Finlandia es el sitio de mi felicidad

Cuatro expatriados revelan cómo el hecho de vivir en Finlandia contribuye a su forma de ver y experimentar la felicidad.

La magia de mi pequeña ciudad

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Foto: Outi Törmälä

Neide Oliveira, estrella del fútbol sala, se mudó de São Paulo a Imatra para aprovechar al máximo su deporte con gente de ideas afines.

«Soy una persona tímida pero abierta al mundo. Me gusta experimentar diferentes culturas y conocer gente nueva.

El fútbol sala es mi pasión. Comparto consejos y reflexiones sobre este deporte en las redes sociales y tengo más de medio millón de seguidores. En 2022, el presidente del Club de Fútbol Sala River Vuoksi se puso en contacto conmigo y me invitó a Imatra a jugar y trabajar para el equipo. Sabía que los finlandeses estaban considerados como la nación más feliz, pero también conocía la nieve y el frío del invierno. Después de pensarlo un poco, sentí la necesidad de ir y ver cómo es Finlandia. Fue la decisión correcta para mí. Aquí puedo emplear mi pasión en dar a conocer el fútbol sala femenino.

Vivo en Imatra, en el sureste de Finlandia, donde la población ronda los 26.000 habitantes. Vivo literalmente en el bosque, y me he dado cuenta de que no necesito mucho para ser feliz. Cuando abro la puerta hay árboles y aire fresco. Eso me hace sentir muy agradecida. También he hecho nuevos amigos. Para relajarme, leo libros o escribo sobre mis viajes. Una vez a la semana desconecto el teléfono y a veces voy al lago cercano y simplemente me siento allí. Estoy muy feliz de haberme mudado aquí porque estoy conectada con la naturaleza. En São Paulo había mucha más gente, tráfico y ruido.

Finlandia puede ser fría y oscura durante el invierno, pero la gente aprovecha al máximo cada día saliendo a pasear, pasando tiempo en la naturaleza o yendo a la sauna. He aprendido que la felicidad no se busca. Se vive».

Los dos lados del ser

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Foto: Outi Törmälä

El cofundador vietnamita de una start-up, Jarvis Luong, descubrió que incluso dirigir una empresa puede ser menos estresante.

«Me trasladé a Finlandia en 2016 para estudiar informática, y desde hace tres años soy cofundador de Reactron Technologies. En mí hay dos lados. Uno proviene de mi origen asiático, que pone mucho énfasis en la educación y los logros profesionales. Siempre me dirijo hacia el siguiente objetivo.

El otro lado de mí, el personal, está influido por Finlandia. Significa que estoy plenamente satisfecho con la situación actual. Puedo dormir hasta las ocho o las nueve y disfrutar de una mañana tranquila antes de ponerme a trabajar. Puedo viajar cuando quiero, y comparto mi vida con una persona cariñosa. Estoy contento con mi vida tal como es.

Cuando estaba en casa, en Hanoi (Vietnam), seguía mucho más las redes sociales y las tendencias, lo que a menudo me hacía sentir que me estaba perdiendo algo. Cuando tenía tiempo libre, solía pasar un día entero en un centro comercial con mis amigos.

En Finlandia, mi vida es más tranquila que antes. 
Me gusta hacer viajes por carretera con mi grupo de cinco amigos. He visitado muchos lugares remotos, como Kuusamo y Kilpisjärvi. Nos relajamos y disfrutamos de la sauna o jugamos a juegos de mesa. Siento paz en la naturaleza porque no tengo que pensar en nada.

El trabajo aquí es relajado porque la gente es honesta. De hecho, este entorno de trabajo hace que siempre me sienta preparado para un nuevo reto».

Un regreso creativo

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Foto: Outi Törmälä

La escritora Mintie Das ha viajado por todo 
el mundo, pero Finlandia es el lugar dondefloreció su creatividad.

«Nací en la India y he vivido en todo el mundo. Cuando tenía dos años, mi madre murió en un accidente de coche, y mi padre nos llevó a mí y a mi hermano a Estados Unidos y nos crio como ciudadanos universales. Vinimos a Finlandia cuando yo tenía 13 años, y acabó cambiándome la vida. Nunca antes había sentido tal sensación de comunidad, de pertenencia.

Me encanta la capacidad de los finlandeses para reírse de sí mismos, y su cultura humilde pero sin tonterías. Incluso me encanta la melancolía. Aquí se trata de cosas sencillas, como un paseo por la naturaleza. La felicidad no es forzada, sino verdadera satisfacción.

Tuve una exitosa carrera en Relaciones Públicas en Estados Unidos, pero hace 13 años me divorcié y volví a  Finlandia para ver si era tan bueno como recordaba. Mi pasión es escribir, y aquí conocí a editores increíbles a través del trabajo. Aprendí el arte de la escritura creativa y encontré mi voz.

Vivir aquí es un privilegio. La educación, el transporte público, la sanidad gratuita, todo eso funciona. Puede que los finlandeses no se te acerquen, pero yo me he acercado a todo el mundo y he hecho muchos amigos así. También conocí aquí a mi marido que es músico.

Cuando te trasladas a un nuevo país puedes ser un extraño o dejar que la cultura te moldee. Cuando llegué a Finlandia, empecé a cuestionar mis propios valores y abracé mi lado creativo. Siempre digo que mi corazón es indio, mi espíritu americano y mi alma finlandesa».

Descubriendo el “sisu”

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Foto: Outi Törmälä

Vivir en Finlandia ha hecho que la peruana 
Vanessa Cueva Pastor De Valtonen sea más 
abierta de mente.

«Me graduaré de la escuela de enfermería el año que viene. Cuando estaba en Lima, Perú, estudiaba odontología y estaba muy estresada. Estaba preparada para estar bajo mucha presión aquí también, pero estudiar es más relajado, y el horario flexible me ha permitido trabajar a tiempo parcial en un hospital.

Cuando me trasladé aquí hace cuatro años, era invierno y no podía salir fuera más de cinco minutos porque hacía mucho frío. Ahora, ya me he adaptado al clima y salgo a correr aunque haga mucho frío. Mi lugar favorito es Laponia durante el invierno: es increíble lo silenciosa y tranquila que es. Creo que los finlandeses son felices por la calidad de vida, la seguridad y la igualdad de género: 
todos tienen las mismas oportunidades. También hay mucha naturaleza, la conciliación de la vida laboral y familiar es buena y tienes vacaciones pagadas. Todas esas cosas contribuyen a la felicidad.

Vivir aquí me ha cambiado en muchos aspectos. La gente es relajada y siempre directa. Me gusta esa actitud. Mi pareja es de Finlandia y vivimos en la capital, Helsinki. 
A los finlandeses les encanta el café y yo también he aprendido a disfrutarlo. A menudo paso tiempo con mis amigos en cafeterías o paseando por la ciudad, pero también he aprendido a apreciar el tiempo a solas.

Vivir aquí me ha hecho más abierta de mente. He descubierto que las personas pueden ser quienes son. He aprendido la importancia del reciclaje y he descubierto el “sisu”, la actitud de no rendirse. Ya no dejo que los pequeños disgustos me depriman».

Texto Laura Iisalo, ThisisFINLAND Magazine