Visitamos el Instituto de Investigaciones de las Lenguas de Finlandia, la autoridad académica que los finlandeses consultan cuando tienen una duda, para preguntar por ejemplo cómo se incorporaron a su idioma palabras como pankki (banco) y sormitietokone («ordenador a dedos» u ordenador tableta).
En una oficina con vista al Parque Kaisaniemi, un grupo de lingüistas están enfrascados en una acalorada discusión de café sobre si las siglas de los partidos políticos nacionales deben comenzarse con mayúscula o minúscula. Otros temas se leen en una pizarra donde han escrito frases de los periódicos que les han llamado la atención.
La cafetería es el punto neurálgico del instituto, el centro de estudios lingüísticos de los idiomas finlandés, sueco y sami, de la variante finlandesa del romaní y del idioma de señas que se usa en el país. Cualquiera que necesite asesoramiento profesional sobre el uso correcto del finlandés puede llamar a la línea directa del Departamento de Planificación del instituto, al que los finlandeses llaman simplemente Kielitoimisto (la Oficina del Idioma).
La experimentada lingüista Riitta Eronen tiene una posición que no comparten sus colegas de muchos países. «Existe el mito de que nosotros decidimos si un neologismo es correcto como tal, pero en realidad las palabras nos llegan invariablemente a través de usuarios que ya las han adoptado,» dice. «Aun así recomendamos cómo adaptar y usar coherentemente los nuevos términos para que todos puedan entenderlos.»
Las influencias globales en el finlandés moderno
Eronen opina que el finlandés debe adoptar nuevas palabras de otras culturas para apañárselas en el mundo globalizado de hoy: «No seguimos la idea anticuada de tratar de mantener ‘puro’ al finlandés defendiéndolo de las influencias externas. Esto aislaría artificialmente al idioma».
Explica que sorprendentemente en el finlandés moderno quedan muy pocas palabras originadas en la ancestral lengua finoúgria. A lo largo de la accidentada historia del país su idioma ha absorbido vocablos de los de las lenguas de las metrópolis o de las culturas dominantes, especialmente de las familias nórdicas, germánicas, bálticas y eslavas, y actualmente del inglés, aunque también se advierte una reciente ola de importaciones de Asia como manga, tsunami y tai chi. «Es increíble lo multiculturales que son los jóvenes hablantes actuales del finlandés, especialmente en áreas urbanas. Hablan adoptando y adaptando creativamente palabras de diferentes fuentes», dice Eronen.
Préstamos retorcidos
La población suele alterar los vocablos importados para poder pronunciarlos más fácilmente. Añaden una vocal de apoyo al final, en general la i, y a veces duplican las consonantes (hattu, derivado del inglés hat, sombrero). El finlandés casi no usa las letras b, c, d, f y g, y así los préstamos lingüísticos suelen sustituirlas por sus equivalentes finlandeses más cercanos: p, k o s, t, v y k respectivamente. Estos procesos explican que la palabra pankki se haya derivado en tres etapas del inglés bank (banco).
Aplicando esta lógica al revés, usted podrá deducir lo que significan los siguientes préstamos lingüísticos, inicialmente indescifrables (las respuestas están al pie del artículo):
1. bussi 2. kahvi 3. kulta 4. lankku 5. matto 6. tohtori 7. pihvi 8. pallo 9. kuraattori 10. hevimusiikki
Ciertas palabras familiares también pueden adoptar pronunciaciones o desinencias inescrutables como liisaus (de leasing, arriendo), brändätä (de brand, crear una marca) y downshiftätä (de downshift, desacelerar). Para confundir aun más las cosas, cuando los finohablantes se enfrentan con grupos consonánticos trabalenguas como str pueden simplemente comerse las primeras letras. La palabra ranta, que significa playa, deriva de una palabra sueca que también existe en Inglés: strand.
Inventos fallidos y finnglish
A veces las palabras adoptadas como telefooni / telehvooni y kompuutteri (teléfono y computadora) no logran afianzarse y el pueblo impone otras de su propio idioma como puhelin (dispositivo para hablar) y tietokone (máquina del conocimiento). A la Oficina del Idioma le piden constantemente que apruebe palabras inventadas racional o creativamente, o seleccionadas en concursos. Ejemplos recientes son kännykkä (teléfono celular), pehmelö (smoothie) y sormitietokone (ordenador tableta).
A medida que nuevas palabras y expresiones se van estableciendo, la Oficina del Idioma las incluye en el Nuevo Diccionario del Finlandés Moderno. Este diccionario «oficial» contiene casi 100.000 entradas y se actualiza regularmente. «Pero en última instancia no somos nosotros quienes creamos el idioma aquí en la oficina, sino todos los que están ahí afuera usándolo de manera creativa», concluye Eronen.
La integración lingüística es, por supuesto, un proceso bidireccional. Algunas palabras originales del finlandés o del sami se han incorporado al inglés, entre ellas sauna, la más famosa, pero también rapakivi (un tipo de roca granítica), aapa (una especie de pantano del Ártico), tundra y la expresión irónica cóctel molotov, inventada por los soldados finlandeses para sus enemigos soviéticos durante la Guerra de Invierno (1939–40).
Respuestas a la adivinanza: 1. bus, 2. café, 3. oro (gold), 4. tablón (plank), 5. estera (mat), 6. doctor 7. biftec (beef), 8. pelota (ball), 9. curador, 10. música heavy
Por Fran Weaver y Carina Chela, agosto de 2011