El festival Flow, una cita anual imprescindible en el calendario musical veraniego de Europa desde hace casi 20 años, continúa con la costumbre ya arraigada de apostar por una mayor sostenibilidad y un menor impacto medioambiental.
Esto se traduce en un atento cuidado de los detalles: el festival lleva muchos años exigiendo a todos los establecimientos de comida que incluyan en sus menús al menos un plato vegano y una opción sostenible. En 2022, los organizadores han puesto a día la normativa, permitiendo únicamente opciones veganas, vegetarianas y de productos del mar, sin carnes de ningún tipo. Las medidas también incluían el catering para el personal y los artistas.
Para celebrar el esperado regreso del Flow, nos acercamos para ver a los asistentes que allí disfrutaban del ambiente y la gastronomía. Con las entradas agotadas, el evento de tres días logró reunir a 90 000 asistentes a los conciertos —nada menos que 150 actuaciones diferentes— como los de Nick Cave & The Bad Seeds, MØ, Florence + The Machine, Princess Nokia, Jesse Markin, Gorillaz, Burna Boy, Bikini Kill, Sigrid, Erika Vikman, Michael Kiwanuka, Jamie xx y Fred Again, entre otros.
Hay que probar cosas nuevas
Mientras la edición 2022 de Flow llegaba a su recta final el domingo, dos de los asistentes al festival, Sanna y Mika Borg, que también habían asistido el sábado, disfrutaban de la tarde soleada.
“Hemos decidido empezar nuestro segundo día con un jachapuri”, comenta Sanna. “Nos apetecía probar algo nuevo, y yo no estoy muy familiarizada con la cocina georgiana”.
“Aquí hay un montón de puestos de comida de todo tipo”, señala Mika. “Es una forma excelente de conocer esos nuevos restaurantes que aún no habíamos tenido la oportunidad de visitar”.
Ninguno de los dos es vegetariano, y habían ojeado con antelación algunos de los menús en internet. “Aun así, no me di cuenta de que no se servía carne”, asegura Sanna. “Lo cual me parece muy bien”, añade.
La sostenibilidad va más allá de la simple comida
El Flow Fest siempre ha hecho hincapié en que la comida es algo más que un simple combustible. Concentrarse exclusivamente en la oferta vegana, vegetariana y de productos del mar supone llevar las cosas a otro nivel.
Sustainable Flow (Flow Sostenible), el programa de responsabilidad del festival, lleva el evento por buen camino en cuanto a los aspectos medioambientales y sociales de la sostenibilidad. Además de la comida sostenible, el programa contempla la neutralidad en emisiones de carbono, la electricidad ecológica, la reutilización del 100 % de los materiales, el transporte inteligente, la igualdad, la seguridad, la accesibilidad y, por último, pero no por ello menos importante, la entrega de las donaciones de los asistentes a un fondo para la protección del Mar Báltico. (Enlace en inglés).
Como señala la directora general del Flow, Suvi Kallio, en el comunicado de prensa del festival: “En todo el mundo, la producción de alimentos es una de las mayores fuentes de emisión de gases de efecto invernadero y, de hecho, la alimentación de origen animal es la más perjudicial para el medio ambiente. Por eso nuestro siguiente paso debía ser, naturalmente, dejar de servir carnes rojas y de ave en nuestros restaurantes”.
Prestar atención
De las dos docenas de asistentes al festival con los que charlamos, ninguno se mostró molesto por el nuevo enfoque vegetariano y sin carne del Flow. Algunos ni siquiera se habían dado cuenta y otros parecían encantados, incluso los no vegetarianos.
“Se trata de un gran evento, y es bueno que los organizadores presten atención a las cuestiones medioambientales”, afirma Sanna Borg. “Además, la comida vegetariana que se sirve aquí es realmente deliciosa”.
Los restauradores siguen las directrices para una comida sostenible. En el área del festival también hay surtidores gratuitos para rellenar las botellas de agua, una medida que reduce los residuos plásticos.
Keijo Korhonen, uno de los asistente al Flow, ha probado el poke doble de salmón, con salmón al horno, salmón crudo, verduras y arroz. Para él, los requisitos son el sabor y el tamaño de las porciones.
“Ya sabía que este plato era delicioso, y las raciones son grandes”, dice. Korhonen, que no es vegetariano, estaba enterado de que en el festival no se servía carne roja ni de ave.
“Me parece que es una buena opción, porque es bueno para el medio ambiente”, añade. “Lo más importante es no quedarse con hambre”.
La gente ya está preparada
Para el restaurante indonesio Bali Brunch, centrarse en la comida vegana no ha supuesto problema alguno, porque las opciones veganas ya suponen entre el 30% y el 35% de sus ventas. “En realidad es un porcentaje bastante alto, si consideramos que los platos veganos compiten con la carne de vacuno, de pollo y de cerdo”, señala el restaurador Galih Bulgamin. El menú propuesto para el festival Flow era totalmente vegano: una ensalada fresca y un plato de wok.
“Creo que la organización de un festival es libre de decidir lo que quiere”, afirma Bulgamin. “A nosotros eso no nos importa realmente, porque lo que queremos es formar parte de esto. Es lo mismo que pasa con los impuestos: sabes que quieres disfrutar de la educación gratuita, así que acatas las normas”.
¿Qué opinan sus clientes? “Sólo nos han preguntado por la carne en un par de ocasiones, pero no ha habido ninguna queja”, comenta Bulgamin. “Cuando explicamos que se trata de una norma del festival, todo el mundo lo entiende. Creo que la gente ya está preparada para esto”.
Bali Brunch tiene tres locales en el área de la capital y otro en Tampere, y pronto abrirá el quinto en Ámsterdam (Países Bajos). Esta ha sido la segunda vez que han estado presentes en el Flow, su único festival en 2022. En opinión de Bulgamin, la venta de comida en los festivales es una tarea muy exigente que no siempre resulta muy rentable. “Somos muy selectivos a la hora de dar nuestro apoyo a un festival”, asegura. “Todos los festivales nos parecen geniales, pero a lo mejor no todos encajan con nosotros. Flow nos ha parecido la mejor apuesta”.
Por Anna Ruohonen, agosto de 2022