Entrevistamos a dos de los numerosos diseñadores finlandeses que en estos momentos se están dando a conocer por todo el mundo.
Marcas finlandesas de toda la vida, emblemáticas, como Marimekko, Aalto y Aarnio, abarcan muchas décadas, pero hay nuevos diseñadores finlandeses que están saltando a la palestra y obteniendo seguimiento internacional. Algunos de los más exitosos se han asentado en el extranjero y están demostrando la relevancia del diseño finlandés en contextos culturales muy diversos.
La ilustradora, diseñador gráfica y directora artística, Lotta Nieminen, que ya tuvo tiempo de familiarizarse con los Estados Unidos durante un semestre de intercambio en la Escuela de Diseño de Rhode Island, lleva trabajando en Brooklyn (Nueva York) desde hace varios años. Actualmente trabaja en Studiomates, un espacio de colaboración para diseñadores, ilustradores, escritores y creativos, y considera que para ella es esencial estar rodeada de gente, pese al carácter individual de su trabajo.
Nieminen, cuya lista actual de clientes incluye al New York Times, Volkswagen y Hermès, se ha consolidado a sí misma dentro de un ámbito global de oportunidades. Aprovecha métodos de trabajo interdisciplinarios y mantiene varios proyectos gráficos y de ilustración “funcionando al mismo tiempo”.
Más allá de la mera experiencia
Licenciada por la Universidad Aalto de Arte y Diseño de Helsinki, encuentra que el diseño gráfico es una amalgama de lo que ella “siempre había estado interesada en hacer”, cosa de la que no se dio cuenta hasta que se familiarizó con el departamento de la universidad, en cierto modo por casualidad.
Aunque inicialmente se rebelase contra las raíces artísticas presentes en los antecedentes de su familia, las amenazas de convertirse en abogada o médico dieron paso a un repertorio que actualmente incluye el diseño de sitios web, la fotografía, la maquetación, e incluso un libro infantil que ha sido publicado en diez países.
Nieminen no percibe su trabajo como puramente finlandés, sino como “el resultado de una enriquecedora experiencia de crecimiento que va más allá de la mera herencia cultural”, dice. “Me gusta beber de esas fuentes, pero también me inspiro constantemente en otras estéticas alejadas de ella. Tengo la sensación de que mi concepto del diseño nórdico ha cambiado al contemplarlo desde un ángulo exterior, en lugar de desde dentro, como cuando vivía en Finlandia”.
Lo que une y distingue al diseño nórdico, tal y como Nieminen lo ve, incluye una rotunda melancolía y una franqueza que, como ella nos dice, “van de la mano con la mentalidad común a los finlandeses. Es más fácil reinventar la rueda teniendo una historia corta en el mundo del diseño. Yo creo que esto también hace más interesante el diseño finlandés”.
Los árboles dejan ver el bosque
Pietari Posti, otro prolífico finlandés que se dedica al diseño gráfico y a la ilustración, trabaja en Barcelona. Posti se licenció en el Instituto de Arte y Diseño de Lahti, tras lo cual comenzó su carrera en el extranjero.
Su currículum incluye ilustraciones para medios gráficos, portadas de libros para editoriales finlandesas y de otros países, y tazas y cuencos para la marca Iittala. Al igual que Nieminen, Posti considera que su trabajo proviene de una cadena de influencias culturales, la mayoría de ellas externas a su país natal.
“Ya se trate de los cómics de mi época de adolescente o del diseño gráfico, la mayoría de mis influencias vienen de fuera”, afirma Posti.
“Además, siempre he admirado a Tove Jansson (la escritora y artista plástica, creadora de los libros de la familia Mumin) y su habilidad para crear un mundo de fantasía que aporta tanto”.
Alaba el diseño industrial finlandés por sus elementos minimalistas. “El protagonismo de la naturaleza, las formas de los arboles y los bosques, son ingredientes que aparecen constantemente en mi trabajo”, dice. “Tal vez se trate de algo que yo he asimilado y que procede de mi crianza finlandesa”.
Nada es difícil
A Posti le satisface ser testigo del prestigio de los diseñadores finlandeses en el extranjero: “Sigo el diseño gráfico moderno hasta cierto punto, y tengo que decir que es para mí un placer observar que los diseñadores e ilustradores finlandeses están tan bien representados y se están ganando su reconocimiento en todo el mundo”. Entre ellos, podemos mencionar a Klaus Haapaniemi, diseñador e ilustrador afincado en Londres, a Anna Ahonen y Katariina Lamberg, dos diseñadoras gráficas afincadas en París, a la diseñadora de zapatos Minna Parikka y a la diseñadora de ropa y accesorios de moda Paola Suhonen.
Como un reflejo de la naturaleza ecléctica del diseño, Nieminen y Posti prefieren procesos diferentes para inspirarse y trabajar. El correo electrónico parece ser la herramienta esencial para coordinar su trabajo con los clientes. El resto puede ser una mezcla de actividades culturales, exposiciones u ocio relajado para equilibrar y complementar diferentes proyectos.
Las cosas más sencillas pueden ser fuente de inspiración para un diseñador, como le sucede a Lotta Nieminen con las combinaciones de colores. Se le puede ocurrir una idea con solo ver “un calcetín verde oscuro al lado de una caja rosa pálido, o una chaqueta roja puesta encima de una camisa magenta”.
Posti cuenta que a veces le cuesta mucho arrancar, pero que bosquejar los primeros trazos, ya sea en papel o en una pantalla, ayuda normalmente a que la cosa fluya: “No hay nada difícil, de verdad. O por lo menos, yo nunca admito que lo sea”.
Por Annika Rautakoura, marzo de 2014