La recién estrenada Casa de la Música de Helsinki, que abrió sus puertas el 31 de agosto de 2011, ha recibido ya las aclamaciones de músicos y asistentes por su acústica de vanguardia.
La espera de los finlandeses aficionados a la música clásica ha llegado a su fin. Anhelaban disponer de una gran sala de conciertos, con una acústica adecuada para servir de sede de las dos orquestas clásicas más importantes de Helsinki: la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa y la Orquesta Filarmónica de Helsinki. «Tras 20 años de trabajo, nuestros sueños se han hecho realidad», asegura Helena Hiilivirta, directora de la Casa de la Música de Helsinki.
«Nuestro objetivo era crear un centro cultural vivo para todo el mundo, un punto de encuentro en el centro de la ciudad. Nos encontramos a medio camino entre la estación del ferrocarril y la calle principal, Mannerheimintie», añade.
La agradable cafetería de la Casa de la Música, la pequeña tienda de discos, la zona de exposiciones y los ensayos abiertos al público deberían llamar la atención de visitantes ocasionales. Además, Hiilivirta se muestra satisfecha de que la fachada reflectante acristalada de la Casa de la Música haya despertado el interés de los skaters y los bailarines callejeros que merodean las zonas pavimentadas y de césped de sus alrededores, y tiene la esperanza de que pronto se aventuren a entrar.
Envueltos en un sonido excelente
Los dos objetivos principales de los arquitectos artífices del proyecto eran crear un edificio que estuviera en armonía con el paisaje urbanístico que lo rodea, en el corazón de la capital finlandesa, así como lograr un auditorio cuya acústica lo situara entre los mejores del mundo, con la ayuda de los especialistas japoneses de Nagata Acoustics.
«Optamos por materiales y estructuras acústicas de calidad contrastada y por una distribución de los asientos a modo de viñedo en terrazas. El público rodea a la orquesta, como ocurre en el famoso auditorio de la Filarmónica de Berlín, si bien cada sala de conciertos debe contar con un diseño acústico exclusivo», explica Yasuhisa Toyota, experto en acústica.
Los paneles de abedul oscuro en microshape que recubren las paredes del auditorio principal han sido diseñados para difundir el sonido y evitar el eco, a la vez que dan al público finlandés la sensación de estar sentados en una gigantesca sauna de vapor tradicional. La disposición de los asientos agrupa al público en conjuntos intimistas orientados hacia el escenario, revestido de madera de pino clara, que destaca entre el resto de elementos oscuros.
Toyota se enorgullece de describir la acústica de la sala como clara y rica. «Hoy en día, las grabaciones en CD son de una calidad excelente y permiten al oyente escuchar con nitidez todas y cada una de las notas, de modo que resulta frustrante no poder disfrutar de una experiencia comparable en un auditorio», prosigue.
Clases magistrales para músicos emergentes
Además del auditorio principal, con un aforo de 1700 personas, la Casa de la Música dispone de cinco salas pequeñas de conciertos en el nivel inferior, así como de varios espacios en los que los artistas pueden ensayar o descansar.
Por otro lado, la Casa de la Música es la nueva sede de la célebre Academia Sibelius, encargada de formar a la joven elite de la música finlandesa. «Además de las nuevas aulas y estudios, es para nosotros un placer poder ofrecer a los estudiantes la posibilidad de interactuar y colaborar con músicos profesionales, así como de participar en sus clases magistrales», cuenta el rector de la academia, Gustav Djupsjöbacka.
Entre los actos más destacados de la temporada inaugural de la Casa de la Música están el concierto de gala con obras de Rachmaninoff a cargo del pianista armenio Denis Matsuev, junto con la Filarmónica de Helsinki, y un espectáculo del excepcional grupo de rock finlandés Apocalyptica, que cuenta entre sus componentes con violoncelistas formados en la Academia Sibelius.
Las entradas para los conciertos de otoño están casi agotadas, puesto que los finlandeses amantes de la música tienen mucho interés en ver (y escuchar) con sus propios ojos la nueva Casa de la Música, que ha costado 188 millones de euros.
Por Salla Korpela y Fran Weaver, septiembre de 2011