El sistema finlandés de devolución de envases de bebidas fue puesto en marcha en la década de 1950 y hoy en día las botellas y latas retornadas se reciclan prácticamente en su totalidad. La comodidad es la piedra angular de su éxito.
Solo en 2020, los habitantes de Finlandia retornaron más de dos mil millones de botellas y latas, el 93% del total comprado en el país. Los factores que lo hacen posible son las máquinas automáticas de devolución de envases, desarrolladas hace décadas, así como la ampliación que se hizo del sistema en la década de los 2000 para poder incluir las botellas de plástico.
La directiva de la UE referente a los plásticos de un solo uso se ha centrado especialmente en el reciclaje de botellas y la sostenibilidad. Aprobada por abrumadora mayoría en el Parlamento Europeo en 2019, la directiva estipula que para 2029 el 90% de las botellas de plástico para bebidas habrán de ser recicladas. Como ya hace años que Finlandia superó con creces esa meta, su sistema está atrayendo la atención como una posible solución que podría ser utilizada en otros países.
El reciclaje de las botellas y las latas ahorra energía y materias primas, y también reduce los residuos en ciudades y espacios naturales. Los envases de bebidas se incorporan a la economía circular, ya que sus componentes son reciclados y reutilizados en nuevos envases y en otros productos.
Para la fabricación de latas a partir de aluminio reciclado sólo es necesario un 5% de la energía requerida para fabricarlas desde cero. Del mismo modo, la fabricación de vidrio a partir de vidrio reciclado consume un 30% menos de energía que la fabricación de vidrio desde cero. (Estas estadísticas han sido extraídas del sitio web de Palpa, la empresa sin ánimo de lucro que gestiona las operaciones de reciclaje de latas y botellas en Finlandia).
Cómo funciona
Los primeros programas de reciclaje de botellas se remontan a los años 50. En toda Finlandia hay actualmente unas 5000 máquinas de devolución de envases, la mayoría de las cuales están ubicadas en las mismas tiendas y quioscos que venden las bebidas, lo que facilita que la gente los devuelva como parte de su rutina habitual. Los hoteles, restaurantes, oficinas, centros educativos y organizadores de eventos devuelven los envases a través de sus proveedores de bebidas.
Cada vez que alguien compra una bebida embotellada o en lata, paga un depósito de entre 15 y 40 céntimos. El sistema incluye las bebidas alcohólicas, los refrescos y el agua embotellada, ya se trate de latas de aluminio, botellas de vidrio o botellas de plástico PET.
Usar las máquinas de retorno es muy sencillo. Se introduce el envase por la apertura frontal, y se coloca tumbado sobre las cintas transportadoras en miniatura, que lo arrastran y lo pasan por delante de un escáner, tras lo cual el envase se pierde de vista. La máquina clasifica las botellas y aplasta las latas. Para terminar, solo hay que pulsar un botón y la máquina emite un recibo. Las botellas de plástico valen entre 20 y 40 céntimos, según su tamaño, las de vidrio valen entre 10 y 40 céntimos y las latas de aluminio 15 céntimos. Los envases retornados se reciclan o sus materiales se reutilizan.
Al presentar el recibo de la devolución en la caja de la tienda, te devuelven el dinero en efectivo, o te descuentan la cantidad del importe de tu compra. Palpa procesa 360 millones de euros al año en concepto de depósito por las botellas.
Toneladas y toneladas de botellas y latas
A lo largo y ancho de Finlandia la media de devolución de las latas es de 44 por segundo, frente a las 17 botellas de plástico por segundo y las 4 botellas de vidrio por segundo. En 2020 la tasa de devolución fue del 94% para las latas de aluminio (de los 1400 millones vendidos), del 92% para las botellas de plástico (de 530 millones) y del 87% para las botellas de vidrio (de 133 millones). De media, cada habitante de Finlandia devuelve 373 artículos al año: 251 latas de aluminio, 98 botellas de plástico y 24 botellas de vidrio.
El gobierno ha confiado esta tarea al sector privado. «Palpa funciona sin ánimo de lucro y no recibe financiación del gobierno», nos explica Tommi Vihavainen, director de servicios a los productores, TIC y comunicación de Palpa. Entre los propietarios de la empresa están los grandes productores de bebidas Olvi, Sinebrychoff y Hartwall, y otras 200 empresas aproximadamente, que pagan cuotas de afiliación. Estas empresas y los propietarios de Palpa quedan exentos de pagar el impuesto sobre los envases de las bebidas que producen.
El volumen de negocios de Palpa asciende a unos 80 millones de euros, generados por la venta de material, las tasas de reciclaje y los cargos por envases no retornables. La empresa utiliza el dinero para mantener el sistema en funcionamiento.
Rusia y el Reino Unido, entre otros países, ya han mostrado su interés por el sistema finlandés. «La mayoría de nuestros visitantes quieren ver cómo funciona el sistema de devolución en Finlandia», dice Vihavainen. «No somos consultores, pero estamos orgullosos de darlo a conocer».
Mantener la ciudad limpia
Cualquier botella que la gente haya dejado en la calle o en un parque será recogida por alguien que la devolverá a cambio del dinero del depósito. La ciudad de Helsinki se ha dado cuenta de que los recolectores no oficiales facilitan mucho la vida de la ciudad cuando hay grandes celebraciones, como Vappu (30 de abril y Primero de Mayo), durante las cuales a menudo se celebran pícnics en los parques públicos.
«Sólo recogemos las botellas de vino espumoso», comenta Elina Nummi, gestora de proyectos de medio ambiente urbano de la ciudad de Helsinki. Son las más grandes y pesadas, y también son muy populares en Vappu. «Los recolectores independientes de contenedores se llevan el resto. Además, en nuestros puntos de recogida regalamos una entrada de cine por cada 20 botellas de vino que nos traigan. Un año llegamos a entregar 1500 entradas». Eso son 30 000 botellas, así que debió de ser una fiesta por todo lo grande.
Como no estaban dispuestos a permitir que el reciclaje de botellas se convirtiera en un dolor de cabeza, los organizadores de eventos comerciales también le han plantado cara sin ambages. Ejemplo de ello es el Flow Festival de Helsinki, al que suelen asistir más de 70 000 visitantes durante tres o cuatro días repletos de conciertos, y que constituye el mayor evento de este tipo en Finlandia. Su sistema de depósito de botellas anima a los asistentes a que se aseguren de que sus botellas se reciclan correctamente, y no se queden por ahí, ni se tiren en los contenedores de basura equivocados.
La encargada de prensa del Flow, Susanna Hulkkonen, dice que todas las botellas que se venden en las instalaciones son reabsorbidas. «En el precio de la bebida va incluido un depósito: una botella de vino o champán cuesta diez euros, y el resto, un euro», dice. Se puede devolver la botella en el punto de venta y recuperar el depósito, o puedes donar la cantidad llevando la botella a la caseta de la Asociación Finlandesa para la Conservación de la Naturaleza, ubicada en el mismo recinto del festival.
Por Evgeny Bogdanov y la Redacción de ThisisFINLAND, actualizado en junio de 2021