La graduación del bachillerato tiene lugar al final del año lectivo, a finales de mayo o principios de junio. Sin embargo, un mes antes, los días 30 de abril y 1 de mayo, ya puede verse a juerguistas de todas las edades llevando la gorra blanca y festejando a niveles que poco tienen que envidiar a la celebración del Año Nuevo.
Resulta paradójico que los finlandeses vistan una prenda uniformada precisamente en una fecha en la que se supone que la falta de inhibición está socialmente aceptada. El Primero de Mayo, conocido en Finlandia como Vappu, y su víspera por la tarde, son los dos momentos en que los finlandeses se acercan más al carnaval desenfrenado y sin límites.
Para tratarse de una fiesta de la primavera, el tiempo no siempre es el más apropiado pero, ¿creen ustedes que la gente se disfraza con plumas y a lo loco? Pues no, se equivocan. Todos se ponen sus gorritas blancas de bachiller.
El resultado es un ondulante mar de gorras blancas que tal vez les haga sentirse algo desconcertados, e incluso poco refinados una vez descubran que estas simbolizan el estatus de graduado de quienes las llevan. El hecho de que tanta gente tenga una es perfectamente lógico, dada la reputación de Finlandia como líder mundial en cuestiones de educación.
¡Y pobre de aquél que se ponga una gorra sin la debida cualificación! Sé al menos de alguien a quien, sin estar graduado, se le ocurrió la brillante idea de dárselas de chistoso en las redes sociales con la gorra de su mujer, atrayendo con ello la seria desaprobación del público. Vale, lo confieso: fui yo…
La abundancia de los detalles simbólicos
En nuestros días, la gorra apenas sale de su caja si no es para celebrar Vappu, o en las ocasionales ceremonias académicas o actos oficiales. Sin embargo hubo un tiempo en que la gente se las ponía a diario durante todo el verano hasta finales de septiembre, así que puede decirse que hasta los años 50 del siglo pasado las gorras fueron un accesorio opcional. Nadie se molesta en lavar la gorra, y esa debe de ser la razón del color amarillento que puede apreciarse en la mayoría de los ejemplares con solera.
La gorra de graduación suele llevar el emblema de la Universidad de Helsinki, la lira de Apolo, símbolo del dios griego de la música, la danza y la poesía. Originalmente, y hasta la independencia de Finlandia en 1917, el examen de entrada a la universidad equivalía al examen nacional de bachillerato.
Hoy en día, quienes llevan la gorra le prenden la insignia de su universidad. El tamaño de esta poseía una sutil fuerza política en el s. XIX, un significado que ha perdurado hasta nuestros días, ya que indica si su portador es finoparlante (14 milímetros) o suecoparlante (22 milímetros). El finés y el sueco comparten el estatus de lenguas oficiales de Finlandia.
Para complicar aún más la cosa, la gorra de los estudiantes de carreras técnicas lleva una borla larga y negra, además del emblema específico de la universidad, con excepción de los estudiantes de la Universidad de Oulu, que insisten en complicarlo aún más llevando insignias que indican el programa de estudios al que pertenecen. El color del forro de la gorra también varía, dependiendo de la región de donde provenga el estudiante, así como de su origen fino o suecoparlante.
Y ustedes que se pensaban que una gorra blanca tan solo era una gorra blanca…
Libertad y un futuro brillante
La tradición de la gorra de bachiller es similar en todos los países nórdicos. Como símbolo de reconocimiento educativo, la prenda finlandesa tuvo su origen específico durante el periodo de dominio ruso, a mediados del s. XIX. El zar Nicolás I estipuló que todos los estudiantes universitarios debían llevar uniforme, pero a la muerte de este murió también la costumbre de llevarlo, con excepción de la gorra, que en aquellos tiempos era azul. Las mujeres no fueron invitadas a unirse al club hasta 1897, una vez admitidas en la asociación de estudiantes
Cada Vappu, quién sabe si para compensar este retraso debido a la discriminación de género, una de las mujeres más famosas de Helsinki es la primera elegida en ponerse la singular prenda. Un grupo de estudiantes lava simbólicamente —limpieza de primavera…— la estatua de Havis Amanda cercana a la Plaza del Mercado, para después coronarla con la gorra de graduación, tal como manda la tradición.
Esta distinción, instaurada desde 1921, la llevan a cabo las asociaciones de estudiantes, que se turnan cada año para hacerlo. Miles de personas acuden a aclamarles y a presenciar la ceremonia.
Pero, ¿qué significa la gorra blanca para la gente? «Para mí, significa posibilidades, libertad, un futuro brillante y la consecución de algo importante», nos dice Eveliina Lehtonen, de 35 años, no solo evocando su graduación, sino también reflexionando sobre el significado último de la más feliz de las gorras. «Y en Vappu, para mí, la gorra sigue significando que la primavera ha llegado y que es tiempo de festejar».
Por Tim Bird, mayo de 2019