En Finlandia casi todo el mundo disfruta a diario del diseño presente en objetos cotidianos, desde sábanas y muebles, a tazas de café y portavelas. El finlandés es un diseño práctico y nada elitista.
Una de las anécdotas más conocidas de Marimekko, uno de los pilares del diseño finlandés, es la que cuenta cómo surgieron y se popularizaron sus estampados Unikko (“amapola”). A principios de los 60, Armi Raitia, el visionario fundador de Marimekko, anunció –en un esfuerzo por ser atrevido y moderno– que ya no haría estampados con flores porque las flores reales eran mucho más hermosas. Como protesta, la legendaria diseñadora Maija Isola creó el diseño mundialmente conocido como peppy poppy, algo así como «amapola alegre», que se convertiría en uno de los grandes iconos del estampado en todo el mundo.
Unikko, cuyos diseños están presentes en multitud de objetos, desde paraguas hasta vestidos o vajilla, celebra en 2014 su 50 aniversario manteniendo una importante presencia en artículos de diseño de uso diario.
La quintaesencia finlandesa
La casa de los Mikkonen-Young en Helsinki parece una expo de diseño finlandés: una mesa de cocina Artek, platos Arabia, vasos Iittala, tijeras y cuchillos Fiskars, muebles infantiles Muurame y portavelas Iittala Kivi.
Y cómo no, un juego de sábanas estampadas de Unikko, esta vez en azul.
«Me parece que este tipo de diseño es tan típico de Finlandia –las flores, los colores tan vivos– que casi sonrío cada vez que los saco de la alacena», cuenta Brett Young, un canadiense finlandés criado en Toronto. Él y su esposa, Leena Mikkonen-Young, tienen dos niñas en la escuela primaria.
Young explica que han elegido artículos de diseño por varias razones:
«Primero, porque están bien hechos y nos duran muchos años. Por ejemplo, la cama Muurame que estrenó nuestra hija mayor ahora la usa nuestra hija menor. Y luego está el estilo y el diseño. Los portavelas Kivi son perfectos para la oscuridad de las noches de invierno y la mesa Artek es un clásico que Leena conoce desde pequeña.»
«Estas características nos dan una gran confianza en estas marcas y en las empresas finlandesas en general», dice Young, que supo del diseño nórdico en su antigua ciudad. «En Toronto había una tienda llamada The Finnish Shop, donde conocí unas vajillas de diseño maravilloso, cuyos fabricantes tenían nombres de lo más extravagantes para mí: ¿Iittala? ¿Un nombre que empieza con dos íes? Eso alimentó mi creciente interés por Finlandia.»
Diseño democrático
Cuando Young llegó a Finlandia en 1998, marcas como Marimekko y Nokia ya le eran familiares. Tanto que, tras cuatro años como jefe de la oficina de Helsinki de la agencia internacional de noticias Reuters, pasó a trabajar para Nokia en sus comunicaciones corporativas.
«Mi primer móvil fue un Nokia (el 6110), y recuerdo que mientras cubría la presidencia finlandesa de la UE en 1999, los periodistas recibimos una estupenda bolsa Marimekko», cuenta. «Como periodista especializado en economía, la historia de los altibajos de Marimekko también me fascinaba», cuenta Young haciendo referencia a los éxitos y fracasos de la empresa. Entre ellos se incluye la casi bancarrota a la que llegó en 1990 y su increíble recuperación que la llevó a su actual expansión internacional, con 108 tiendas en todo el mundo.
Marimekko, y el diseño finlandés en general, revela un profundo sentido democrático. Annamari Vänskä, una investigadora de la Universidad de Estocolmo y profesora adjunta especializada en cultura, moda y artes visuales, describió hace poco su concepto del diseño finlandés en un artículo publicado en el principal diario de Finlandia, Helsingin Sanomat:
«Los finlandeses están acostumbrados a tener tazas, cubiertos, vajillas y muebles bien diseñados. Es casi un estándar. En ninguna otra parte del mundo el diseño está tan presente en la vida diaria como en Finlandia, donde el diseño no es un lujo como sucede en muchos otros países del mundo.»
Por Katja Pantzar, enero de 2014