Los juegos finlandeses para móviles han conquistado al mundo entero y nada indica que el crecimiento del sector en este país vaya a frenarse en un futuro inmediato, puesto que las previsiones apuntan a que la cifra récord de los mil millones de euros en el total de la facturación se superará antes de 2020.
Puede que el ave nacional finlandesa sea el cisne, pero el verdadero pájaro finlandés que se ha hecho famoso en todo el mundo es uno muy distinto. Angry Birds, creado por la empresa de desarrollo finlandesa Rovio Entertainment, se ha convertido en uno de los iconos en videojuegos con mayor reconocimiento internacional del siglo XXI. Sin embargo, el éxito sin precedentes de la franquicia de Rovio dista mucho de ser un fenómeno casual, ya que el sector de los videojuegos en Finlandia es uno de los más activos y con mayor proyección a escala mundial.
A lo largo de los dos últimos años, la eclosión de empresas finlandesas dedicadas al diseño de juegos ha sido espectacular. A tenor de las cifras publicadas por Neogames, el Centro de Desarrollo, Investigación y Negocio sobre Juegos, de las 150 firmas activas en esta industria a finales de 2012, el 40 por ciento eran empresas emergentes fundadas en los dos últimos años. La facturación total de este sector prevista para 2012 es de 250 millones de euros, casi el triple de la cifra alcanzada hace tres años. Si el crecimiento se mantiene a este ritmo, la previsión de la facturación total para 2020 se sitúa en torno a los 1 490 millones de euros.
Presión en el centro del campo
El núcleo de la industria de los videojuegos se encuentra en Helsinki y sus alrededores, donde se concentran unas 50 empresas. Aquí están los desarrolladores de los principales juegos diseñados en Finlandia, como Remedy –famoso gracias a sus franquicias internacionales Max Payne y Alan Wake– y Bugbear, que recientemente ha finalizado el desarrollo de Ridge Racer: Unbounded para Playstation 3, Xbox 360 y PC.
A juzgar por las palabras de Joonas Laakso, el productor de Bugbear, la nueva saga de Ridge Racer es el segundo proyecto de desarrollo más importante realizado hasta la fecha en Finlandia, con una duración de casi dos años y la participación de 100 desarrolladores nacionales y extranjeros. El motivo de que proyectos de tal envergadura sean excepcionales es obvio, explica Laakso.
“El desarrollo de títulos triple A a gran escala exige la implicación de un grupo de profesionales y de recursos muy concreto”, afirma Laakso. “Incluso para un estudio de tamaño medio como el nuestro, puede resultar complicado encontrar a todos los profesionales cualificados en Finlandia”.
Según Laakso, los desarrolladores del tamaño de Bugbear están notando la presión de los estudios más grandes del mercado global. “Las franquicias más importantes como, por ejemplo, Assassin’s Creed y Call of Duty, están controlando las fechas de lanzamiento y el marketing”, comenta Laakso. “Puede que la situación cambie con la llegada de una nueva generación de videoconsolas”.
El ataque de las aplicaciones
El motor del sector de los videojuegos finlandeses está presente en el sector de los juegos para móviles, ya que la mayoría de sus empresas están especializadas en plataformas para estos dispositivos. Según la Agencia Finlandesa para la Tecnología y la Innovación (Tekes, éstas son sus siglas en finlandés), las razones son claras.
“Normalmente, el coste asociado al desarrollo de un juego para móvil tan solo es una décima parte del presupuesto típico de un título triple A”, afirma Kari Korhonen, responsable de Skene, el programa de Tekes diseñado para ayudar al desarrollo de la industria de los juegos. “Los pequeños desarrolladores lo han tenido más fácil a la hora de invertir en los juegos para móviles”.
Un valor en alza es la empresa de Helsinki Supercell Games, una firma compuesta por 70 empleados cuya app Clash of Clans ocupó el primer puesto en la lista de mejores aplicaciones de la iOS Store de Apple en 77 países. El éxito económico del juego se basa en un modelo “free-to-play” (jugar sin pagar), un modelo en el que los ingresos se generan a partir de la compra de ítems que realizan los jugadores dentro del propio juego.
“Nuestra empresa aspiraba a crear un juego de estrategia que resultara fácil de descargar y de jugar, y que fuera capaz de captar a un buen número de jugadores de todo el mundo”, comenta Lasse Louhento, jefe del equipo. “Estamos realmente sorprendidos con la popularidad que ha alcanzado el juego y con el entusiasmo que demuestran todos sus fans”.
Aplicaciones para compartir replays
Otra de las firmas con un futuro prometedor en este sector es la startup finlandesa Applifier, cuyo objetivo es conectar a los desarrolladores de juegos para Facebook y para las plataformas de móviles con sus usuarios.
Olli Sinerma, productor del servicio Everyplay de Applifier, orientado al descubrimiento de juegos para móviles, considera que la razón del aumento de desarrolladores finlandeses de aplicaciones para móviles radica en la difusión de servicios de distribución digital, como la App Store.
“Finlandia atesora una larga tradición en el sector global de los juegos, pero la revolución en la distribución digital nos facilitó el acceso al mercado internacional, algo que resultaba enormemente difícil en épocas pasadas, con las tiendas de juegos «de carne y hueso»,” dice Sinerma.
También cree que hay otros motivos que explican el éxito de Finlandia en el campo de las aplicaciones para móviles: ciudadanos con amplios conocimientos técnicos, larga experiencia en tecnología para móviles inspirada en Nokia y altos niveles en su sistema de educación.
Las instituciones se mueven lentamente
El crecimiento de los juegos como un fenómeno mediático ha empezado a suscitar lentamente el interés del sector educativo. Según el profesor Frans Mäyrä, jefe del Laboratorio de Investigación sobre Juegos de la Universidad de Tampere, una nueva generación de investigadores aficionados a los juegos trajo consigo un auge de la actividad en este campo en los primeros años del siglo XXI, pero esto no duró demasiado tiempo.
“A los pocos años, la gente se dio cuenta de que las instituciones no avanzan al mismo ritmo y que los puestos académicos pagados y disponibles en los estudios relacionados con los juegos siguen siendo escasos”, explica Mäyrä. “Finlandia es un país vanguardista en el progreso de este sector pero, sin embargo, existe una clara necesidad de mayor financiación y mayores oportunidades laborales en este terreno”.
Y las universidades no son las únicas que han tardado en comprender la importancia de los juegos, afirma Mäyrä. “El gobierno también ha reaccionado tarde ante el gran abanico de posibilidades que ofrecen”, añade Mäyrä, “ya que varios países han obtenido una clara ventaja competitiva a través de la concesión sistemática de subsidios y demás ayudas a estas empresas”.
Mäyrä cree que el futuro de los juegos en Finlandia pasa por la actual transición hacia la distribución digital y hacia los modelos “free-to-play”:
“El auge de los juegos para móviles y el crecimiento de los ecosistemas en su conjunto, ecosistemas donde las experiencias con los juegos superan ampliamente los límites del propio dispositivo, también son tendencias llamadas a transformar el panorama del desarrollo de los juegos en el futuro”.
Por Lassi Lapintie, enero de 2013