Obedeciendo a la creciente exigencia en cuanto a igualdad, la tradicional división de colores y estampados de la ropa infantil, basada en prejuicios de género, parece haber pasado de moda irremediablemente.
Desde luego, la fórmula “coches azules para los niños y princesas color de rosa para las niñas” está más que obsoleta. Padres y madres desean cada vez más vestir a sus hijos en un estilo unisex más actual. Y lo que es más, buscan diseños más personales de empresas pequeñas en lugar de prendas como las que ofrecen las megacadenas.
«En el núcleo de las nuevas tendencias en moda infantil se hallaría el creciente interés por los valores y en que la moda sea lo más respetuosa posible con el medio ambiente, además de ética», afirma Marika Westerlund, fundadora de la tienda Harakanpesä Shop (“el nido de la urraca”, en finés), un establecimiento minorista de Helsinki, cuyo eje principal siempre ha sido la ropa infantil.
«Al principio de esta nueva ola ética y unisex de la moda infantil, las marcas no fueron capaces de responder a la demanda», nos cuenta la empresaria. «Incluso a día de hoy, los artículos más populares se agotan en cuestión de horas en las tiendas online».
Estampados atrevidos, actitud urbana
Basada en la total neutralidad de género, Wildkind Kids es una de las marcas con mejores perspectivas de crecimiento a nivel internacional.
«En un principio se suponía que íbamos a diseñar una línea de ropa de estilo escandinavo, pero resultó que los estampados nos salieron mucho más disparatados de lo que esperábamos, así que ahora nos dedicamos a diseñar estampados y colores fuertes», nos cuenta Emilia Laitanen, fundadora junto con su hermana Johanna de Wildkind Kids.
Las prendas son el puro reflejo del nombre de la marca. «Los estampados son salvajes, y el diseño de la ropa permite que los niños lo sean», afirma Emilia Laitanen. «Gran parte de nuestra inspiración nos viene de la cultura skateboard, porque cuando éramos crías ambas solíamos patinar y pasar el tiempo con nuestros amigos skaters.
Crear impacto
Al igual que en otros países, la que una vez fuera pujante industria textil disminuyó drásticamente con la llegada a Finlandia de las importaciones procedentes de lugares con costos de producción bajos. A pesar de ello, Nokian Neulomo, que es una empresa relativamente nueva, ha tenido ya varios éxitos.
Cuando la marca Nanso decidió suspender la actividad de su planta de Nokia, una ciudad situada en el suroeste de Finlandia (sí, precisamente a esa Nokia…), Nokian Neulomo tomó el relevo para mantener la fábrica en funcionamiento y seguir ofreciendo empleo. La empresa se centra en la producción ética y sostenible, tiene su propia línea de prendas, llamada Neulomo, y fabrica ropa para varias marcas nacionales, como Papu, Uhana Design y TAUKO.
Creada en 2012, Papu —cuyo nombre quiere decir “alubia” o “frijol” en finés— fue una de las primeras marcas del sector en ser fundada según ciertos principios éticos. «Desde los inicios, mi deseo fue crear impacto», nos cuenta Anna Kurkela, diseñadora y fundadora de Papu.
Al principio tuvo dudas sobre si seguir o no en una industria con una imagen frecuentemente ensombrecida por las violaciones de los derechos humanos y la contaminación medioambiental. «Pronto me di cuenta de que la mejor forma de influir en ello era desde dentro, haciendo las cosas de manera diferente», afirma. Kurkela y su marido, Jussi Kurkela, son también accionistas minoritarios de Nokian Neulomo.
Pensar en libertad
En estos momentos parece que el interés por la ropa unisex se ha convertido en algo más que una simple moda. El ideal de diseño de la ropa infantil era que los críos pudieran moverse con libertad, y ahora parece que, además, se trata de que puedan pensar en libertad. Esta es una idea que a los padres les parece excelente.
«No quiero meter a mi hija en ninguno de los roles preconcebidos en los que habitualmente se mete a los críos en cuanto nacen», nos dice Emilia Hernesniemi, diseñadora y cofundadora de la marca R/H, además de madre de Doris, que ahora mismo tiene un año.
«Quiero que Doris se sienta a gusto y que se vista como a ella le apetezca», añade su padre, Hannu Hirstiö. «Conozco a mi hija y sé lo que le gusta hacer, así que siempre intento elegirle prendas que le permitan ser ella misma».
Los niños no son los únicos que se benefician de la ropa unisex. Anna Kurkela, de la marca Papu, nos cuenta esta historia: «Me sentí feliz al enterarme de que uno de nuestros clientes, un hombre, se había comprado una de nuestras prendas, un vestido llamado Kanto, y que lo usaba para dormir, porque… ¿Por qué no?».
Por Mari Storpellinen, abril de 2018