El mar abierto y helado se extiende ante nosotros. Bajo su superficie, 75 metros de acero se abren camino a través del hielo, impulsados por un potente motor diésel.
El rompehielos Sampo, armado en Helsinki en 1961, navega rompiendo el hielo por la parte norte del Golfo de Botnia. Sampo prestó servicios como rompehielos hasta 1987, facilitando la navegación de los buques comerciales por el mar invernal hasta sus destinos. Hoy, el buque sigue desafiando a los mares, ofreciendo en cada uno de sus viajes una experiencia inolvidable a los 150 turistas que viajan en él.
El momento culminante del crucero de cuatro horas llega cuando los pasajeros flotan en las aguas recién despejadas. Moverse con un traje naranja de flotación debe de ser tan engorroso como hacerlo con una escafandra de las que usan los astronautas para caminar por el espacio. El traje deja pasar el frío del mar helado, pero los pasajeros están encantados con la oportunidad de poder jugar entre los bloques de hielo en el agua.
En el astillero de Helsinki—Arctech Helsinki Shipyard en la actualidad—se han armado más rompehielos que en cualquier otro astillero del mundo. Aquí fue donde se construyó el rompehielos Sampo en los años sesenta. El último buque que fue armado es el Polaris, el primer rompehielos del mundo en funcionar con gas natural licuado (LNG). El objetivo de este buque de 115 metros es ofrecer durante los próximos 50 años un servicio más respetuoso con el medio ambiente en las exigentes condiciones del Mar Báltico.
Las exportaciones finlandesas llevan dependiendo del trabajo incansable de los rompehielos durante el invierno desde principios del siglo XX. Desde 1971, los rompehielos hacen posible que el tráfico marino continúe por toda la costa sin interrupción. Con todas las miradas apuntando hacia las aguas del Ártico,en el futuro estos conocimientos tendrán aún más utilidad en todo el globo.
Por Hannele Tavi, ThisisFINLAND Magazine 2017