Según la Asociación de Orquestas Sinfónicas de Finlandia, con tan solo 5,5 millones de habitantes, nuestro país alberga 30 orquestas, 14 de ellas sinfónicas, posiblemente la mayor cantidad per cápita de todos los países del mundo.
De todos es sabido que la patria del compositor Jean Sibelius contribuye constantemente a la escena mundial de la música clásica ofreciendo directores de talento. La capacidad de producir semejante cantidad de directores internacionalmente destacados se basa en el compromiso político a largo plazo y en la financiación de la educación y la cultura musicales.
En el momento de publicarse este artículo, entre los finlandeses recientemente nombrados para dirigir orquestas extranjeras se renombre se encuentran Dalia Stasevska (Sinfónica de la BBC), Santtu-Matias Rouvali (Filarmónica de Londres), Eva Ollikainen (Sinfónica de Islandia) y Klaus Mäkelä (Filarmónica de Oslo).
Un amplio historial
«Uno de los motivos principales de que en Finlandia surjan tantos directores y músicos de rango superior es el alto nivel y la diversidad de nuestra educación musical», dice Ville Matvejeff, director, compositor, pianista y director artístico del Festival de Ópera de Savonlinna, que se celebra cada verano en el este de Finlandia.
«Muchos de nosotros hemos estudiado varios instrumentos, composición, canto, diferentes géneros de música, etc., y eso nos proporciona una amplia base y los recursos necesarios para trabajar como directores».
Matvejeff se formó en la Academia Sibelius de Helsinki y en el Instituto de música de Espoo, al oeste de la capital. Ha trabajado como asistente de directores famosos, como el también finlandés Esa-Pekka Salonen, mundialmente conocido por su trabajo de casi dos décadas en la Filarmónica de Los Ángeles.
Libertad para desarrollarse
Como parte de la Universidad de las Artes de Helsinki (Uniarts), la Academia Sibelius es la institución de enseñanza musical más famosa y competitiva de Finlandia, conocida por la alta calidad de su educación, su innovación y haber sido la cuna de algunos de los directores más famosos del mundo. Sus programas de dirección incluyen áreas como la dirección orquestal, la dirección coral y la dirección de orquesta de viento.
«La Academia Sibelius proporciona libertad para desarrollarse como director, además de ser una gran comunidad de estudiantes y profesores que se apoyan mutuamente», afirma Aku Sorensen, un estudiante finoamericano de primer año de dirección que ya tiene un título en interpretación de violín.
«Fui arrojado a los lobos nada más empezar a estudiar, la primera semana. Ya dirigía la orquesta de alumnos de la Academia. Bueno, o te hundes, o nadas. Pero eso te permite empezar a encontrar tu manera personal de dirigir desde una etapa temprana».
Si los estudiantes reciben invitaciones para dirigir otras orquestas, se les permite tomarse un descanso en los estudios. Además de director artístico de Sounds of Luosto, un festival de música que se celebra en la Laponia finlandesa, Sorensen es el primer violín de la Orquesta de Cámara de Helsinki.
Comunicadores que inspiran
Ser director no consiste únicamente en marcar el ritmo. El director ha de interpretar la partitura, sugerir el fraseo, las dinámicas y el tempo, y darse cuenta si algo no sale bien.
«No existe la forma correcta de dirigir», dice Dalia Stasevska, directora invitada permanente de la Orquesta Sinfónica de la BBC desde agosto de 2019. «Todos tenemos diferentes personalidades, pero creo que los grandes directores son curiosos y buenos comunicadores. Son claros con lo que quieren y deben inspirar a los demás».
Stasevska estudió viola en el Conservatorio de Tampere y en la Academia Sibelius, donde además se formó como directora de orquesta.
Alaba a la orquesta de la Academia Sibelius, compuesta exclusivamente de estudiantes. «Allí construyes tu núcleo, tu técnica y también te expones. Cuando estudias es vital tener un instrumento, y el instrumento de un director es la orquesta».
Instrumentos y batutas
La espléndida educación musical, la cultura musical arraigada y la versatilidad musical sintetizan la formación de los directores finlandeses.
Aquí la mayoría de los estudiantes de dirección aprende primero el oficio de instrumentista antes de dar el salto que supone dirigir una orquesta. «Si no sabes tocar un instrumento al más alto nivel, es prácticamente imposible tener autoridad sobre los instrumentistas profesionales», afirma Matvejeff.
Sin embargo no todos los directores son instrumentistas. Jutta Seppinen, que trabaja como directora del Coro Académico Femenino Lyran, estudió canto en la Academia Sibelius antes de ponerse al frente de una orquesta.
Seppinen ha colaborado recientemente con la Orquesta Filarmónica de Helsinki, y en primavera de 2020 dirigirá las orquestas Sinfónica de Lahti y Sinfónica Vivo, esta última compuesta por jóvenes músicos de toda Finlandia.
«Como procedo de la rama vocal, mi instrumento es la voz», nos explica Seppinen, que tuvo que aprender a usar la batuta después de dirigir coros sin ella. «Puede decirse que soy una ligera excepción en la dirección de orquestas».
Por Carina Chela, enero de 2020