Una ciudad llamada Robo, una bahía en un lugar llamado Lago de Agua, otra ciudad llamada Colisión: traducir los topónimos finlandeses puede resultar muy entretenido.
Con billetes en mano, maletas llenas de pasión y sin saber casi nada de español ni catalán dos jóvenes finlandeses emprendieron su viaje rumbo hacia Barcelona con el sueño de abrir su propio restaurante.