La tradición del teatro de verano al aire libre es una ingeniosa amalgama, típicamente finlandesa, en la que se mezclan el amor instintivo por la cultura y la determinación de aprovechar cada segundo del buen tiempo. ¿A quién le apetece estar sentado a oscuras en un teatro sin ventanas, pudiendo estar a la luz del día durante casi 24 horas? ¿Y por qué no aprovecharlo disfrutando de una buena obra de teatro?
Según una estimación llevada a cabo en 2017, en toda Finlandia hay unos 400 teatros de verano. Algo más de una veintena —como el Teaterbåten, que está de gira permanente de puerto en puerto, y los espectáculos en el castillo de Raseborg, cerca de la costa sur— dan sus funciones en lengua sueca, y muchas compañías son 100% amateur. Una parte significativa de los espectáculos son llevados a cabo por profesionales y aficionados a partes iguales, lo cual convierte la empresa en un auténtico esfuerzo comunitario.
Profesionales y aficionados trabajan juntos en proyectos que, a menudo, pueden parecer un tanto excéntricos, y cuyos beneficios suelen ser proporcionales —en sentido descendente— a la distancia que los separa de la capital u otras ciudades. Docenas de personas se muestran deseosas de dedicarle su tiempo libre —a menudo cientos de horas— a estas producciones de teatro al aire libre. El resto es, naturalmente, esa actitud tan finlandesa de ignorar la climatología: aunque el tiempo rara vez sea lo que se dice “clemente”, el público se compra sus entradas para la función al aire libre y lo mismo puede presentarse en tacones y de tiros largos, o con botas de goma. Lo que importa es la preparación, todo un arte en sí, como lo es preparar el picnic de Vappu (Primero de Mayo).
Unos escenarios espectaculares
El entorno es con frecuencia un aspecto importante de la experiencia del teatro al aire libre (kesäteatteri, en finés). Probablemente el más famoso de Finlandia sea el de la evocadora e histórica fortaleza marítima de Suomenlinna, a la entrada del Puerto Sur de la ciudad de Helsinki.
«Asistir a la noche de estreno del teatro de Suomenlinna es una tradición de cada verano, y siempre acudo con mis dos hijas y uno de sus padrinos», nos cuenta la periodista Anna Ekholm. «Ahora lo han cubierto con un techo, pero siempre hemos ido sin importarnos el tiempo, lloviese, hiciese viento o brillase el sol. ¡Y cada año me como allí la primera salchicha a la parrilla del verano!». Anna Ekholm se crió en Hämeenkyrö, una pequeña ciudad del centro de Finlandia, y para ella las visitas al singular teatro giratorio situado bajo los pinos de la colina de Pyynikki, en Tampere, son un recuerdo que atesora desde su infancia, ¡por no hablar de los perritos calientes que solía comerse en los intermedios!
Popular entre los actores y la audiencia
«La programación del teatro estival tiende a ser ligera y entretenida, con frecuencia se trata de farsas, aunque algunas veces también se representan obras clásicas o de carácter histórico», dice Eva Buchwald, dramaturga del Teatro Nacional de Finlandia. «Los actores disfrutan trabajando en el teatro al aire libre».
El teatro de verano es popular entre los actores y la audiencia. «Forma parte del programa estival de la gente», nos cuenta Juha Kukkonen, director de la compañía Ryhmäteatteri de Helsinki, que presenta su espectáculo en Suomenlinna. «La mayoría de los teatros están en lugares verdaderamente hermosos. Ni siquiera te parece estar trabajando. Puedes disfrutar del verano mientras haces algo interesante al aire libre».
Eso no disminuye la presión que supone para Kukkonen y sus colegas hacer un buen espectáculo. «En Suomenlinna el listón está muy alto. Se diferencia de los demás teatros de verano, donde puedes representar casi cualquier obra. Cuando se trata de Suomenlinna, la gente espera algo especial e interesante».
Por Tim Bird, julio de 2019, actualizado en mayo de 2022