Lo primero que un artículo sobre el sisu te dirá, casi con seguridad, es que se trata de un término finlandés intraducible. Los autores llevan tratando de encontrarle un sinónimo desde enero de 1940, cuando en el párrafo introductorio de uno de sus artículos, el New York Times se aventuró a decir: «No es de fácil traducción, porque en ningún otro idioma hay un equivalente preciso». El titular era: “Sisu: una palabra que expresa lo que es Finlandia”.
¿Cómo escribir entonces sobre un país, si resulta que la descripción de este se basa en una palabra intraducible? Es algo increíblemente complicado y, sin embargo, engañosamente sencillo: los escritores tienen que recurrir a explicar largamente lo que significa sisu, y al hacerlo ponen al descubierto el funcionamiento interno de la gente y la sociedad de Finlandia, describiendo lo que incluso podríamos denominar el alma del país. Esto es lo que le ha sucedido a Joanna Nylund al abordar el tema en su libro, Sisu: The Finnish Art of Courage (en español, Sisu: El arte finlandés del coraje, 2018, editado en el Reino Unido por la editorial Gaia y en EE. UU. por Running Press). [Para conocimiento general: Joanna Nylund también ha publicado artículos y fotografías en thisisFINLAND].
Etimológicamente, el término sisu proviene de una raíz finlandesa que significa “interior” o “dentro”. Este es el motivo por el que a veces aparece traducido como “tener agallas”, “tener estómago”, o “tener fuerza interior”. Finlandia es un país bilingüe, y Joanna Nylund, que creció en Raasepori, una ciudad del sur donde tanto los finohablantes como los hablantes del sueco están bien representados, habla ambos idiomas. (En el extremo norte, las lenguas de los indígenas sami también tienen un estatus oficial). Pero, independientemente del idioma, todos los habitantes de Finlandia pueden reclamar su derecho al sisu. Y por si fuera poco, a lo largo y ancho del mundo también hay gente que muestra interés en el concepto. Ya en las primeras páginas del libro, la autora anima a los lectores diciéndoles: «Tienes sisu» y «El sisu está al alcance de todos. Lo llevas dentro de ti».
Una actitud orientada a la acción
Joanna Nylund escribió el libro originalmente en inglés. En el momento de publicar de este artículo, está a punto de aparecer o está programado su lanzamiento en holandés, francés, húngaro, coreano, portugués, ruso, vietnamita y, naturalmente, también en finés. Los siete capítulos del libro han permitido que la autora contemple el sisu, sus manifestaciones y aplicaciones desde diferentes ángulos.
En la introducción el libro nos cuenta que, lingüísticamente hablando, el concepto de sisu se remonta a 500 años, si no más. Podría traducirse por “determinación estoica, resistencia, coraje, valentía, fuerza de voluntad, tenacidad y capacidad de recuperación”. Es “una forma de pensar orientada a la acción”. Uno no se jacta de tener sisu, sino que simplemente “deja que sean sus acciones las que hablen en su nombre”.
A partir de ahí, el libro se diversifica, ampliando aún más la definición de sisu y explicándola con mayor detalle, con el fin de mostrar que este puede aplicarse cual si se tratara de una filosofía de vida universal. El sisu entra en juego cuando uno se enfrenta a desafíos como el de pelear una guerra en pleno invierno helado —que es exactamente lo que Finlandia estaba haciendo cuando el Times publicó su artículo en 1940—, pero también puede servir de ayuda al enfrentarnos a algunos obstáculos de la vida diaria. El sisu contribuye al bienestar físico y mental y ayuda a comunicarse con la pareja, la familia y los colegas del trabajo. Puedes criar a tus hijos para que tengan sisu. Puedes usarlo como criterio de una vida activa y saludable, aprovecharlo para progresar hacia tus objetivos, e incluso encontrar la felicidad a través de él.
Joanna Nylund concluye el proceso de esclarecer lo que es el sisu con una ordenada e interesante guía cultural de Finlandia. La manera de vivir y de pensar de los finlandeses se nutre del concepto de sisu, o contribuye de alguna manera a este. El sisu juega un gran papel, ya se trate de emular el amor finlandés por la naturaleza, estudiar su famoso sistema educativo, admirar la capacidad de los finlandeses para aprovechar al máximo las condiciones climáticas extremas —y de divertirse mientras lo hacen—, o inspirarse en esa manera tan finlandesa de lidiar con las crisis de vida, grandes o pequeñas… Y también si solo eres un “fincurioso”.
El libro incluye algunos consejos sobre cómo incorporar en la propia vida una actitud al estilo del sisu: «Consejos básicos que te ayudarán a recargar baterías: 1º Desconéctate de verdad, 2º Abraza el silencio, 3º Prográmate tu tiempo para poder estar solo». ¿Y qué me dicen de estos otros?: «Consejos básicos para regresar a la naturaleza: 1º Piensa con sencillez, 2º Piensa en tu saber hacer, 3º Piensa en la preparación». Incluso hay recetas de cocina con sisu, como el pastel de arándanos o el cóctel de vodka con moras, albahaca y limón, las cuales se elaboran con ingredientes silvestres cuya recolección requiere salir al bosque.
Imposible no toparse con el sisu
¿Se planteó Joanna Nylund en algún momento que tal vez estuviera extendiéndose demasiado en la definición de sisu? Si así fue, el temor resultó ser infundado. «Abarca la vida entera», afirma la autora, «lo descubrí al tiempo que le daba vueltas y escribía sobre ello». La conclusión a la que llegó es que el sisu es genuinamente «La base y el sostén de muchas cosas y, en ese sentido, no tuve que esforzarme demasiado en descubrirlo en los diferentes aspectos de la vida».
Si estás interesado en Finlandia —o sea, eres un “fincurioso”—, no dudes de que en algún momento te toparás con el sisu. «La idea, el hilo conductor de todo [en el libro], es que el sisu aflora a través de nuestras acciones, y que por eso hay que conversar con los finlandeses, describir cómo vivimos, para poder hacerse una idea de cómo es el sisu».
En Sisu: El arte finlandés del coraje, Joanna Nylund ha incluido entrevistas con finlandeses que son la personificación misma del concepto, como Patrick Degerman, el explorador del Ártico y la Antártida, y Emilia Lahti, la activista social e investigadora del sisu. Tampoco ha olvidado la autora mencionar otros ejemplos, como el Premio Nobel de la Paz, Martti Ahtisaari, conocido por su trabajo en la resolución de conflictos internacionales, y el corredor de larga distancia Paavo Nurmi, que estableció récords y ganó medallas olímpicas en la década de los 20 del siglo pasado.
Cualquiera que escriba un libro como este, con una mirada compacta, pero que al tiempo abarca la totalidad de la cultura finlandesa, se convertirá en embajador no oficial del país. Joanna Nylund “ha caído” en este rol de embajadora, según ella, «involuntariamente, pero no de mala gana», así que a todos nos parece bien.
Por Peter Marten, marzo de 2018