Mannerheim, un héroe en Finlandia

Mannerheim, el jefe militar más famoso de Finlandia, hizo posible que sus compatriotas lograran “una vida propia e independiente dentro de la familia de los pueblos libres”.

C.G.E. Mannerheim marcó el curso de la historia finlandesa y ha sido elegido como el mejor finlandés de todos los tiempos.

Carl Gustaf Emil Mannerheim sirvió en el ejército imperial ruso durante décadas, para más tarde convertirse en el héroe de guerra de Finlandia. Mannerheim se convirtió en el símbolo de la lucha finlandesa contra la Rusia soviética durante la Guerra de Invierno, de 1939 a 1940. Aquellos 105 días de obstinada resistencia contra un enemigo enormemente superior le valieron ser aclamado en todo el mundo occidental como el paladín de la libertad.

No era la primera vez que el distinguido representante de la aristocracia finlandesa suecohablante ejercía de comandante en jefe en una guerra contra Rusia.

El general Mannerheim en Vehmainen, Finlandia central, en 1918. Foto: Ilari Järvinen De un retrato de Eero Järnefelt (1863-1937), realizado en 1933

La Guerra de Liberación de 1918 —más tarde denominada también Guerra Civil— se libró contra la Rusia soviética y contra sus aliados, los “rojos” finlandeses. La Guerra de Invierno no fue la última en la que Mannerheim luchó contra Rusia.

El período conocido como Guerra de Continuación, de 1941 a 1944, y durante el cual las fuerzas alemanas lucharon junto al ejército finlandés, resultó para Finlandia y Rusia aún más riguroso que la Guerra de Invierno.

Es más, durante la Guerra de la Continuación, las fuerzas finlandesas llegaron a internarse en el territorio ruso con la intención de conseguir la anexión de Carelia Oriental, una región que nunca había pertenecido a Finlandia.

Hay que reconocer que los principios finlandeses en cuanto a sus métodos de guerra y los de los rusos diferían sustancialmente de los de los alemanes. Finlandia se negó a lanzar una ofensiva terrestre contra Leningrado, o incluso a bombardearlo, a pesar de las presiones de Alemania para que así lo hiciera.

Una excepcional carrera en Rusia

Mannerheim pasó nada menos que treinta años en Rusia sirviendo en el ejército imperial ruso, la mayor parte de ellos en San Petersburgo.

Durante dicho periodo, Mannerheim no sólo ascendió hasta el rango de teniente general y fue nombrado Comandante del Cuerpo de Caballería del Ejército Imperial, sino que también se relacionó personalmente con el emperador, convirtiéndose en miembro de su séquito.

El expediente militar de Mannerheim es impresionante. Luchó por Rusia tanto en el frente de la Guerra Ruso-Japonesa (de 1904 a 1905), como en el de la Primera Guerra Mundial (de 1914 a 1917). El General Mannerheim fue condecorado con la Cruz de San Jorge al Servicio y al Valor y fue famoso por su talento y eficacia militares.

El coronel Mannerheim en uniforme de gala como comandante del XIII Regimiento Vladimir de Ulanos, en Novo Minsk, 1909. Foto: Mannerheim Museum

El comandante en jefe con sus generales y subordinados en el río Rajajoki, en agosto de 1941, observando Leningrado y la fortaleza de Kronstadt. El Rajajoki (“Río de la Frontera”) había sido la frontera entre Rusia y Finlandia —o para ser más exactos, entre Rusia y Suecia-Finlandia— desde el Tratado de Schlüsselburg de 1323.Foto: Gunnar Strandell, SA-Kuva

Mannerheim fue también un gran deportista cuyas dotes para la equitación fueron a menudo premiadas. Esa fue, evidentemente, una de las razones por las que fue elegido para la enorme tarea de llevar a cabo una misión de reconocimiento a caballo a través Asia, la cual duró dos años

A la lista de méritos de Mannerheim podrían añadirse sus modales refinados, que contribuyeron al progreso del joven oficial de caballería en la alta sociedad y en la misma corte imperial.

Pasaporte de Mannerheim: “Orden del ministro Imperial para la concesión de un pasaporte. El cónsul ruso ha declarado que este hombre llegará por la frontera ruso-china a Sinkiang para visitar ciertas localidades y ver monumentos antiguos. Se le dará un pasaporte y se le permitirá visitar los lugares que desee, y además deberá ser protegido. Entregado a las autoridades rusas como certificado. El día 27 del cuarto mes del año 32 del reinado del (Emperador) Guangxu (1906). Foto: NBA (National Board of Antiquities-Consejo Nacional de Antigüedades)

Los oficiales no rusos no eran una rareza en el ejército imperial. De hecho, los había a miles. Muchos de los súbditos inorodtsy —»no ortodoxos»— que servían en el ejército del emperador ruso, provenían de las provincias bálticas, tenían el alemán como lengua materna y eran luteranos, al igual que Mannerheim.

Unos antecedentes singulares

Mannerheim en Lanzhou, durante su viaje de investigación por China, de 1906 a 1908. Foto: NBA

Sin embargo, los antecedentes de Mannerheim diferían de los de sus hermanos bálticos. Provenía del Gran Ducado de Finlandia, que entre 1809 y 1917 envió a más de 4000 oficiales para servir en el ejército ruso. Casi 400 de ellos llegaron al rango de general o almirante.

La mayoría de los oficiales de Finlandia eran suecohablantes, mientras que el finés era principalmente una segunda lengua, si es que lo hablaban. Antes de 1917, el finés de Mannerheim estaba lejos de ser fluido.

Pero al igual que los oficiales bálticos alemanes, los oficiales finlandeses sirvieron al emperador de manera impecable. De hecho, en los documentos no hay constancia de deslealtad alguna por parte de ellos, ni siquiera durante el período de 1899 a 1917, cuando Rusia comenzó a coaccionar a Finlandia, socavando su estatus jurídico. Antes que ser desleales, algunos de los oficiales prefirieron retirarse del servicio activo.

Mannerheim no se retiró. Siguió siendo un soldado fiel, aunque deplorase en privado la política del emperador, que consideraba poco prudente. Aunque su propio hermano tuvo que exiliarse en Suecia, la lealtad de Mannerheim hacia el emperador permaneció inquebrantable. Sus familiares entendieron su posición.

Las lealtades redefinidas

Mannerheim en el porche de su villa de Stormhällan, en 1926. En 1920, alquiló la isla de Iso Mäntysaari, próxima a Hanko (suroeste de Finlandia). Más tarde la compró y cambió su nombre por el de Stormhällan.Foto: Otava Publishers

Cuando la revolución bolchevique de 1917 aplastó el antiguo orden, Mannerheim comprendió que ya no había lazo de lealtad alguno que le uniera con Rusia. Tras la revolución se convirtió en defensor de la causa Blanca finlandesa.

Su lealtad hacia Finlandia, la tierra que lo había visto nacer, fue entonces total y siempre respetó sus instituciones democráticas, aunque en realidad no fuera un demócrata convencido.

La carrera de Mannerheim al servicio de los dos estados es una historia fascinante que incita a la curiosidad. Para los rusos, Mannerheim es ante todo el joven y refinado oficial de la Guardia de los Caballeros que acompañó al zar Nicolás II en el cortejo del día de su coronación.

Ante los finlandeses la figura de Mannerheim se alza como la del venerable Mariscal, un hombre de honor, una figura paterna en cuya integridad moral e inteligencia siempre se podía confiar.

Mannerheim en uniforme de desfile como oficial de la Guardia de Caballeros de Su Majestad la Emperatriz María Fiódorovna. Acuarela (60 x 32 cm) del miniaturista y acuarelista ruso, Consejero Privado Dmitri Aleksandrovich Benckendorff (1845-1919).

Retrato impreso de Mannerheim a partir de un dibujo de Paul Myrén (1884-1951), voluntario sueco y reportero durante la guerra de liberación finlandesa. Parece ser que fue distribuido entre los soldados del ejército blanco para que pudieran reconocer a su comandante en jefe.

Una pintura del mariscal Mannerheim adquirida en 1953 por el Museo Finlandés de la Guerra, interesante en lo que respecta a la intención, bastante incierta, del artista. Podría tratarse de un retrato inocente y piadoso, pero la firma “Ukko Uljakas” (Viejo Valeroso) sugiere más bien cierta ironía. Ukko Uljakas, Mariscal Mannerheim (1941), pintura al óleo (60 x 52 cm), Museo de la Guerra, Helsinki. Foto: Ilari Järvinen, Museokuva

Busto de bronce del General Mannerheim (70 cm), realizado en 1919 por Emil Wikström (1864-1942). Foto: Matti Huuhka, Museokuva

Mannerheim a caballo, muñeco de papel maché hecho por la empresa Siro en 1920, altura 12,5 cm, Museo de la Ciudad de Helsinki Foto: Erkki Salmela, Museo de la Ciudad de Helsinki

“Una estatua de Mannerheim con un Pedestal”, 1972, pintura al óleo de Leo Lindsten (1943-1988). Foto: Archivo Central de Arte, Galería Nacional de Finlandia

Foto de la mansión de Uspenskoje, cerca de Moscú. A la izquierda, sentadas: Anastasia Arapova y Sophie Mannerheim. Mannerheim está sentado en la escalera. Fecha desconocida. Foto: Archivo Nacional de Finlandia

In 1927, Mannerheim alquiló una isla cercana a su villa y compró el Café Afrika situado allí. Cambió su nombre por el de La Casa de los Cuatro Vientos, manteniendo su propiedad hasta 1933. Lo decoró a semejanza de un restaurante bretón hasta el último detalle: incluso los delantales de encaje de las camareras estaban hechos a mano en un convento de Bretaña. Foto: Museo de la Ciudad de Hanko

Por Timo Vihavainen, febrero de 2005, actualizado en 2017