Para los finlandeses, el término “bosque” tiene múltiples significados: alimento, refugio, posibilidad de esparcimiento, negocios e inspiración. El biohacker mejora su cuerpo y su mente “hackeando” su propia biología. Sigue leyendo y verás que los lazos tradicionales que los finlandeses tienen con el bosque pueden ofrecer muchas cosas a los modernos entusiastas de la salud.
Los biohackers pueden llegar a utilizar métodos extremos, como la implantación subcutánea de tecnología, al estilo de los cíborgs de ciencia ficción, o incluso intentar cambiarse el ADN, algo que parece estar a años luz de esas imágenes de verdes bosques donde no hay seres sobrehumanos y donde la población consiste en animales tan huraños que las personas rara vez pueden verlos. Vamos a descubrir dónde coinciden el bosque y el biohacking.
La comida silvestre va muy por delante
El concepto finlandés del Derecho de Todo Hombre significa que todo el mundo puede acceder a los bosques libremente, ya se trate de propiedades privadas o públicas, y que además se pueden recolectar bayas y setas en ellos.
Sami Tallberg, chef galardonado, escritor, recolector de alimentos y biohacker, está especializado en alimentos silvestres, locales y los que él denomina “ultraestacionales”. Podría hablar horas y horas (de hecho, es lo que suele hacer en sus talleres de cocina) sobre los alimentos crudos y altamente nutritivos que se encuentran en la naturaleza, a disposición de todo el mundo.
En la naturaleza, las plantas se ven en la necesidad de luchar para sobrevivir. Podría decirse que han de dar muestra de tener sisu, esa palabreja finlandesa tan difícil de traducir y que más o menos quiere decir que uno tiene coraje y perseverancia. La concentración de nutrientes en las plantas silvestres es mayor que la que hay en las variedades de invernadero.
«Los alimentos orgánicos son buenos, pero la alimentación silvestre va incluso más allá», nos explica Sami Tallberg. Las tres recomendaciones primordiales que nos hace para “hackear” nuestra salud a través de la nutrición son estas: diente de león para eliminar toxinas, brotes de pícea para potenciar la limpieza de las vías respiratorias y, si en alguna ocasión necesitas subirte los ánimos al estilo de Popeye, ortigas ricas en vitaminas y minerales (pero no te las comas crudas, porque te picarán). Y atención a la esta última recomendación, porque no es de las que le llegan a uno al buzón de correo no deseado: Sí, se dice que las ortigas incluso potencian la libido.
«Como chef, los alimentos silvestres son el pilar de mi trabajo, pero mi relación con el bosque es también mucho más holística», dice Tallberg. «El bosque es mi galería de arte, mi supermercado y mi santuario».
«En mi trabajo y en mi vida, sigo la tradición finlandesa de vivir sincronizado con las estaciones. Los primeros finlandeses fueron cazadores-recolectores, y me siento orgulloso de estar participando en la construcción de una escena culinaria actual conforme a su sabiduría y sus tradiciones».
Las propiedades de las bayas
Los chefs no son los únicos que pregonan los beneficios para la salud de los alimentos finlandeses, concretamente de las bayas. De hecho, el VTT —el Centro de Investigaciones Tecnológicas de Finlandia— lleva 20 años investigando sus propiedades antimicrobianas.
En su más reciente investigación, realizada en colaboración con el Hospital Central de la Universidad de Helsinki, los científicos del VTT han descubierto que las especies del género Rubus, como las frambuesas y las moras de los pantanos, podrían esconder en su interior la tan necesaria cura para las infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos, a menudo relacionadas con ciertos tipos de intervenciones quirúrgicas.
El bosque, y especialmente las bayas finlandesas, llevan mucho tiempo siendo una fuente de innovaciones para la medicina, los suplementos alimenticios y la cosmética. La empresa Finlandesa Aromtech ofrece suplementos hechos de bayas puras de espino amarillo, las cuales son ricas en omega-3, -6, -7 y -9, y vitaminas naturales como la A y la E. Los suplementos y los productos tópicos derivados del aceite de bayas de espino aportan una gran variedad de beneficios.
Otra empresa, llamada Pihqa, se basa en la centenaria tradición finlandesa de utilizar la resina natural de la pícea para tratar diferentes dolencias de la piel. Al aplicarla en un arañazo, la resina forman una película antibacteriana, acelerando de este modo el proceso de limpieza.
Sentirse vivo
Sin embargo, uno no puede “hackear” su biología solamente con alimentos. Esto nos lleva al tema favorito de los finlandeses: la sauna.
La investigación más antigua sobre los beneficios saludables de la sauna se remonta a 1765. El beneficio que más ampliamente se le reconoce a la sauna es que potencia la circulación sanguínea. Nada como un chapuzón en agua fría después de la sauna para que las venas revivan.
Alternar tratamientos calientes y fríos no es algo exclusivamente finlandés, aunque tal vez los finlandeses sean los que estén en la cima del espectro en lo que respecta a potenciar la circulación con ayuda de los contrastes de temperaturas. las saunas pueden llegar a alcanzar los 100 ºC, y si a continuación uno se anima a salir a darse un chapuzón en el agua helada, o un buen revolcón en la nieve, la temperatura del aire puede llegar a ser de -30 ºC.
También puedes “hackear” tu mente con ayuda de las endorfinas. Estudios bioquímicos y psicológicos indican los mismos resultados: sea cual sea la causa, uno se siente muy bien después de una sauna.
Andar descalzo pone las pilas
Imagínate andando descalzo sobre un suave y esponjoso musgo. El aire es agradable y tiene un gran contenido de oxígeno, gracias a la fotosíntesis de todos los árboles que hay a tu alrededor. Inspira, expira… ¿A que te sientes bien?
Bueno, además de la suave textura del musgo, otro factor que estimula la circulación en tus piernas son los extremos puntiagudos de las agujas de los pinos y píceas que hay en el suelo. La próxima vez que salgas de excursión por el bosque, procura decidir qué hormona es la que deseas potenciar durante tu paseo: las endorfinas (con botas) o la adrenalina (sin botas).
A un biohacker convencido, eso de andar descalzo puede sonarle algo “hippy”. Pero la tierra que uno toca marca la diferencia. A Aki Sinkkonen, investigador en Biología de la vida silvestre y Soluciones basadas en la naturaleza, le gustaría que todo el mundo tuviera acceso a un trozo del bosque finlandés, incluso en la áreas urbanas.
Cada vez que los niños visitan el bosque, cada gramo de tierra contiene cinco millones de bacterias inocuas, las cuales estimulan de manera natural el sistema inmune de los críos, protegiéndolos de las enfermedades no contagiosas. Mientras tanto, en las zonas urbanas, los areneros de los parques infantiles contienen tan solo de 10 000 a 100 000 bacterias por gramo, y eso no es suficiente.
«Los bosques finlandeses son el marco ideal para aumentar la exposición sana a las diversas microbiotas, porque, debido a los fríos inviernos, hay una ausencia de patógenos peligrosos causantes de enfermedades», nos explica Sinkkonen. Y siempre hay un bosque cerca, a un paseo de distancia, incluso en la capital, Helsinki.
Aire fresco, más fresco, el más fresco de todos
Cuanto más lejos esté uno de la ciudad, con más facilidad encontrará usnea, un liquen que crece colgado de las ramas de los árboles.
Los finlandeses te contarán que si la usnea —que es muy sensible a la contaminación— crece en los árboles viejos, es señal de que el aire está limpio. Tanto Finlandia como los demás países nórdicos tiene el aire más limpio del mundo, y uno sabe que ha llegado al lugar indicado cuando ve la usnea colgando cual barba de los árboles.
Cuando llegues a ese lugar, tus pulmones te dirán “kiitos” (gracias).
Por Virve Ilkka, abril de 2019