Son muchos los países cuyo símbolo nacional es un animal o un pájaro, pero en el caso Finlandia, siempre tan apegada a la naturaleza, los símbolos son siete e incluyen un pez, un árbol e incluso un insecto. Y, cómo no, el último fin de semana de agosto Finlandia celebra anualmente su Día Nacional de la Naturaleza.
Estos siete magníficos símbolos naturales llegaron a ser lo que son gracias a varias votaciones populares que se llevaron a cabo en los años 80 y 90 -antes de la llegada de las votaciones online- y en las cuales participaron miles de votantes por vía postal.
“La razón de que tengamos tantos emblemas naturales es que la naturaleza es algo muy querido para los finlandeses, como puede apreciarse cada verano, cuando todo el mundo se pone en marcha en busca de sus raíces rurales y nuestras ciudades se quedan vacías”, nos explica Terho Poutanen, antiguo encargado de publicidad de la Oficina Finlandesa para la Conservación de la Naturaleza. La asociación organizó varias de las votaciones en colaboración con socios científicos, empresariales y medios de comunicación.p>
“Estos siete símbolos naturales están unidos a la mitología finlandesa, las tradiciones nacionales y la cultura popular de varias maneras, todas ellas muy interesantes”, añade. Muchos de ellos ya han sido exhibidos con orgullo en sellos de correos, logos de organizaciones, así como en los billetes y monedas finlandesas anteriores al euro.
Poutanen nos explica que la finalidad principal de las votaciones era despertar el interés por la conservación de la naturaleza entre los finlandeses modernos y urbanitas, ofreciéndoles una sensación de conexión con alguna criatura que les resultase familiar, o carismática, y que estuviese en peligro de extinción.
El animal nacional de Finlandia: el oso pardo
La presencia de los osos es preeminente en la mitología finlandesa, incluyendo la epopeya folklórica nacional El Kalevala. Los antiguos pueblos finoúgricos consideraban al oso como un animal digno de temor, pero al mismo tiempo totémico y respetado. Para los finlandeses sigue siendo “el rey del bosque”, también en la actualidad.
Hoy en día, son cerca de 1500 los osos pardos (Ursus arctos) que continúan viviendo en libertad en los vastos bosques de Finlandia, aunque temen a los humanos y son pocos los finlandeses que se topan con ellos en la espesura, a pesar que las concienciadas y seguras excursiones que se organizan en los límites territoriales de los osos, en el este de Finlandia, han hecho posible que un número creciente de visitantes nacionales y extranjeros puedan observar de cerca a estas magníficas bestias.
Pero otros animales lograron también una posición ventajosa en la lista, como por ejemplo el favorito de los cazadores, el alce (Alces alces), o la foca de Saimaa (Pusa hispida saimensis), una especie de agua dulce que solo se encuentra en Finlandia.
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El ave nacional de Finlandia: el cisne cantor
El cisne cantor (Cygnus cygnus) es un ave salvaje del norte, elegante y de plumaje blanco inmaculado, que aparece frecuentemente en la cultura y en el folklore finlandés, desde la epopeya El Kalevala hasta las composiciones de Jean Sibelius.
Durante los primeros años del siglo XX, el número de ejemplares en libertad del cisne cantor sufrió un abrupto descenso y en los años 50 eran a penas veinte parejas las que procreaban en Finlandia. Desde entonces, y tras convertirse en foco de atención por ser declarada especie emblemática por el naciente movimiento de conservación de la naturaleza del país, su recuperación ha sido paulatina y, a día de hoy, Finlandia es el hogar de unos 6000 ejemplares de esta ave. Verlas llegar cada primavera y escuchar su canto es motivo de alegría para todos los amantes de la naturaleza, de un lado a otro del país.
Muchos productos que se encuentran en los supermercados y tiendas finlandesas presentan etiquetas con el logo de un cisne en pleno vuelo –como parte de la campaña nórdica de certificación medioambiental-, o un cisne nadando, símbolo de que los alimentos han sido producidos en Finlandia. En las monedas de euro finlandesas puede verse a una pareja de cisnes sobrevolando el paisaje más finlandés que pueda existir: un lago.
La flor nacional finlandesa: el muguete
El muguete (Convallaria majalis) fue elegido flor nacional porque sus atractivas y aromáticas flores son muy queridas por la mayoría de los finlandeses. Estos delicados racimos de campanillas blancas florecen cada año a principios de verano en territorios húmedos, parques y jardines de casi todo el país.
Es tal la profusión con la que estas plantas perennes crecen, que los niños y demás amantes de la naturaleza pueden recogerlas sin temor, dejando de lado otras especies más raras, aunque no esté de más recordar que las rojas y brillantes bayas que adornan el muguete a finales de verano son venenosas.
El muguete aparece con frecuencia en la poesía romántica finlandesa y en la música popular. Su nombre en finés, kielo, es también un nombre tradicional femenino que, por alguna razón, también se les suele poner a las afables vacas.
El árbol nacional finlandés: el abedul
El abedul llorón (Betula pendula), con su llamativa corteza blanca, sus frondosas hojas verdes y la elegancia con la que se inclinan sus ramas, es tal vez el más bello de los árboles oriundos de los bosques finlandeses, así que no es de extrañar que fuese declarado vencedor en las votaciones para elegir el árbol nacional, en 1988.
A lo largo de su historia, los finlandeses han aprovechado tradicionalmente el abedul de muchas formas. Además de la madera, de su savia se obtiene una sana bebida, rica en minerales. La corteza se ha usado para fabricar desde tejados, pasando por cestas, hasta incluso zapatos. Y las ramas más frescas y frondosas de los abedules más jóvenes sirven para elaborar unos estupendos haces, que se utilizan para darse y dar terapéuticas azotainas durante la sauna.
Para señalar el Solsticio de Verano y continuando con una antiquísima tradición, muchos finlandeses colocan dos retoños de abedul a ambos lados de la puerta de su casa o de su cabaña de verano. Y son innumerables los viejos filmes finlandeses en los que una doncella rubia se apoya de manera encantadora en el tronco de un abedul, siempre con el pintoresco paisaje de un lago como fondo, naturalmente.
El pez nacional finlandés: la perca
Con sus rayas oscuras y sus aletas de brillante color rojo, la perca (Percha fluviatilis) es sin duda alguna el pez más familiar y sencillo de reconocer en las aguas finlandesas. Algunos peces bien conocidos prosperan en aguas marinas, más saladas, en ríos salvajes o en las aguas puras e impolutas de los lagos árticos, mientras que la humilde perca abunda en estanques, lagos, ríos y aguas costeras, a lo largo y ancho de Finlandia.
Estos depredadores acuáticos, siempre hambrientos, pueden ser pescados por cualquiera que sea capaz de ponerles delante un sedal y un anzuelo con su correspondiente gusano, ya sea colgando de una caña o de una simple rama. Se trata de un pescado de amplia comercialización y que los profesionales extraen con redes, habitualmente.
La perca fresca se vende en las tiendas y mercados de toda Finlandia. Frita, a la parrilla o al horno, resulta una comida sabrosa y los platos tradicionales como la sopa de perca o la hogaza de centeno rellena de ésta, son muy populares en las zonas rurales del país.
La piedra nacional finlandesa: el granito
El granito fue elegida piedra nacional finlandesa a través de una votación postal llevada a cabo por el Centro Científico Heureka de Finlandia en 1989. Los afloramientos de lecho de roca gris o rosácea, de dos mil millones de años o más de antigüedad, pueden apreciarse en casi todas las regiones del país.
El atractivo y duradero granito está presente también en los pueblos y ciudades de Finlandia en forma de monumentos, esculturas y edificios representativos. En Helsinki, algunos de los más conocidos son los del Parlamento, el Museo Nacional, la Estación Central de Ferrocarril, el Teatro Nacional, el centro comercial Casa de Granito y la impresionante Iglesia de Temppeliaukio, excavada directamente en el lecho de granito que sustenta la ciudad.
El insecto nacional finlandés: la mariquita de siete puntos
La mariquita de siete puntos (Coccinella septempunctata) fue elegida como insecto emblemático a través de una votación promovida por una popular revista para amantes del mundo animal. Se trata de una atinada elección que no hace sino aumentar el interés por los bichos, ya que este dulce insecto que con tanta confianza se deja ver, ni pica ni muerde, y cualquiera puede tomarlo en sus manos para observarlo sin miedo.
Aunque, claro, lo que probablemente haya influido en su elección debe de ser una famosa cancioncilla infantil, cantada desde hace generaciones por todos los niños finlandeses: “Vuela, vuela, Mariquita, hasta el pie de aquella piedra/ Que tu mamá y tu papá te están haciendo una rica papilla”.
Y como no, en Finlandia las alegres mariquitas son también el emblema de los productos orgánicos respetuosos para con la naturaleza.
Por Fran Weaver, Agosto 2014