Adivine qué… A los niños de Finlandia les entusiasman las tareas escolares lo mismo que a los críos de cualquier otra parte del mundo. Y sin embargo este país tiene algo que le falta a la mayoría, sólo que es difícil definir qué es ese algo. Echemos un vistazo al sistema educativo finlandés y a sus resultados en el último informe PISA.
El Informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), que se realiza cada tres años, evalúa los sistemas educativos en todo el mundo, poniendo a prueba las habilidades y conocimientos de los alumnos de quince años. Desde la introducción del programa en 2000, Finlandia ha destacado anualmente en los resultados de cada categoría, situándose en la cima o muy cerca de ella.
El examen siempre evalúa tres áreas principales: lectura, ciencias naturales y matemáticas, poniendo mayor énfasis en uno de dichos campos en cada ocasión. Los resultados de PISA 2012, centrados esta vez en las matemáticas, se han hecho públicos el 3 de diciembre de 2013.
Llevará su tiempo analizar el cúmulo de datos que el informe PISA contiene y ver qué puede obtenerse de ellos mientras el sistema educativo finlandés se desarrolla y va aún más lejos. Los recientes resultados muestran que Finlandia mantiene con firmeza su posición entre los mejores países del mundo: en matemáticas, los estudiantes finlandeses han quedado quintos de Europa, sextos entre los países de la OCDE y duodécimos entre los sesenta y cinco países evaluados. Además, y por primera vez, las chicas finlandesas superaron a los chicos en dicha materia.
En la prueba de comprensión lectora, los finlandeses son los primeros de Europa, terceros de la OCDE y sextos entre la totalidad. En competencia científica siguen siendo fuertes: los estudiantes finlandeses han quedado los primeros de Europa, terceros de la OCDE y quintos entre la totalidad.
Llamando la atención
Desde PISA 2000, la reputación del sistema educativo de Finlandia ha crecido de forma constante. Educadores de todo el mundo se han acercado al país con el propósito de observar, estudiar y tratar de entender el secreto del éxito de Finlandia.
Incluso ha surgido una organización especializada en la exportación de la educación, Future Learning Finland, cuyo objetivo es facilitar la transferencia de saber a los países que ya han visto posibles beneficios en la forma de trabajar finlandesa y que desean adaptarla a su territorio.
Mucho se ha especulado antes de la publicación del informe PISA sobre cómo se clasificaría Finlandia con respecto a los demás países con resultados altos. La participación se ha ampliado de cuarenta y tres a sesenta y siete países desde su comienzo en 2000.
Sea como fuere, en Finlandia no se ha especulado sobre el tema con el desenfreno que algunos piensan.
Los secretos del éxito educativo finlandés
No tiene mucho sentido marearse con conjeturas acerca del oro, la plata o el bronce, ya que hablamos del Informe PISA y no de los Juegos Olímpicos.
Es mucho más provechoso indagar acerca de lo que realmente ha llevado a Finlandia a la cima. Con las excelentes clasificaciones en PISA de los últimos años el debate ha florecido. Los factores del éxito siguen siendo los mismos de PISA a PISA. En el caso de Finlandia, forman parte de un proceso que comenzó hace décadas, cuando el país decidió invertir en educación.
Los impulsos políticos, económicos y sociales convergieron en la Finlandia de finales de los 60 para garantizar a todos los niños una educación primaria y secundaria de nueve años. «Se consideraba que una buena educación era un derecho humano imprescindible», dice Erkki Aho, ex director de la Junta Nacional de Educación de Finlandia, en su libro 100 Social Innovations from Finland (Ed. SKS, Finlandia, 2013), una compilación de las conquistas finlandesas más importantes. Como resultado de éstas, la educación en Finlandia es ahora gratuita, desde el nivel preescolar hasta la universidad.
Aho observa también que el sistema de capacitación docente fue reformado al tiempo que el sistema escolar era rediseñado. Desde entonces, los profesores necesitan un título de maestría de postgrado para cumplir los requisitos. La competición por obtener una plaza en los programas de formación docente es ardua, y la profesión es altamente respetada.
Más secretos desvelados
Pasi Sahlberg, director del Centro para la Movilidad y la Cooperación Internacional, se ha convertido en un especie de embajador del sistema educativo finlandés. En su libro Lessons in Finnish (Teachers College Press, 2011), habla de «equidad de resultados», es decir, que «un sistema educativo socialmente justo e integrador se basa en la igualdad de oportunidades educativas».
Sahlberg se refiere con esto a algo más que la educación gratuita. La práctica habitual de dividir a los alumnos en diferentes áreas de desarrollo según sus capacidades fue prohibida en la década de los 80. La reclasificación de los alumnos por rangos de edad —en vez de por niveles de capacidad— en áreas como matemáticas, idiomas y otras asignaturas, hizo que la diferencia de rendimiento entre los alumnos disminuyera.
También menciona que en Finlandia no se suele echar mano de pruebas estandarizadas, al contrario que muchos países que sí las emplean y que en los últimos años han experimentado un descenso en las clasificaciones de PISA. El sistema finlandés se caracteriza por una evaluación continua dentro de la clase y una al final del semestre, efectuada por los maestros. En adición a esto, se realiza una evaluación externa a una muestra del 10 por ciento de ciertos grupos de edad.
Sahlberg añade que el Informe PISA “ha demostrado con pruebas fehacientes que Finlandia tiene los resultados de aprendizaje más equitativos. En Finlandia no sólo es menor la brecha entre clases individuales, sino que además tiene las menores variaciones de rendimiento académico entre escuelas, algo demostrado ya en PISA 2000 y que ha continuado en las encuestas posteriores. Las escuelas de todas las zonas del país logran resultados buenos y similares, lo que indica que la educación mitiga, al menos hasta cierto grado, las «desventajas» sociales.
Los resultados de Finlandia en PISA 2012 siguen indicando diferencias mínimas entre los mejores y los peores estudiantes, entre géneros, entre escuelas y entre las diferentes regiones del país.
Esta vocación integradora podría ser parte de la clave para entender el éxito de Finlandia.
Peter Marten, diciembre de 2013