El sol brilla y los padres y madres que saben estar a la última empujan sus cochecitos, dejando atrás la antigua planta eléctrica situada en los terrenos que ocupa el Flow Festival, un evento de tres días que abarca múltiples géneros, repartidos en ocho escenarios y en casi 150 actuaciones musicales.
Mientras, los niños corretean de un lado a otro, riendo, bailando y escuchando la música. Serían una especie de versión en miniatura de los adultos que acuden al festival, si no fuera por que muchos de ellos llevan puestos auriculares supresores de ruido y no se separan de sus globos. Hay más niños que adultos, con impermeables y botas de goma. Algunos incluso van vestidos a juego con sus padres.
El Family Sunday del FlowFestival está en su apogeo. Críos y padres pasan el rato y disfrutan juntos de las actuaciones.
Los adultos que tienen entradas para el Flow pueden llevar al Family Sunday a niños de diez años o menos, de las 13.00 a las 17.00 horas. Dirigidas a los críos de preescolar, las diferentes ofertas de diversión abarcan desde una discoteca, un taller de textiles, otro de pompas de jabón, otro de trenzado de pelo, clases de skateboard, maquillajes con purpurina, yoga infantil, películas y DJ.
Educando a las nuevas generaciones de festivaleros
El programa familiar del Flow nació en 2009, cuando los mismos organizadores y su círculo de amistades comenzaron a ser padres. «Queríamos que los habituales del festival tuvieran la posibilidad de traer a sus hijos al Family Sunday», nos explica Suvi Kallio, gerente del Flow Festival. «Solo se trataba de una pequeña ampliación del programa. Y cuando te traes a los críos a pasar la tarde, ya solo te hace falta encontrar canguro para la mañana».
Aunque al principio en el Family Sunday solo había bandas y DJ que ponían música infantil en el Backyard o patio trasero —una de las instalaciones del exterior—, este ha seguido creciendo con el paso de los años, y ya son cerca de 500 niños los que acuden (en la edición de 2018 el total de espectadores durante todo el fin de semana fue de 84 000). Según Suvi Kallio, la Skidit Mega Disko (skidit quiere decir “peques” en finés), que tuvo su debut en 2017, es una de las favoritas de los niños.
Discoteca vespertina para chicos y grandes
El famoso DJ Orkidea, está haciendo sonar alegres canciones en la antigua sala de calderas de 1000 metros cuadrados. Los focos iluminan a los animadores, que van disfrazados de personajes de cuentos infantiles. En una de las esquinas se encuentra el aparcamiento para cochecitos, mientras que en la otra hay colchonetas para los niños —y sus agotados padres—.
Parece que en la pista de baile la presencia de adultos y la de críos está casi igualada. La Skidit Mega Disko es realmente popular, como también lo es el otro evento de baile que se celebra en el Backyard, en el cual los DJ ponen música infantil, solo que más tradicional.
Es la segunda vez que Oliver y Verner —que en el momento de salir este artículo tienen tres y cinco años respectivamente— acuden al Flow Family Sunday con Visa, su padre, y Johanna, su madre. «Los festivales forman parte de la cultura estival de Finlandia, y hemos pensado que para los críos sería divertido experimentar el ambiente, sobre todo porque hay un programa dedicado especialmente a ellos», nos dice Visa.
Sin embargo, el concierto favorito de los chavales no figura en el programa infantil. Se trata de la actuación de Stig Dogg, un artista finlandés de rhythm and blues. Después de la Skidit Mega Disko los críos se irán a casa con su abuela, y los padres se quedarán a disfrutar del resto del festival.
Talleres divertidos y educativos
Ksenia ha venido al Family Sunday con sus hijos, Sofía, de ocho años, y Tigram, de 6, y uno de sus amigos. Los críos han participado en un taller textil organizado por la Universidad Aalto. Ksenia nos cuenta que lleva cuatro años viniendo al Flow, pero que es la primera vez que trae a los niños. «Nuestros hijos siempre han sentido curiosidad por el festival, y habían visto las instalaciones desde fuera, así que ha sido divertido poder enseñarles finalmente de qué se trata», dice.
El Family Sunday tiene lugar antes de la llegada masiva de festivaleros. «Claro, lo más interesante del Flow es la música, pero también es divertido darse un paseo por las instalaciones del festival cuando no hay tanta gente», dice Ksenia. «Y aquí hay un montón de talleres interesantes, así que los críos pueden aprender algo nuevo».
Sofía quiere añadir algo: «Me gusta hacer pompas de jabón y hacer arte con patchwork, pero además quiero comer algo».
La música, el baile, los helados y la pista de skate parecen ser los favoritos de la chiquillería. Las clases de skateboard tuvieron que suspenderse momentáneamente a causa de un breve chaparrón que pasó por encima del festival y que hizo que el terreno se pusiera resbaladizo, pero eso no pareció importarles a los críos. Se lo pasaron bomba correteando por allí, incluso sin patinetes.
También vale la pena señalar que, mientras que el Flow recibe con los brazos abiertos al público infantil durante el Family Sunday, hay al menos tres festivales finlandeses que abren sus puertas de manera gratuita a los aficionados que se encuentran en el otro extremo del espectro de edad: Ilosaarirock, que se celebra en Joensuu (este de Finlandia) y el Tuska Open Air Heavy Metal de Helsinki (para los mayores de 65 años), y el Ruisrock de Turku (suroeste de Finlandia), para los mayores de 70.
Por Anna Ruohonen, agosto de 2018