Cada 19 de marzo, Finlandia celebra el Día de la Igualdad en honor a Minna Canth (1844-1897), escritora, activista social y defensora de los derechos de las mujeres. Hoy echaremos un vistazo a una de las numerosas historias de éxito de la época moderna, en la cual el legado de Canth con-tinua visible.
Nasima Razmyar nació en 1984 en Kabul, la capital de Afganistán. Su padre trabajaba como diplomático y toda la familia fijó la residencia en Moscú. Durante los graves disturbios civiles de 1992 en Afganistán, la familia se trasladó a Finlandia en calidad de refugiada. En Finlandia, Nasima no ha dudado en luchar por sus sueños con gran determinación.
La primera vez que Nasima fue a una escuela finlandesa tenía ocho años. El primer día era un manojo de nervios. En Finlandia, los niños tienen derecho a recibir las clases en su lengua materna. Nasima no sabía una sola palabra de finés y temía que nadie quisiera jugar con ella. Pero pronto se disiparon todos sus miedos, ya que enseguida hizo nuevos amigos. No hacía falta hablar. Los niños son capaces de comunicarse de muchas otras formas.
Nasima siempre había sentido una especial admiración por su padre, y soñaba con poder dedicarse algún día a la política. En lugar de los típicos juegos para fiestas infantiles, su padre solía organizarles concursos sobre noticias. Nasima y su hermano pequeño aprendieron a estar al día en temas de política internacional y les interesaba todo lo relacionado con los acontecimientos que sucedían tanto en Afganistán como en Finlandia, su nuevo país.
Compartiendo las buenas hazañas
Extrovertida y activa por naturaleza, Nasima participó en actividades de asociaciones de alumnos y programas de colaboración mutua durante su etapa escolar. La coopera-ción, un enfoque práctico de los problemas y una visión positiva de la vida siempre han sido aspectos determinantes a la hora de tomar sus decisiones.
“Los finlandeses ayudaron a mi familia cuando más lo necesitábamos. Deseo transmitir a los demás sus buenas acciones”, comenta Nasima.
Su facilidad para los idiomas y el ambiente internacional en el que ha crecido le han sido de gran ayuda. Además del dari, su lengua materna, Nasima habla finés, sueco, inglés y ruso. Desde el primer momento se propuso ayudar a inmigrantes, mujeres, niños y jóvenes a través de distintas organizaciones, en las que también ocupó cargos en los equipos directivos.
Completó su formación trabajando como persona de apoyo para mujeres inmigrantes víctimas de actos de violencia, y realizó un curso de primeros auxilios en el área de la salud mental organizado por la Asociación Central Finlandesa para la Salud Mental. Además, estudió ciencias políticas y se graduó como pedagoga comunitaria por la Humak, la universidad de Ciencias Aplicadas de Helsinki.
Finlandia le ofreció oportunidades para alcanzar el éxito
Nasima trabajó como directora de proyectos para Monika, la asociación multicultural de mujeres de Finlandia, cuando se creó la Casa multicultu-ral de mujeres. En 2010, fue elegida refugiada del año por su trabajo en pro de la igualdad y la diversidad, lo que también contribuyó a aumentar su prestigio a escala nacional. Ese mismo año fue nombrada concejala en Helsinki. En 2011, ocupó el cargo de diputada del parlamento y desde entonces ha trabajado como ayudante política y secretaria de comunicaciones en la cámara finlandesa. Su sueño es llegar a representar algún día a Finlandia en el parlamento europeo.
A Nasima le gustaría representar al país que la acogió en su seno y que le brindó la oportunidad de cursar los estudios que ella deseaba. Es consciente de que, siendo joven y mujer, puede que en otras partes esto le hubiera resultado difícil. Ha puesto todo su empeño en lograr estos objetivos, pero su perseverancia ha sido recompensada, ya que muchas mujeres en Finlandia han seguido su ejemplo.
Nasima ha asumido su fama, aunque a veces se siente un poco agobiada. “Quería ser la cara de los inmigrantes. No podemos elegir nuestro origen ni el color de nuestra piel, pero sí podemos elegir nuestras metas”, señala.
En el trabajo, Nasima centra su acción en fomentar la igualdad, la justicia social, y los derechos de los empleados y consumidores.
En ocasiones, las condiciones climatológicas del país pueden resultar extremas, pero a Nasima le apasiona la belleza de los veranos y los inviernos finlandeses. También ha encontrado el amor de su vida en este país, lo que le hace pensar que no fue sólo por casualidad que la vida la llevara a Finlandia.
Por Aino Krohn, marzo de 2014