En cooperación con museos, teatros y salas de conciertos, el programa Probadores de Arte patrocina y organiza dos eventos por año escolar para las clases que participan en él, uno cerca de casa y el otro un poco más lejos.
Conocido como Taidetestaajat en finés y Konsttestarna en sueco (el otro idioma oficial de Finlandia), el proyecto Probadores de Arte tendrá una duración de tres años académicos, concluyendo en la primavera de 2020. Con cerca de 60 000 estudiantes por grado académico, esto significa que aproximadamente 180 000 niños de entre 13 y 15 años podrán participar en él. Con estas cifras, Probadores de Arte pretende convertirse en la mayor revisión artística que se haya llevado a cabo en el mundo.
La solución de los desafíos logísticos está en manos de una red nacional de coordinadores, miembros de la Asociación de Centros Culturales Infantiles de Finlandia. Una de ellos es Siiri Oinonen, residente en Helsinki.
“Probadores de Arte nació para celebrar el centenario de Finlandia, en 2017”, nos cuenta. El país logró su independencia en 1917. “Cuando se creó la Fundación Cultural Finlandesa en los años 30 del siglo pasado, fueron los jóvenes quienes se encargaron de recolectar las donaciones, yendo de un lado a otro, puerta por puerta, para lograrlo. El capital que recaudaron constituyó el núcleo de la fundación, por eso este proyecto es una forma de devolver algo de aquello a la juventud de Finlandia”.
Salir de la escuela para aprender
En otoño de 2017, los alumnos de octavo grado de la Escuela Secundaria Superior de Meilahti, en Helsinki, asistieron a la representación de Punainen viiva (La línea roja), un espectáculo teatral a cargo de la Red Nose Company. En primavera, estos mismos estudiantes se desplazarán para asistir a otro evento teatral hasta la ciudad de Lahti, situada a unos 100 km (60 millas) al noreste de la capital.
La profesora de arte Marita Brace agradece el alcance del proyecto: “A menudo llevo a mis alumnos a visitar galerías, porque han elegido estudiar arte y están motivados. Sin embargo, Probadores de Arte facilita que los estudiantes con poca o ninguna experiencia previa se involucren en el arte. Además es muy igualitario, ya que los estudiantes de zonas con menos alternativas culturales viajan para poder tener una experiencia artística, a veces bastante lejos”.
La financiación del programa Probadores de Arte proviene de la Fundación Cultural Finlandesa y de la Fundación Cultural Sueca de Finlandia. Una encuesta llevada a cabo por la primera de estas organizaciones, reveló que el 97 por ciento de las escuelas estarían dispuestas a visitar las instituciones de arte con más frecuencia, de no resultarles tan caro.
Jenna, Pihla y Aada, alumnas de octavo grado, han disfrutado mucho de su participación en el programa. “Tener experiencias de aprendizaje fuera de la escuela es algo que viene bien de vez en cuando”, dice Pihla. Aunque las tres son curtidas aficionadas al teatro, la experiencia de ir a ver algo que ellas no habían elegido les ha resultado refrescante y positiva.
Rellenar los espacios en blanco
“La obra me ha parecido… diferente”, nos dice Jenna, y sonríe. “Tal vez algo difícil de entender, pero también interesante por esa misma razón. Me ha hecho pensar”.
Aada se muestra de acuerdo: “Los actores llevaban máscaras de payaso todo el tiempo, y eso me ha parecido interesante, porque he necesitado echar mano de mi imaginación para llenar los espacios en blanco”.
Antes de cada evento, los estudiantes reciben material que les ayuda a prepararse para lo que van a experimentar. Después, los maestros procesan libremente las reacciones con sus estudiantes. Sin embargo, el foco principal está en los comentarios y críticas en línea.
Tras asistir a un evento o exposición, los adolescentes han de rellenar una breve encuesta en el sitio web de Probadores de Arte, sitio que ha recibido múltiples elogios por todas partes. “Parece que han entendido muy bien qué es lo que atrae a los chicos y chicas de este grupo de edad”, afirma Marita Brace.
Las estudiantes están de acuerdo. “Las preguntas de la encuesta me han parecido relevantes, como cuál ha sido nuestro estado de ánimo después de ver la obra, y si consideramos volver”, dice Pihla. También les ha parecido satisfactorio dar su opinión en línea sin que ello haya requerido que escriban demasiado.
Preguntarse, sentir y pensar cosas nuevas
Los resultados pueden verse en los gráficos animados del sitio web Probadores de Arte. Bajo la pregunta, “¿Qué sentimientos te inspiró el arte?”, hay un corazón que se va llenando de franjas de colores, los cuales corresponden a opciones como “felicidad”, “me ha dado lo mismo” y “paz”, cada una acompañada de su porcentaje.
Los estudiantes también pueden escribir comentarios adicionales. Desde el “me ha encantado de verdad”, hasta el “me he quedado dormido”, los comentarios resultan una lectura de lo más interesante.
Siiri Oinonen espera que los espacios de arte involucrados en el proyecto hagan uso de los comentarios al planificar futuros eventos. “Uno de los propósitos del arte es que nos hagamos preguntas, ayudarnos a sentir y pensar cosas nuevas”, dice. “Habitualmente los eventos solo tienen en cuenta al público adulto. Por supuesto, nos aseguramos de que el tema sea adecuado para los alumnos de octavo grado, pero tampoco simplificamos nada. Queremos desafiar un poco a los estudiantes, pero también facilitarles la búsqueda del arte por sí mismos”.
Aada, Jenna y Pihla recomiendan el proyecto Probadores de Arte. “Valoro mucho el arte, de verdad, y me gustaría que los demás también tuvieran la oportunidad de descubrirlo”, afirma Jenna.
Por Joanna Nylund, noviembre de 2017