de mi casa”. -AR

Por Peter Marten and Anna Ruohonen, septiembre de 2023