Proteínas y energía del aire: Proyectos finlandeses que aprovechan el valor del CO2

Las innovaciones finlandesas están descubriendo que el dióxido de carbono puede tener otros usos como, por ejemplo, crear combustible e incluso alimentos. ¿Servirá esto para salvar a la humanidad de sí misma?

Los seres humanos somos la causa del cambio climático, porque no dejamos de liberar dióxido de carbono en nuestra atmósfera. Por suerte, hay personas, organizaciones y gobiernos que luchan por detener las emisiones de gases de efecto invernadero. Y también existe otra opción, simultánea y complementaria: la de eliminar el exceso de gases que hay en el aire.

Plantar árboles está muy bien y ayuda a lograrlo, pero otra buena manera sería extraer el CO2 de la atmósfera y hacer algo útil con él.

En palabras de Janne Kärki, jefe del equipo de investigación del VTT (el Centro de Investigación Técnica de Finlandia): «Se pueden hacer montones de cosas a partir de la captura y la utilización del carbono. Casi todo lo que se puede hacer a partir de petróleo, también puede hacerse con CO2 e hidrógeno».

Hay que aprovechar el CO2

Tres turbinas eólicas en las cercanías de la costa.

Al utilizar fuentes de energía limpias, como la de estos molinos de viento de Vatunki, en el norte de Finlandia, se logra que procesos como Power-to-X o el proceso de obtención de Solein sean neutros en emisiones de carbono Foto: Seppo Hyvönen/Lehtikuva

«En Finlandia tenemos muchos proyectos centrados en la captura y utilización del carbono, por ejemplo en cuanto a creación de combustibles y productos químicos», dice el investigador. «Por suerte, aquí no nos faltan agua limpia ni recursos eólicos, que son buenos para la producción de hidrógeno, como tampoco faltan industrias deseosas de colaborar con otros sectores».

Antes de contarles cómo se pueden crear alimentos y energía a partir del aire –algo que parece casi mágico–, merece la pena echar un vistazo a un par de ideas que también se están desarrollando en Finlandia, y que podrían eliminar el CO2 de la atmósfera por un buen periodo de tiempo.

«El carbono ligado al hormigón se puede secuestrar durante siglos», dice Kärki. «Otro ejemplo es la empresa finlandesa Finnfoam, en la que se han desarrollado materiales aislantes a partir de carbono capturado, los cuales podrían durar 70 años».

Sin embargo, la mayoría de las ideas son neutras en carbono, y eso quiere decir que ni añaden ni restan CO2 a la atmósfera. La neutralidad de carbono es un objetivo importantísimo en la lucha contra el cambio climático.

A este respecto, dos de las ideas que en estos momentos despiertan la atención internacional son la creación de combustible sintético a partir del CO2 y la fabricación de alimentos a partir del CO2.

Energía en la dirección correcta

En la imagen, un diagrama que refleja dos modelos de producción de combustible, uno de los cuales resulta en un aumento del CO2.

Power-to-X utiliza el CO2 para producir un combustible que sustituya a los combustibles fósiles. A la izquierda, los combustibles fósiles se extraen y aumentan los niveles de CO2. A la derecha, un escenario futuro, en el que los combustibles fósiles permanecerán en el subsuelo. Ilustración: Wärtsilä

El proceso Power-to-X (que a veces aparece escrito como “Power2X” o “P2X”) convierte energías como el exceso de electricidad solar o eólica en una forma utilizable a posteriori, como es el combustible sintético. Mediante electrólisis, se divide el agua (H2O) en hidrógeno y oxígeno. A continuación, se combina el hidrógeno con dióxido de carbono –capturado del aire o de procesos industriales–, obteniendo así un combustible que funciona igual en un coche, un avión o un barco. Para que el combustible se considere respetuoso con el clima, en el proceso se utiliza energía renovable.

La Universidad Tecnológica de Lappeenranta-Lahti (LUT) junto con las empresas finlandesas St1, fabricante de energía, y Wärtsilä, que fabrica tecnologías relacionadas, han publicado un comunicado de prensa sobre las soluciones Power-to-X, subrayando que estas podrían ayudar a que Finlandia alcance su objetivo de neutralidad en emisiones de carbono para 2035. En palabras del decano de la escuela de Sistemas Energéticos de la LUT, Jarmo Partanen: «Al reciclar el dióxido de carbono atmosférico, reduciremos las extracciones de petróleo fósil».

De esta forma, aunque el combustible se siga quemando, ya no se tratará de un combustible fósil y, además, se producirá respetando la neutralidad en carbono, mientras que los depósitos de petróleo del subsuelo se quedan donde están. Se trata de un paso en la dirección correcta.

Cultivar proteínas del aire

En un contenedor de transporte abierto, un hombre está sentado y maneja varios ordenadores y máquinas.

Solar Foods surgió a raíz de Neo-Carbon, un proyecto conjunto de investigación del VTT y la LUT. El prototipo, alojado en un contenedor de transporte, pone en evidencia el poco espacio que se necesita para llevar a cabo el proceso. Foto: Teemu Leinonen/LUT

Solar Foods es una empresa finlandesa surgida de la colaboración investigadora entre el VTT y la LUT. En un principio iba a ser un proyecto para crear aceite sintético, pero los participantes no tardaron en darse cuenta de que el residuo microbiano resultante del proceso era comestible y tenía un alto contenido en proteínas.

Los microbios se alimentan de CO2 y otros nutrientes como el nitrógeno, el calcio, el fósforo y el potasio. Fermentan, al igual que la levadura al hacer pan o cuando se elabora cerveza. Luego, los microorganismos se secan y se convierten en polvo.

«No sabe a nada, lo cual es positivo», nos explica Pasi Vainikka, director general de Solar Foods. «La proteína de guisante sabe fatal y se utiliza en algunos productos sustitutivos de la carne. Las industrias se ven obligadas a llevar a cabo un proceso enorme para enmascarar su sabor, cosa que nosotros no necesitamos hacer».

Solar Foods calcula que el 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el mundo están relacionadas con la producción de alimentos, desde la agricultura a la industria alimentaria. Según Vainikka, esto significa que, aunque el mundo entero se pasara a las energías renovables, todavía habría que tomar medidas para reducir las emisiones relacionadas con los alimentos.

En tu plato, antes de lo que piensas

En la imagen, un vaso conteniendo líquido y bayas.

«Para mí, un batido de CO2 con frambuesas frescas». Solein, la proteína en polvo elaborada con dióxido de carbono, puede ser un ingrediente más de los productos alimentarios que ya todos conocemos y consumimos. Foto: Solar Foods

El producto proteico de Solar Foods –llamado Solein a partir de los términos solar y protein (“solar” y “proteína”, en inglés)– puede servir como ingrediente en alimentos ya existentes, como bebidas, cereales o pasta, y también en la creciente industria de los sustitutos de la carne y los productos lácteos, o incluso formar parte de la dieta de los astronautas en misiones largas.

«Para fabricar un kilo de células se necesitan entre 25 y 30 kWh de electricidad renovable y dos kilos de CO2», explica Vainikka. «Estos organismos naturales son un 65 % proteínas, un 25 % carbohidratos y fibra dietética y un 10 % grasa. Solein puede sustituir la nutrición que proporciona la carne. Según vayamos creciendo, el precio será ser menor que el de las proteínas de origen animal».

La fabricación de Solein requiere solamente una parte mínima del espacio que requeriría una granja o un invernadero. El prototipo del sistema precedente ya cabía en un contenedor de transporte y su capacidad de producción era de un kilo de proteínas al día.

Además no se usan fertilizantes, y sólo requiere una pequeña cantidad de agua, que luego se recicla en el mismo sistema de producción. Si comparamos la proporción entre la proteína producida y los recursos que se consumen, Solein supera con creces a otras opciones como la soja en polvo. Como además reduce la necesidad de tierras de cultivo, Solein puede ser incluso negativo en carbono. Teniendo en cuenta el uso de recursos, Solar Foods afirma que los datos de emisiones de Solein son diez veces mejores que los de los vegetales y cien veces mejores que los de la carne.

Solar Foods ya había obtenido una financiación de unos 35 millones de euros en el momento de escribir este artículo. La empresa sigue aumentando su producción, y para principios de 2022 tiene previsto el lanzamiento de su producto en las tiendas de alimentación de algunos mercados importantes. En la UE, donde las normas alimentarias hacen que el proceso de regulación sea más lento que el de otros países, se espera que para 2023 los productos de Solein estén por fin disponibles en las estanterías de las tiendas.

«No esperamos que los consumidores cambien», afirma Vainikka. «Los nuevos productos van a ser prácticamente iguales a los que ya existen, pero los gustos van a ir cambiando de generación en generación. Nuestros nietos vivirán acostumbrados a la carne cultivada en laboratorios, quién sabe. Quizá se escandalicen de que para poder comer carne nuestra generación tuviera que matar animales».

Por David J. Cord, junio de 2021