Con billetes en mano, maletas llenas de pasión y sin saber casi nada de español ni catalán dos jóvenes finlandeses emprendieron su viaje rumbo hacia Barcelona con el sueño de abrir su propio restaurante.
Setenta y cinco años después del comienzo de la Guerra de Invierno, la joven generación de historiadores finlandeses nos ofrece los hechos desde una perspectiva nueva.