La cooperación internacional florece en una universidad del norte de Finlandia

Uno nunca sabe con quién se va a topar En el Centro Ártico (Arktinen Keskus) de la ciudad de Rovaniemi. Las historias de por qué cada investigador y cada estudiante ha terminado en el norte de Finlandia son diferentes.

Situado en Rovaniemi, justo debajo del Círculo Polar, el Centro Ártico es el principal instituto ártico de Finlandia, gestionado por la Universidad de Laponia. Tiene su sede en el Arktikum, un edificio emblemático que también alberga un centro científico y un museo.

La cooperación internacional ha sido un principio importante del Centro Ártico desde sus inicios, hace más de 30 años. En estos momentos cuenta con unos 50 miembros, procedentes de 11 países. Algunos ocupan puestos fijos, mientras que otros son visitantes por sólo unos meses. El Centro también suele enviar personal al extranjero para participar en proyectos. (Enlace en inglés).

Enamorarse de la Laponia finlandesa

Un edificio cuyo centro está enteramente compuesto de ventanales, rodeado de un frondoso parque.

El atrio acristalado del edificio Arktikum lo conecta con los vastos paisajes de la Laponia finlandesa, que nacen justo fuera de los confines de la ciudad.
Foto: Matti Kantola

Cuando Nicolas Gunslay, actual director de exposiciones del Centro Científico Arktikum, llegó en 1997, ya trabajaban allí otros miembros del personal de otras nacionalidades. Gunslay había venido para realizar un trabajo de campo sobre el proceso de revitalización identitaria y étnica de los pueblos árticos para su tesis doctoral en la Universidad de Estrasburgo.

“El plan era quedarme sólo nueve meses, pero no tardé en darme cuenta de que no quería irme”, dice.

La principal razón que le llevó a quedarse eran las buenas condiciones de vida. “Me enamoré de Laponia”, dice Gunslay. “Cuando vine por segunda vez, me lo traje todo: los esquís, la bici, los aparejos de pesca… Creo que aparecí con casi 60 kilos de equipaje”.

En su opinión, los empleados y todo el Centro Ártico se benefician del ambiente de apertura que allí se vive. “Cada investigador que viene de fuera de Finlandia trae consigo sus propias redes de contactos”, señala. “No ganas solo una persona más, sino toda una nueva red”.

Lleno de bosques… y más

Dos hombres y una mujer charlan frente a un gran ventanal.

De izquierda a derecha: Kamrul Hossain, Henri Wallen y Katharina Heinrich conversan sobre sus planes en el Arktikum, cuyo atrio acristalado deja entrar la luz y ofrece una panorámica del parque exterior.
Foto: Lisa König

Kamrul Hossain, catedrático de investigación y director del Northern Institute of Environmental and Minority Law, llegó a Finlandia procedente de Bangladesh a finales de los años noventa.

«Siempre me habían fascinado los países nórdicos, aunque no sabía mucho de ellos», dice. «Lo único que sabía de Finlandia era que estaba llena de bosques, pero un amigo me dio un folleto de la Universidad de Helsinki que incluía el formulario de inscripción para un máster internacional y pensé: ¿Por qué no?».

Hossain estudió Derecho Internacional Público en Helsinki. Más tarde, consiguió trabajo en un campo algo distinto, el del Derecho medioambiental y de minorías. Vino a Rovaniemi para trabajar cuatro meses en 2007. “Y aquí sigo”, nos dice.

“Creo que el ambiente internacional de trabajo que tenemos aquí es único. Colaboramos con académicos de todos los países y continentes. El inglés es el idioma de trabajo principal, incluso para nuestros colegas finlandeses”.

Primer plano

Una mujer que lleva un gorro de lana examina una bandeja de cristales de nieve acercando el ojo a una lente.

Marina Falke llegó a la Laponia finlandesa para experimentar la vida en el extremo norte y adquirir experiencia práctica en el estudio de la nieve ártica, que, según afirma, tiene una estructura diferente a la del manto de nieve alpino.Foto: Lisa König

También hay visitantes de corta duración, como Marina Falke, procedente de la Universidad de Hamburgo (Alemania). Ha venido a Laponia por unos meses para hacer mediciones de nieve para su proyecto de fin de máster en Ciencias de los sistemas climáticos integrados.

“Es la primera vez que veo el tipo de nieve que hay en el Ártico, con una estructura tan diferente a la del manto alpino”, explica. “Mi supervisor me sugirió un tema de máster que sólo incluía la modelización, pero para mí era importante hacer trabajo de campo y quedarme en una unidad de investigación in situ”.

“He querido hacer este intercambio para conocer la realidad de mi trabajo y averiguar si me veo trabajando en Finlandia en un futuro”.

Una cosa que le gusta especialmente del Centro Ártico es el ambiente sencillo de trabajo. “Me parece que es un lugar donde los responsables de la investigación se fijan realmente en las personas y no sólo en lo que éstas son capaces de llevar a cabo”, afirma.

Hacer lo que realmente es interesante

Una mujer practica esquí de fondo en un día soleado, con unas montañas al fondo.

Para Katharina Heinrich y otros investigadores que viven en la ciudad de Rovaniemi, en el norte de Finlandia, las oportunidades de esquiar son inherentes al territorio.
Foto por cortesía de Katharina Heinrich

La investigadora junior Katharina Heinrich, también alemana, estudió Economía y Gestión, y luego hizo dos másteres en Islandia, uno en Derecho polar y otro en Gestión costera y marina. Mudarse a Islandia fue un gran paso, porque «me llevó a hacer lo que realmente me interesa», asegura.

Fue casi una casualidad que en 2021 acabara en el Centro Ártico. Se puso en contacto con un catedrático de Investigación del centro mientras buscaba un supervisor para una solicitud de doctorado en la Universidad de Laponia.

“Me respondió que podía ser mi supervisor, pero también me ofreció un trabajo para este proyecto, donde estaban buscando a alguien exactamente con mi formación”, dice. “Me encanta, porque me está dando la oportunidad de experimentar el trabajo de investigación y de ver si me gusta antes de empezar un doctorado en ese campo”.

Para Heinrich, investigar temas del Ártico en un equipo internacional tiene mucho sentido. «Son muchos los países interesados en el Ártico, no sólo los Estados árticos». (Los Estados árticos son Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Canadá, EE.UU. y Rusia).

Nuevas ideas y perspectivas

Varios excursionistas con atuendo veraniego caminan por un sendero que atraviesa un bosque verde.

Cuando se vive en Rovaniemi, los numerosos parques nacionales de la Laponia finlandesa quedan muy a mano, como este de Pallas-Yllästunturi, que es el más popular de Finlandia.
Foto: Aku Häyrynen/Lehtikuva

Henri Wallen, que está llevando a cabo su investigación doctoral, procede de Rovaniemi y es uno de los finlandeses que trabajan en el Centro Ártico. Se incorporó a él en 2015, tras finalizar sus estudios de Sociología.

“De momento, me dedico principalmente a la modelización y el análisis cuantitativos para el proyecto CHARTER”, explica. (El acrónimo CHARTER procede de CHanges in ARctic TERrestrial biodiversity; cambios en la biodiversidad ártica terrestre). “Se trata uno de los proyectos del programa Horizon, de la UE, así que es internacional por naturaleza”.

Le gusta el ambiente internacional. “La gente va y viene, aportando nuevas ideas y perspectivas diferentes”, dice. “Supongo que es una de las principales razones por las que las cosas funcionan bien”.

Al mismo tiempo, los miembros finlandeses del personal, como Wallen, le proporcionan raíces a la investigación al disponer naturalmente de abundantes conexiones con la comunidad y la cultura locales.

Por Lisa König, junio de 2023

Lisa König procede de Alemania y durante la primavera de 2023 ha desarrollado tareas de comunicación científica en el Centro Ártico de Rovaniemi.