Los finlandeses que almuerzan a diario fuera de casa saben que lo que les espera en el menú de los jueves es un nutritivo potaje de guisantes. Su textura espesa y el color, tirando a verde, no lo hace del todo apetitoso, para ser francos. Sin embargo, este plato tan prosaico tiene un largo pedigrí. Para comprender el secreto de su popularidad, hay que remontarse a las tradiciones nacionales.
Los orígenes del potaje de guisantes se remontan a los inicios de la historia culinaria de Finlandia. Según Arja Hopsu-Neuvonen, responsable de desarrollo de la organización finlandesa de economía doméstica Martat, fundada en 1899, el potaje jugó cierto papel en los círculos culinarios del norte de Europa desde la Edad Media.
“Se ha descubierto que durante la antigüedad griega ya se cocinaba un plato parecido al potaje de guisantes”, nos cuenta Arja Hopsu-Neuvonen. Con el tiempo, se fueron desarrollando algunas variantes en diferentes partes de Europa, con estilos distintos de condimento. Al igual que muchos otros platos, la receta llegó a Finlandia a través de Suecia. (En la sección de enlaces, a continuación de este artículo, podrás ver una receta).
A llenar el depósito, que viene Doña Cuaresma
Aunque los ingredientes de la receta tradicional sean básicamente los guisantes, la carne de cerdo, la cebolla y la mostaza, el potaje tiene múltiples variantes. Mientras que a algunos cocineros les gusta agregar zanahoria, otros prefieren añadirle nata y carne picada. A menudo se come acompañado de pan negro de centeno finlandés con mantequilla. El potaje de guisantes sigue siendo el plato de los jueves en los restaurantes de menú, aunque en los hogares finlandeses no es así necesariamente.
“De todos los días laborables, el lunes es el día en que más potaje de guisantes se vende en las tiendas”, nos dice Jussi Mannila, gerente de surtidos de SOK Corporation, empresa propiedad de un grupo de cooperativas de venta minorista.
“Si hablamos de temporadas, enero y febrero son los meses que se llevan la palma en cuanto a volumen de ventas, con diferencia”, añade.
Ello se debe probablemente a la cercanía de la Cuaresma. En Finlandia, la historia del potaje de guisantes está estrechamente unida a la llegada del cristianismo a estas tierras.
“En su origen, el motivo de preparar potaje de guisantes precisamente los jueves era la obediencia a las reglas de vigilia y ayuno de la Iglesia Católica durante la Edad Media”, dice Arja Hopsu-Neuvonen. “Hacer una comida consistente los jueves ayudaba a los católicos a llevar mejor el ayuno de los viernes”.
El favorito del clima frío
En honor al centenario de la independencia de Finlandia, que se celebra en 2017, S Group (empresa matriz de la SOK Corporation), la organización Martat y la Sociedad de la Literatura Finlandesa (SKS) están editando un libro sobre la cocina finlandesa. Y como homenaje al Kalevala, la epopeya nacional de Finlandia, el libro va a llamarse Ruoka-Kalevala (El Kalevala de la Comida). Y por descontado, el potaje de guisantes será una de las estrellas, ya que después de todo es un plato básico de todas las cocinas regionales de Finlandia.
Sin embargo, ciertas zonas son más aficionadas al potaje que otras.
“El potaje de guisantes se vende más en el este y el norte de Finlandia, mientras que en el sur o en el oeste no es tan popular”, nos cuenta Jussi Mannila. “Pero en general, no se ven señales de que su popularidad disminuya”.
Con inviernos tan gélidos como los de Finlandia, la cosa tiene sentido. ¿A quién no le apetece un buen plato de potaje calentito en un frío día de invierno?
Un final dulce
Por lo general, a la sopa de guisantes le sigue un pancake grueso hecho al horno y acompañado de mermelada de fresa. La masa se hace en una bandeja grande de horno y luego se corta en pedazos rectangulares: una forma verdaderamente dulce de terminar la comida.
Arja Hopsu-Neuvonen corrobora que esta combinación de plato principal y postre sigue cumpliendo las pautas de lo que en la actualidad se considera una comida nutritiva.
“Sin embargo, como ambos platos son muy ricos en proteínas, lo ideal sería emparejar el potaje de guisantes con un postre que fuera un poco más ligero”, dice. “Pero si la tentación de comer pancake es demasiado acuciante, se puede sustituir la mermelada de fresa por unas bayas frescas o congeladas, que son una guarnición más sana”.
Por Mari Storpellinen, diciembre de 2016