Estamos en la Åbo Akademi, una universidad que tiene su sede en Turku, en el suroeste de Finlandia.
Pasa gente vestida con ropa normal, de camino a sus clases o a comer, pero en el nuevo Edificio Aurum un grupo de 11 estudiantes se ha reunido para lucir sus vistosos monos de trabajo y compartir sus impresiones sobre este atuendo tan especial. Ninguno de ellos es de Turku, y entre todos abarcan diez disciplinas académicas diferentes.
En su primer año de carrera los estudiantes suelen comprarse los ansiados monos, cuyo color dependerá de la universidad y de la facultad en la que estudien.
“Los estudiantes de biología suelen ir con mono verde, los de medicina van de blanco y los de ingeniería informática van de negro”, explica Jenny Ek, que va vestida de verde oscuro. “Pero los colores varían en las distintas regiones de Finlandia”.
El mono se denomina haalari en finés y halare en sueco, que es la otra lengua oficial de Finlandia. (Turku también tiene un nombre en sueco: Åbo).
Una manera de integrase la vida en el campus
Es habitual ver a estudiantes ataviados con el mono en muchos actos informales, sobre todo en los más multitudinarios, donde es la manera perfecta de reconocer a sus compañeros. También son útiles para estar abrigado durante los eventos al aire libre y los picnics, cuando hace frío.
“Nos ponemos los monos para identificarnos con nuestros compañeros y expresar que formamos parte de la comunidad”, afirma Julia Latva-Pirilä, que hace cuarto curso de Farmacia.
“En los actos importantes y las visitas a las escuelas, es una manera de representar a la universidad y a nuestra organización estudiantil”, dice Cecilia Dahl, que estudia ingeniería química y ha teñido su mono con el característico tono verde claro.
Para los estudiantes de primer año, el curso académico comienza cada otoño con una semana introductoria, en la que no faltan los eventos divertidos de bienvenida a los recién llegados, con el fin de facilitarles la integración en la vida del campus. Los estudiantes veteranos, que son los que organizan las actividades, llevan monos de colores concretos para que los nuevos puedan encontrar el grupo que les corresponde.
“Durante esa semana, las organizaciones estudiantiles ayudan a los estudiantes de primer año a encargar sus propios monos”, nos cuenta Joakim Stewen, estudiante de cuarto curso de ingeniería informática.
Memoria personalizada
Los monos nuevos están impecables y carecen de distintivos, así que cada alumno puede adornarlo y personalizarlo a su gusto. “Los monos son como un lienzo limpio en el que puedes plasmar tu personalidad”, dice Vilma Sumelius, estudiante de psicología.
Lo habitual es obtener parches por participar en eventos estudiantiles, parches que luego se cosen o se pegan en el mono. También son habituales las insignias que promocionan aficiones, muestran apoyo a alguna organización, o contienen mensajes divertidos. Se puede intercambiar parte de una manga o una pernera con las del mono de otro estudiante para añadir color o mostrar afinidad.
“El mono se convierte en un recuerdo entrañable de tus años de estudiante”, dice William Törnqvist, un estudiante de ingeniería química que lleva una composición mitad verde y mitad azul.
Como una inyección mágica de confianza
En las veladas de costura y los actos de inauguración del curso a los estudiantes de primer año se les enseña a decorar sus monos nuevecitos, además de ciertas normas de uso. Al mismo tiempo, se trata de ocasiones para socializar, pedir consejo y hacer amigos.
Todos recuerdan lo bien que se sintieron al ponerse el mono por primera vez.
“Vestir el mono es como una inyección mágica de confianza en uno mismo”, afirma Jesper Öhman, que estudia Filología Inglesa. “Con el mono puesto, nunca estás solo. También es un rompehielos infalible, vayas donde vayas. Siempre puedes hablar del mono, incluso con gente que no conoces”.
Niko Sandberg, que estudia Ciencias Políticas, añade: “El mono demuestra que eres universitario, y eso siempre lo enorgullece a uno”.
La ciudad de los estudiantes
Turku, que cuenta con numerosos centros de enseñanza superior, es una de las principales ciudades universitarias de Finlandia, donde los estudiantes representan alrededor del 20% de sus casi 200 000 habitantes. Jóvenes de todo el país y del mundo entero llegan a ella cada otoño para estudiar en alguna de las universidades o escuelas politécnicas.
Los estudiantes ataviados con sus monos corroboran que Turku es un lugar estupendo para estudiar, porque todo queda a un paso. La abundancia de eventos permite conocer gente nueva de lugares nuevos y hacer amistad con personas de otras facultades.
Por Catarina Stewen, junio de 2023