Dalia Stasevska es una directora consumada cuya carrera está alcanzando nuevas alturas. Lauri Porra es bajista y ha ido de gira por todo el mundo como miembro de la banda de power metal Stratovarius, además de con otros grupos.
También es un compositor que combina con flexibilidad los giros estilísticos de la orquesta sinfónica clásica con otros estilos musicales. Se siente igual de cómodo con el jazz, las bandas sonoras y la música de concierto.
Stasevska es la primera música profesional de su familia. Porra pertenece a la cuarta generación de músicos de la suya.
“Admiro el entusiasmo de Finlandia por las ideas extravagantes”, dice. “Se expresa en conceptos artísticos originales y proporciona al mundo combinaciones de géneros completamente nuevas, ya sea un cantante de ópera o un violonchelista tocando en una banda de heavy”.
“Los finlandeses siempre están inventando algo extraño, algún giro loco realmente emocionante”, agrega Stasevska.
Fuertes raíces musicales
Stasevska llegó a Finlandia a los cinco años. Sus raíces familiares se encuentran en Ucrania y Lituania. Comenzó la carrera de violín, pero durante sus estudios en la Academia Sibelius cambió a la viola y finalmente terminó como directora.
“Mi abuelo ucraniano fue un famoso escultor y mis padres son artistas visuales, pero la familia aprecia también otras disciplinas culturales”, dice. “Mi padre incluso estudió piano, además de artes visuales. Era perfectamente lógico para ellos ponerme un violín en las manos y decirme que esta sería mi profesión”.
“Y acertaron. Me encantó tocar desde el primer momento. Era un mundo nuevo para mí, del cual mis padres no sabían nada”.
Stasevska estudió dirección con dos legendarios directores finlandeses, Jorma Panula y Leif Segerstam. En 2012 se graduó con las máximas calificaciones en la Academia Sibelius.
Ha estado ocupada ejerciendo de directora en los países nórdicos y otros lugares de Europa. A principios de 2019 se convirtió en la directora invitada principal de la Orquesta Sinfónica de la BBC, una de las más prestigiosas del mundo.
La madre de Porra es oboísta retirada y su padre es músico aficionado de jazz. Su abuelo era director de orquesta. El padre de su abuela fue el famoso compositor finlandés Jean Sibelius, quizás el sinfonista más importante del siglo XX.
“Para mí fue muy positivo haber nacido en el seno de una familia en la órbita de un compositor importante”, dice Porra. “Ante todo, significó crecer en un ambiente que veneraba el arte y la música, y en el que la gente entendía que la música podía ser una profesión. Me puse a buscar mi identidad a través de instrumentos y géneros diferentes. Finalmente encontré mi propio lugar”.
En los últimos diez años ha compuesto más para la orquesta tradicional. Ha hecho las bandas sonoras de ocho películas e innumerables series de televisión. En su álbum Entropia, publicado en 2018, los solistas de la orquesta sinfónica son el propio Porra, en el bajo eléctrico, y el rapero finlandés Paperi-T.
El gran evento en otoño de 2019 fue la primera presentación pública de la Flyover Symphony, compuesta para orquesta sinfónica y la banda Flyover de Porra.
“Soy disciplinado en mi forma de enfocar el trabajo, y la mayor parte de mis composiciones siguen el principio de aprender ganando”, dice. “Afortunadamente, he tenido buenos compañeros a mi alrededor para explicarme cómo hacer lo que quiero hacer”.
“Por supuesto que en casa mantenemos un diálogo constante. Escuchamos la música que uno u otro encuentra interesante y luego la comentamos”.
Las fronteras de género carecen de sentido
Porra no tiene nada en contra de la música de concierto moderna derivada de orígenes teóricos. Al mismo tiempo, considera estimulante que también haya obras que aprovechen todo lo que ha sucedido en la música durante el siglo pasado.
“En realidad, lo uno no excluye lo otro. Es fantástico vivir en una época en la que puedes soñar cosas maravillosas que alguien aceptará tocar y otros estarán interesados en venir a escuchar”.
Stasevska también rechaza la necesidad de clasificarse únicamente como creadora de música clásica “seria”.
“Quiero hacer música y proyectos interesantes”, dice ella. “Quiero ampliar los límites de la buena música. La música de cine puede coexistir con las sinfonías, como también pueden hacerlo la música para juegos o la música folk. Y no hay necesidad de confrontación con artistas que específicamente quieran dirigir, por ejemplo, a Brahms o Bruckner. Esa también es una música fantástica.
“El arte es un enorme terreno de juego que contiene una gran cantidad de talento. ¿Por qué limitarte? Lo principal es que haya producciones, ideas y personas interesantes con las que podamos intentar crear narrativas y experiencias comunes”.
Una nación de escuelas de músicaFinlandia tiene casi un centenar de escuelas de música, una red que ofrece a 60 000 estudiantes —desde preescolar hasta jóvenes adultos— la oportunidad de recibir formación musical reglada con instructores cualificados. Su objetivo es facilitar la recreación musical de por vida, pero un pequeño porcentaje de los estudiantes se matricula cada año en los estudios profesionales. Generalmente, las escuelas de música son financiadas por los municipios o por asociaciones con el apoyo de los gobiernos locales y central. Su labor se complementa en los diversos niveles con la de instituciones educativas públicas y privadas. Los profesionales de la música se forman en una red integral de conservatorios. El nivel superior lo ofrece la reconocida Academia Sibelius, fundada en 1882 y ahora parte de la Universidad de Artes de Helsinki. |
Por Jussi-Pekka Aukia, ThisisFINLAND Magazine 2020