Las auroras boreales, también conocidas como “luces del norte”, son uno de los fenómenos naturales más espectaculares del planeta, o más bien de sus cercanías. Se producen cuando un flujo de partículas eléctricas liberadas por el sol alcanza la ionosfera de la Tierra y choca con átomos de oxígeno y nitrógeno.
Dependiendo de la estación del año, de lo despejados que estén los cielos y de la actividad solar, el norte de Finlandia —situado en el «óvalo» de potenciales auroras que rodea la región polar— es un lugar excelente para contemplarlas.
En el sur del país, más poblado, la aurora puede ser visible un par de veces al mes, dependiendo de las mismas condiciones. Un ejército cada vez más numeroso de cazadores de auroras, a la espera de los avisos de las aplicaciones para teléfonos inteligentes y equipados con buenas cámaras, está listo para echar a correr y capturar este espectáculo.
Recientemente, y en gran parte gracias a ellos, una variedad de aurora que no había sido explicada con anterioridad ha podido ser identificada en la Universidad de Helsinki. La “nueva” forma de aurora adopta la forma de bandas o rayas horizontales de color verde, al contrario de la más habitual, que forma ejes verticales y cortinas.
Ciudadanos científicos
Minna Palmroth, profesora de Física Espacial Computacional en la Universidad de Helsinki, fue quien animó a participar a los “ciudadanos científicos”. Ella se refiere a esta forma de aurora boreal como “dunas”.
«Los miembros de un grupo finlandés de Facebook me invitaron a que me uniera para explicarles la ciencia de las auroras», nos cuenta. «Con el tiempo fui coautora de un libro en finés destinado a los observadores de auroras en Finlandia, Revontulibongarin opas (Guía para avistadores de auroras boreales), el único en el mundo en identificar mediante imágenes las más de 40 clases de aurora que se conocen, estableciendo categorías y puntuándolas con estrellas en función de sus aspectos comunes».
Las fotos del libro fueron seleccionadas de entre las miles aportadas en respuesta a la campaña lanzada por Palmroth en la página de Facebook. Luego, tras su publicación, comenzó a recibir consultas sobre cómo categorizar un efecto de aurora que no aparecía incluido en el libro. Se trataba de la variedad “duna”, la cual, según la científica, es causada por el efecto de los vientos solares en los átomos de oxígeno.
«Llegados a este punto, pensamos que se trata de un fenómeno subauroral, que se puede ver sobre todo más hacia el sur y a cierta distancia de la zona principal de la aurora», dice. «Estoy segura de que el efecto no es nuevo en sí, y que ha estado ahí desde que observamos las auroras».
Observar el cielo con los pies en la tierra
¿Por qué no había sido identificado hasta ahora? «Creo que porque ahora hay más “ciudadanos científicos”, con cámaras digitales mucho mejores, y más gente especializada en fotografiar las auroras», opina Palmroth. «La mayoría de las observaciones científicas e instrumentos han estado en el norte, donde las auroras se ven a menudo durante el invierno. Pero los “científicos ciudadanos” son los que pueblan las latitudes subaurorales».
La publicación del sitio web de la Universidad de Helsinki que anunciaba el descubrimiento atrajo la atención viral de más de 2500 millones de personas de todo el mundo, en países tan lejanos como Vietnam, Nigeria o Mozambique, y de paso situó a Minna Palmroth bajo el foco de los medios de comunicación.
Su reacción es realista. «Me dedico a la física espacial. Como modeladora científica, para mí es importante ver lo que estudio. La aurora es una prueba tangible de que mi trabajo es real. En cada una de sus formas, la aurora es como una huella dactilar vinculada a un proceso específico en el espacio lejano».
A la caza de la aurora en la Laponia finlandesa«Primero, hay que alejarse de las luces artificiales», nos explica Paul Swallow, que junto con Agnieszka, su esposa, dirige la compañía de aventuras árticas Levi Foxfires, en el norte de Finlandia. «Cuanto mayor sea la oscuridad, mejor. Hay que encontrar un lugar donde se pueda ver mucho cielo hacia el norte, con un gran horizonte. A partir de ahí, ¡es cuestión de paciencia!». «No se sabe cuándo aparecerá la aurora, si es que aparece, ni cuánto tiempo durará o cuál será su intensidad. Hay que tener en cuenta que las aplicaciones de pronóstico de los teléfonos inteligentes son sólo una guía, y que a menudo se equivocan. Es mejor salir con un cazador de auroras, porque conocen los sitios buenos y saben lo que buscan en el cielo». Añade que para poder fotografiarlas es necesario un trípode, una cámara DSLR y, preferentemente, un objetivo gran angular con posibilidad de una gran apertura. Hay que cambiar todos los ajustes a manual. Tal vez haga falta practicar con los tiempos de exposición y el ISO. ¡Pero no hay que olvidar que lo importante es disfrutar del espectáculo! |
Por Tim Bird, marzo de 2020