Un americano revive con todo lujo de detalles sus numerosos recuerdos del solsticio de verano en Finlandia, desde grupos de heavy metal hasta hogueras en la playa y desde barbacoas hasta picaduras de mosquitos.
El solsticio de verano, rico en tradiciones, ocupa un lugar especial en el calendario finlandés, como representación del punto álgido del verano y el momento más popular para iniciar las vacaciones anuales. Tiene lugar el sábado entre el 20 y el 26 de junio. Su origen es una celebración pagana, un tributo a Ukko, dios del trueno. Puesto que controlaba la lluvia, había que estarle agradecido para conseguir una buena cosecha.
Para la ocasión, se encendían hogueras, un ritual que sigue vivo en la actualidad. No obstante, en las zonas de habla sueca de Finlandia, que es un país bilingüe, la gente se contenta con erigir un mayo bien decorado.
En la antigüedad, las mujeres solteras formulaban hechizos especiales y se asomaban a un pozo, desnudas, para ver el reflejo de su futuro marido. En otra tradición bastante más modesta, que sigue viva hoy en día, una joven puede recoger siete clases diferentes de flores y colocarlas bajo su almohada. Verá a su futuro marido en sueños.
Actualmente, el solsticio de verano también es la celebración de San Juan (de ahí el nombre finlandés de esta fiesta: Juhannus), un momento del año en el que algunas personas consumen enormes cantidades de alcohol y un fin de semana popular para las bodas y las confirmaciones.
Mi primer solsticio de verano
Mi primer solsticio de verano en Finlandia lo pasé en una isla en medio del Archipiélago de Turku en el sudoeste de Finlandia. Fue un fin de semana de barbacoas, de nadar, beber, contar historias, cantar y relajarnos sobre las rocas. Nos lo pasamos tan bien que no notamos las picaduras de los mosquitos hasta el lunes.
En Helsinki, he disfrutado de varios solsticios de verano en Seurasaari, una isla arbolada con un museo al aire libre de edificios históricos. Aquí se pueden encontrar artesanos a la vieja usanza, juegos tradicionales, músicos que tocan el kantele (el instrumento nacional semejante al harpa), tortitas y salchichas asadas. Como fin de fiesta, encienden una hoguera enorme y se da una vuelta a una pareja de recién casados en una vieja barca de madera a remo. Entonces me atrevo a bailar algunas danzas tradicionales, cosa que solo puedo hacer en el solsticio de verano.
En otra isla, una vez asistí a una fiesta heavy metal de solsticio de verano metálico. Fue divertido, pero no pude oír nada durante los dos días siguientes. Además, también he ido a un restaurante con una gran terraza al aire libre con música en directo y que siempre está absolutamente abarrotada. Puede ser una buena idea si quieres encontrar a tu futuro cónyuge.
Por lo que respecta a las hogueras: En una fiesta de solsticio de verano cerca de Porvoo, a 50 kilómetros (30 millas) al este de Helsinki, disfrutamos de un suntuoso bufete y luego nuestro anfitrión encabezó una caravana de coches. Pasamos por delante de tantas hogueras como pudimos encontrar. Las había de todos los tamaños, y había una cantidad sorprendente. Fue mejor que observar aves.
Y que se pueda repetir muchas veces
Un año disfruté de un fantástico crucero por un lago en la ciudad de Jyväskylä, en el centro de Finlandia, en un barco cubierto de tantas ramas de árbol decorativas que parecía que todo el barco estaba creciendo. A bordo, la gente sonreía de oreja a oreja con tanta intensidad que estoy seguro que al día siguiente tenían doloridos los «músculos de la sonrisa».
Uno de mis amigos tiene una vieja casa de campo en la parte central de Finlandia, donde he disfrutado de un par de solsticios de verano. No hacemos nada en especial. aparte de sentarnos alrededor de una fogata, charlar y cantar juntos acompañados por la música de una guitarra. Si los invitados se aburren, todo el mundo va a bañarse desnudo.
Otros recuerdos agradables son los de las visitas a una pareja en su cabaña situada junto a la playa que hay cerca de Varkaus, una ciudad al este del centro de Finlandia. Disfrutamos de una fabulosa barbacoa y jugamos al mölkky, una especie de bolos finlandeses sobre hierba. Fuimos en barco al restaurante surcando el agua y bailamos hasta las dos, luego fuimos a tomar un tentempié en la ciudad y charlamos con el resto de la gente del pueblo hasta el día siguiente, cuando volvimos a casa de la pareja para disfrutar de una sauna. En esos casos, es habitual que se nos unan algunos amigos nuevos.
En general, he disfrutado de muy buenas experiencias durante el solsticio de verano en Finlandia. Pero espero poder disfrutar de muchas más. Posiblemente los mejores solsticios de verano aún estén por venir.
Por Russell Snyder