Lo viejo es oro, y si no pregúntenselo a los compradores que rebuscan perlas vintage entre los percheros de Relove, en Helsinki, mientras que otros clientes toman café en las mesas vecinas o en la terraza del local.
Nada aquí evoca la imagen de los viejos mercadillos, de los que hay varios ejemplos interesantes en la capital finlandesa. Y es que Relove no es una tienda de segunda mano como las demás.
Ofrecer alternativas sostenibles
«Relove es un rastrillo, una cafetería y una tienda de estilo de vida para la gente que se preocupa por la huella ecológica de lo que consume», nos cuenta su fundadora, Noora Hautakangas.
«Todo el mundo es bienvenido, ya sea para tomar un café y escuchar buena música, o simplemente para pasar el rato».
Ella se refiere a su tienda como una “experiencia”, y no solo como un lugar para comprar. «Este sitio fue mi sueño durante 15 años. Se me ocurrió la idea de que el negocio de la segunda mano necesitaba un tratamiento mejor. Había que hacer del reciclaje algo bello».
Un entorno creativo
La belleza del concepto de Relove no radica únicamente en la ropa o el entorno, sino también en que ofrece una alternativa sostenible a las montañas de textiles desechados que continuamente son incineradas o arrojadas a los basureros.
«La industria de la moda es una inmensa fuente de emisión de dióxido y desechos», afirma Kirsi Niinimäki, catedrática de Investigación de la Moda de la Universidad Aalto, cercana a Helsinki.
«Una de las mejores formas de reducir su impacto ambiental es prolongar la vida de las prendas de vestir. La solución que brindan las tiendas creativas de segunda mano, como Relove, es muy prometedora».
Lujo de segunda mano
A unas cuantas manzanas de Relove se encuentra PréPorté, otra mina de oro de prendas de diseño de segunda mano, que no se diferencia mucho de cualquiera de las boutiques independientes de la calle Fredrikinkatu, o “Freda”, como la llaman aquí. Sus estanterías y colgadores, pulcramente ordenados, están muy lejos del alegre caos de los mercadillos tradicionales.
«Estamos especializadas en marcas nórdicas de primera calidad, como Marimekko», nos explica Eneli Kukk, una de las fundadoras de la boutique. «La calidad es nuestro principal distintivo, y por eso atraemos a clientes que con anterioridad nunca había comprado prendas de segunda mano».
Mientras las boutiques de segunda mano están de moda en Helsinki, los mercadillos tradicionales también ofrecen una amplia variedad de moda en ropa usada. Organizaciones benéficas como Fida, la Cruz Roja Finlandesa y el Ejército de Salvación, también recolectan ropa usada, como también lo hacen pequeñas empresas como Recci.
Esta última cerró su tienda física de Helsinki, aduciendo las dificultades para mantenerla abierta durante la pandemia de coronavirus. Sin embargo, sigue manteniendo su red de puntos de recogida, y es famosa porque no solo acepta artículos útiles, sino también ropa, zapatos e incluso maletas que no se pueden revender. Recci los deriva plantas de reciclaje donde son triturados para su reutilización como aislante y relleno en la fabricación de automóviles, lavadoras y lavavajillas, o como relleno en las mezclas de asfalto.
Los que marcan tendencia en la ropa de segunda mano
A Finlandia la moda circular le sienta como un guante. La descripción del programa de máster en Moda, Vestimenta y Diseño Textil de la Universidad Aalto dice textualmente: “La sostenibilidad es la base de todos los estudios”. Según un estudio del fondo de innovación finlandés Sitra, para 2030 la economía circular podría aumentar el valor de la economía finlandesa en 3000 millones de euros.
La influente en sostenibilidad Outi Pyy, cuya pasión por las prendas vintage comenzó desde niña, aporta su propio punto de vista. Afirma que Finlandia se está convirtiendo en referente en la moda circular porque el reciclaje es algo natural para los finlandeses, que son muy ahorrativos.
«Finlandia siempre sido una nación de segunda mano», nos dice esta entendida en mercadillos. «Llevamos reciclando ropa desde los años 70, pero ahora lo hacemos por otras razones».
Outi Pyy calcula que el 90 % de su vestuario es de segunda mano. «En Finlandia la variedad en ropa de segunda mano es excelente», afirma, «las tiendas de segunda mano tienen una amplia selección de ropa asequible para los consumidores jóvenes que no pueden salirse del presupuesto. Para los cazadores de marcas y diseños, el mejor lugar para buscar tesoros es Internet. La digitalización ha facilitado mucho el poder encontrar excelentes piezas de vintage».
Entre los mercados online de ropa de marca de segunda mano más populares están Curated y Emmy, y existen nuevas aplicaciones, como Zadaa y Gem, que ofrecen plataformas móviles muy sencillas para la caza de vintage.
Una nueva oportunidad de vida
No a todo el mundo le gusta comprar, y existen minimalistas absolutos que prefieren no poseer nada. Destinados esta tribu que no para de crecer, los servicios de alquiler, como Vaatepuu (el árbol de la ropa), Vaaterekki (el perchero), The Ateljé (el atelier) y Clozeta, brindan una forma sostenible de satisfacer el deseo de ponerse algo “nuevo”.
«El alquiler de moda se ha hecho especialmente popular entre los que tienen entre veinte y treinta años, gente que prefiere alquilar ropa en lugar poseerla, ya que valoran más el espacio que el desorden», afirma Pyy.
Kirsi Niinimäki, de la Universidad Aalto, predice que este auge de la ropa de alquiler y de segunda mano cobrará aún más impulso debido a la atención negativa que la industria de la moda está recibiendo en los últimos tiempos a causa de su impacto en la contaminación.
«La ropa de segunda mano es una forma de superar el modelo lineal de “tomar, hacer y tirar” del consumo de la moda», afirma. «En el futuro, todas las formas de consumo de moda respetuosas con el medio ambiente están abocadas a ganar popularidad y aceptación».
Una selección de segunda mano(Nota: La mayoría de los sitios web de estas empresas están en finés).
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Por Silja Kudel, noviembre de 2020