La moda finlandesa devuelve a la vida las viejas telas

Las empresas finlandesas están produciendo nuevas fibras, telas y moda a partir de ropa usada. Los textiles desechados resucitan en forma de prendas, accesorios, o incluso material de revestimiento para suelos.

Los finlandeses, al igual que mucha gente alrededor el mundo, están preocupados por la conservación del medio ambiente. Gran parte de la población finlandesa separa los materiales reciclables —cartón, papel, vidrio, metal y plástico— del resto de la basura doméstica. Existen también numerosas empresas que buscan nuevas formas de reutilizar los textiles desechados.

Los trapos viejos se reciclan para convertirse en nuevas fibras, tejidos y nuevas líneas de ropa. Los diseñadores de moda muestran un creciente interés por el reprocesamiento textil, interés que está estimulando la creación de prendas y accesorios de diseño exclusivo.

En 2003, Seija Lukkala, una diseñadora decepcionada con algunos aspectos de la industria textil en la que llevaba trabajando más de trece años, observó que el crecimiento de los residuos textiles era constante y que las condiciones en las que trabajaban los empleados de las grandes fábricas eran deplorables.

Telas con historia

“Seija decidió crear ropa y accesorios a partir de prendas de vestir y telas usadas y fundó Globe Hope”, relata Miisa Asikainen, encargada de las ventas internacionales de esta compañía finlandesa. “Se dio cuenta de que, mientras los recursos naturales se iban agotando, el ritmo acelerado de la vida laboral y la cultura desechable de la industria de la moda se estaban volviendo cada vez más destructivos”.

Muka Va, cuyo nombre suena como mukava (que en finés quiere decir «agradable”), produce ropa sostenible elaborada exclusivamente con fibras naturales.Foto: Samuel Loueranta/Muka Va

A día de hoy, Globe Hope es una marca de renombre mundial cuyos valores, como se explica en su sitio web, se centran en la ecología, la ética y la estética. Las colecciones de moda de Globe Hope se llevan a cabo con materiales usados, combinando diferentes tejidos. Bolsos, sombreros y joyas vuelven a la vida de esta manera, y lo mismo sucede con la ropa, que se transforma en camisetas de tirantes, cárdigan, vestidos, pantalones, chaquetas, abrigos, impermeables y otros artículos, tanto para mujeres como para hombres. El bolsillo de un abrigo gastado puede pasar a formar parte de un moderno bolso al ser combinado con otro material.

Las creaciones de Globe Hope conservan a menudo la marca original y el aspecto ajado de la ropa usada, proporcionando pistas sobre el momento y lugar en que los materiales fueron fabricados originalmente. Por ejemplo, en una de sus colecciones se han usado chaquetas del ejército sueco adornadas con un sello de producción de 1932.

Un nuevo uso para los textiles

El reciclaje de ropa ayuda a liberar al medio ambiente de algunas de sus cargas.Foto: Tarja Repo / Lehtikuva

Los diseñadores finlandeses forman parte de la tendencia cada vez mayor de vestirse con prendas hechas a partir de residuos textiles, lo cual se ha convertido en algo muy valorado y en acorde con las preocupaciones ambientales que continuamente se hacen sentir en todo el mundo.

Además de Globe Hope, también otras empresas finlandesas están ejerciendo su oficio en Escandinavia y más allá de las fronteras de Europa continental, asumiendo todas ellas de manera diferente los retos actuales de la sostenibilidad. Muka Va, una empresa cuyo nombre suena como mukava, que en finés quiere decir «agradable», produce ropa para mujeres y niños fabricada exclusivamente con fibras naturales. Ha superado los requisitos de admisión en el Ethical Fashion Show de Berlín, una feria de moda orientada a la sostenibilidad. Otra marca finlandesa, Papu (que significa “grano”), produce ropa de algodón para bebés con la certificación Global Organic Textile Standard, que establece los requisitos ambientales y los criterios sociales para toda la cadena de suministro textil.

La compañía finlandesa Pure Waste ha renunciado expresamente a los colorantes. Clasifica los residuos textiles por color y calidad para producir camisetas y sudaderas de hombre y mujer únicamente en blanco, negro o gris. Según sus cálculos, Pure Waste ya ha ahorrado 200 millones de litros de agua (los agricultores necesitan una media de 11.000 litros de agua para producir un kilogramo de algodón).

Un nuevo ciclo de vida para los textiles usados

Según cálculos basados en la cantidad de agua necesaria para cultivar un kilo de algodón, Pure Waste ya ha ahorrado 200 millones de litros de agua.Foto: Pure Waste

En verano de 2016, 12 toneladas de textiles de segunda mano partieron de la ciudad de Turku, al sudoeste de Finlandia, con destino a los Países Bajos. El envío formaba parte del programa piloto Textile 2.0. La recogida de ropa usada y otros productos textiles se inició a principios de 2016. El cargamento se está reciclando en los Países Bajos y está siendo utilizado para cubrir las necesidades industriales de la UE, especialmente en el sector de la automoción.

Otra compañía del sur de Finlandia, Dafecor, utiliza desechos de tiendas de ropa para fabricar sus productos, liberando en parte al medio ambiente de sus cargas. “Estamos ahorrando excedentes textiles que de otra forma irían a parar a vertederos y plantas de incineración de residuos”, nos explica Risto Saha, director general de Dafecor. “Los reciclamos en fibras, proporcionándoles un nuevo ciclo de vida”.

Dafecor produce subcapas aislantes para suelos de parquet y tapicerías para muebles, así como alfombras específicas para instalaciones técnicas, las cuales absorben agua, combustibles, aceites ligeros y productos químicos. Sus productos gozan de una constante demanda.

“La ecología en sí misma no es el único objetivo, sino que forma parte de un objetivo mayor: la sostenibilidad social, económica y ambiental en Finlandia”, dice Saha.

Por Anna Liukko, octubre de 2016