2025: El primer libro de los Mumin cumple 80 años

En busca del paraíso: La obra de la artista finlandesa Tove Jansson va más allá de los Mumin

Ni siquiera los fans más incondicionales de los Mumin, los fantásticos personajes creados por la artista y escritora finlandesa Tove Jansson, saben demasiado de su carrera como pintora y del papel que estos desempeñaron en su vida. A continuación les invitamos a darse una vuelta con nosotros por una importante exposición y a descubrir algunos detalles sobre los libros de la familia Mumin.

Por supuesto, también están los Mumin. Los personajes que creó la escritora y artista finlandesa Tove Jansson (1914-2001) están presentes allá donde se exponga su obra o se hable de ella.

Pero también hay mucho más. Hasta que no se profundiza en los cuadros de Jansson o en los Mumin, uno no puede declararse fan incondicional de la artista. Esto es precisamente lo que ha decidido hacer el Museo de Arte de Helsinki con la exposición titulada Tove Jansson: Paraíso (hasta el 6 de abril de 2025).

Contemplando sus murales y lienzos y considerando la época y las circunstancias en que fueron creados, uno se hace una idea de hasta qué punto la vida de Tove Jansson se entrelazó con su arte.

Fiesta en la ciudad, fiesta en el campo

La galería superior del museo, abierta y espaciosa, es el lugar perfecto para exponer la colección de murales que forman Paraíso. Entre 1941 y 1956, Jansson realizó numerosos encargos, dado que durante la reconstrucción de la posguerra hubo una gran demanda de obras de arte para edificios públicos.

(También hay dos famosos murales expuestos permanentemente en el Museo de Arte de Helsinki: Fiesta en la ciudad y Fiesta en el campo, ambos de 1947, y ambos con un Mumin escondido en ellos. Tove Jansson se pintó a sí misma y a Vivica Bandler, con la que tuvo un romance, entre los personajes de Fiesta en la ciudad).

Escenas llenas de fantasía

Las paredes de la galería están llenas de murales y algunos de sus bocetos. Unos cuantos, que no han podido ser transportados, están presentes a modo de proyecciones a escala real. Jansson llevó a cabo estas obras para diversos clientes, como escuelas, guarderías, restaurantes, una fábrica, un banco y una iglesia.

Personas, animales, criaturas misteriosas y, sí, algún que otro Mumin, aparecen en ellos recorriendo paisajes llenos de flores, árboles, puentes, montañas y arco iris, a pie o a caballo. En más de un mural se vislumbra la tormenta a lo lejos, y en uno de ellos aparece un edificio cilíndrico, azul, muy parecido a la casa de los Mumin.

En la esquina de Pájaro Azul (1953), que pintó para la cantina de un colegio, vemos a un niño que se ha quedado dormido mientras leía un libro. El resto de la escena, de gran fantasía, podría ser una visión onírica del propio pequeño.

Viento y agua

Para encargos como un hotel en la ciudad portuaria de Hamina o el de un banco de Helsinki, Jansson prefirió plasmar mundos adultos que, aunque conservasen el encanto de los cuentos de hadas o del paraíso, se acercasen a lo surrealista.

En Sin título (La historia de Hamina) de 1952, vemos oficiales de la Marina conversando con mujeres elegantemente vestidas junto a una playa azotada por el viento y sembrada de lo que podrían ser los restos de un naufragio. Mientras, mar adentro, un barco surca las olas a toda vela, al tiempo que una oscura nube es atravesada por un rayo. También aquí hay un diminuto Mumin, pero no desvelaremos dónde.

En el mural que lo acompaña, Historia desde el fondo del mar (1952), aparecen los mismos oficiales, esta vez en el fondo del océano. Uno de ellos sostiene una caracola, mientras a su alrededor nadan varios peces. Los hombres parecen dudar si acercarse o no a una sirena que reposa en el lecho marino.

Un empleado del museo viene a decirme que pronto será la hora de cerrar, pero me anima a volver al día siguiente para ver el documental sobre el trabajo que Jansson llevó a cabo pintando el mural del altar de la iglesia de Teuva, una localidad del oeste de Finlandia. Así lo hago.

Tiempos difíciles en Teuva

En este cuadro, un hombre con una aureola dorada alrededor de la cabeza aparece entre varias mujeres que sostienen candiles de aceite.

Detalle de Las diez vírgenes (1953).
© Tove Jansson Estate. Foto: Linus Lindholm

Construida en 1953, la nueva iglesia de Teuva sustituyó a la anterior, que había sufrido un incendio en 1950. La arquitecta Elsi Borg planificó el nuevo edificio, y quiso que fueran mujeres quienes diseñaran el mobiliario. Jansson creó el retablo -su único encargo eclesiástico-,  un mural de cinco metros de largo que representa la parábola de las diez vírgenes.

El trabajo se alargó varios meses y las condiciones fueron bastante duras. El aire gélido entraba a raudales en el edificio, en el que aún no se habían instalado las ventanas. En ocasiones Jansson tenía que ponerse varias capas de ropa y un abrigo de piel mientras trabajaba. Sin embargo, este y otros encargos le sirvieron para pagar la hipoteca de su estudio del centro de Helsinki, un amplio y elevado torreón con grandes ventanales, que también era su vivienda.

En el documental, la biógrafa de Tove Jansson e historiadora del Arte, Tuula Karjalainen, señala que, a pesar de su talento y sus grandes logros, Jansson tuvo que soportar que algunos artistas hombres y otras muchas personas calificaran sus esfuerzos de mero “arte decorativo”. Mientras tanto, los murales de sus colegas masculinos -muchos de ellos bastante menos productivos que ella- sí que se consideraban “obras de arte”.

En 1953, Jansson continuó con otros proyectos, incluido un nuevo libro de los Mumin. Aquel año, durante su estancia en Teuva, la región padeció graves inundaciones. En su primer libro de los Mumin (La gran inundación, 1945) ya aparecía un desastre, pero los sucesos de 1953 tal vez inspiraron de forma directa la repetición del episodio en el libro Una loca noche de San Juan (1954), en el que las aguas cubren por completo el valle de los Mumin.

La larga sombra de la guerra

Además de los murales, en la exposición también puede admirarse una amplia colección de obras de Jansson, como autorretratos y naturalezas muertas, entre otras.

En Cuando la alarma acaba (En el refugio antiaéreo de la calle Keskuskatu), una obra de 1940, vemos a una multitud de personas refugiadas en un lugar subterráneo parecido a una caverna. Todas ellas carecen de cara, y sus rasgos son apenas una pincelada de pintura, lo que les da un aspecto sumamente inquietante.

En Familia (1942), vemos a la artista de pie, en el centro de la escena, vestida con ropas oscuras. Su madre aparece a un lado y su padre al otro, mientras que sus dos hermanos pequeños están frente a ella, jugando al ajedrez sentados ante una mesa.

La Segunda Guerra Mundial pesa sobre el sombrío grupo, al igual que la tormentosa relación entre padre e hija se cernía sobre la dinámica familiar.

El mayor de los hermanos, Per Olov, de 22 años, viste uniforme militar, ya que ese mismo año estaba sirviendo en el frente. Tove parece señalarle. El padre, Viktor, lleva un periódico bajo el brazo en el que se distinguen las palabras “Hitler”, “nazi” y “Stuka” (un avión militar alemán).

Tove, Per Olov y Viktor miran a diferentes puntos en la distancia, mientras que la madre, Signe Hammarsten-Jansson, dirige la mirada a su familia, o tal vez más allá de ella. El más joven de los hermanos, Lars, observa las piezas de ajedrez, rojas y blancas, algunas de las cuales aparecen volcadas sobre la mesa.

Tove lleva sombrero y guantes, y detrás de su padre, al fondo de la habitación, se ve una puerta entreabierta.

Por Peter Marten, marzo de 2025