A no ser que hayas estado viviendo en otro planeta, estarás enterado de que los vertederos del mundo están congestionados por verdaderas montañas de desechos plásticos, montañas que además se están abriendo paso hacia los ríos y los océanos. Los daños medioambientales causados por semejante desperdicio están dando lugar a una situación realmente crítica.
La presión para dar con alternativas viables y ecológicas al plástico desechable de los envases que contienen, protegen y prolongan la vida de los alimentos y otros productos, es cada vez mayor.
En octubre de 2018, el Parlamento Europeo aprobó la prohibición de una lista de productos de plástico de un solo uso, además de otra serie de productos de plástico cuya reducción ya ha sido programada, aunque sin una prohibición completa.
Parece que a aquellas empresas que sean capaces de ofrecer alternativas convincentes al plástico, en cantidades suficientemente grandes y a un precio asequible, les espera un brillante futuro. Finlandia alberga a varias que ya le han echado el ojo al trofeo. Una de las más conocidas es Sulapac, que produce un innovador material de embalaje que lleva el mismo nombre. Argumentan de manera convincente sobre la sostenibilidad, y la madera que utilizan ha crecido en bosques nórdicos gestionados.
“En comparación con el plástico, la mayor ventaja de Sulapac es que es 100% biodegradable y no contiene microplásticos”, nos explica Suvi Haimi, directora general y cofundadora de la empresa. “Sulapac supera a otras alternativas sostenibles en términos de velocidad de biodegradación, huella de dióxido de carbono, propiedades de barrera y una apariencia que es única”.
Los consumidores son los que impulsan el cambio
“Los fabricantes de plástico pueden seguir utilizando la maquinaria que ya tienen con nuestro material, por lo que solo hacen falta inversiones mínimas”, asegura Suvi Haimi. “Las soluciones de Sulapac son resistentes al aceite, al agua y al oxígeno, y todas se biodegradan completamente, sin dejar restos de microplásticos”.
Las grandes marcas, especialmente de cosmética, están mostrando interés en los materiales de Sulapac, aunque las primeras abanderadas han sido unas cuantas marcas finlandesas más pequeñas, como Niki Newd y Atopik, dos de las empresas que venden sus productos para el cuidado de la piel en envases de Sulapac.
“Con el tiempo los consumidores son los que impulsan el cambio, exigiendo mejores alternativas sostenibles, así que opino que las marcas pioneras serán las ganadoras”, añade. “Ya hemos ampliado nuestra gama para incluir también productos alimenticios, y vendrán más. Nuestro primer cliente del ramo de la alimentación ha sido Fazer, en Finlandia. También estamos creciendo más allá de los meros envases, ya que los fabricantes pueden trabajar nuestro material con la maquinaria de la que ya disponen y crear juguetes, productos electrónicos de consumo o productos de higiene, por ejemplo”.
Afirma que a algunos consumidores les resulta difícil entender qué es lo que hace que un producto sea verdaderamente sostenible. “Por ejemplo, la mayoría de los bioplásticos no son para nada biodegradables y liberan microplásticos que, a la larga, acabarán yendo a parar a nuestro organismo. Nuestra idea es que, para facilitarles la elección a los consumidores, deberíamos redefinir los materiales y dividirlos entre los que están libres de microplásticos y aquellos que liberan microplásticos,. Queremos que las autoridades, especialmente la UE, se esfuercen en dejar claro a los consumidores qué es lo que hace que una opción sea verdaderamente sostenible”.
Una manera sostenible de servir el café
A los materiales reciclables se les está dando una amplia variedad de usos. Como por ejemplo ha hecho Onbone, la compañía finlandesa que ha desarrollado Woodcast, un material no tóxico, autoadhesivo y moldeable, que combina madera y plástico biodegradable, y con el que pueden fabricarse moldes y férulas para inmovilizar miembros fracturados.
Al consumidor no le resulta fácil seguir lo que le dicta su conciencia, sobre todo si se trata de evitar la compra de productos de consumo diario que no vayan envasados o envueltos en plástico. Tomemos uno de los productos más comunes, esos vasos de café que la gente se compra de camino al trabajo. Aunque cada vez son más los establecimientos que ofrecen café orgánico, de comercio justo o de producción sostenible, el siguiente eslabón de la cadena, los vasos desechables, son portadores de una clara contradicción que afecta mucho a los consumidores conscientes: nada menos que esa fina “barrera” de plástico que impide que el cartón se reblandezca con la humedad.
Y precisamente ahí es donde Kotkamills, una empresa finlandesa de la industria forestal, pretende marcar la diferencia, gracias a una alternativa sin plástico. Sus vasos llevan unos productos de barrera reciclables, a los cuales han llamado ISLA. (Otro de los envases de alimentos sin plástico de la empresa, utilizado por ejemplo en las cajas para comida rápida, se conoce con el nombre de AEGLE).
Como nos explica Markku Hämäläinen, director general de Kotkamills, en el caso de los productos ISLA la barrera la forma un revestimiento de dispersión a base de agua. Los productos sin plástico se reciclan con facilidad junto con el papel y cartón normales, y sus fibras de madera pueden reutilizarse por completo.
Un potencial totalmente nuevo para salvar al planeta
“El interés con que han sido acogidos los productos ISLA de Kotkamills ha sido enorme, y el mercado está listo para nuestras soluciones sin plástico”, afirma Markku Hämäläinen. “El envasado para el servicio de productos alimenticios juega un papel importante en nuestros estilos de vida modernos y en constante movimiento. Nuestra misión es hacer que estas soluciones desechables sean lo más sostenibles posible. Hoy en día son muy pocos los elementos desechables que no se reciclan, aun pudiendo hacerlo. De ahí nuestro compromiso con la industria de servicios alimentarios en el desarrollo de unos cartones con barrera que sean fácilmente reciclables”.
Opina que el consumo y el reciclaje son opciones del consumidor, pero los fabricantes deben proporcionar productos que respondan a estos desafíos. “Kotkamills también ha reaccionado desarrollando soluciones de cartón de barrera, diseñadas específicamente para los envases de comida para llevar, alimentos refrigerados y congelados, y productos de panadería. Todas ellas están libres de plástico y pueden reciclarse junto con el papel y los residuos de cartón normales”.
Al igual que el material de Sulapac, que es compatible con los equipos de fabricación que ya están en uso, el cartón ISLA también está diseñado para funcionar con la maquinaria de fabricación de vasos ya existente.
Sulapac se ve a sí misma manteniéndose a la cabeza del juego. “Creemos que nuestro material patentado y su tecnología de fabricación le llevan una ventaja de entre uno y dos años a nuestros principales competidores”, comenta Suvi Haimi. “Toda competencia es buena, ya que acelera el desarrollo de la industria”.
Se muestra optimista sobre el futuro de su compañía: “Siempre he animado a las personas a permanecer abiertas a las nuevas tecnologías, porque se están desarrollando mucho más rápido de lo que pensamos y representan un potencial totalmente nuevo para salvar al planeta de los residuos plásticos”.
Por Tim Bird, noviembre de 2018