Los motivos por los que vienen estudiantes a Finlandia son de distintas índoles: disfrutar del mejor sistema educativo de Europa; explorar alguna terra incógnita, o por pura casualidad.
La mayoría de los estudiantes extranjeros saben poco acerca de Finlandia y su sociedad. Sin embargo, tras el choque cultural inicial – severo en algunos casos, en otros menos – logran por general ubicarse, asentarse y pasarla bien.
«Tomé la decisión de ir de intercambio a Finlandia, dado que este país es tan diferente de todos los que conocía», dice Sabine, estudiante en ciencias de los medios de comunicación. «También pesa el que Finlandia sea considerada el mejor país del mundo. Quería comprobarlo por mí misma. Y además quería, una vez en mi vida, pasar un largo invierno.»
La austríaca que habla es una de tantos estudiantes que vienen a Metropolia, la mayor universidad de ciencias aplicadas de Finlandia, cada año como parte del programa Erasmus, y de otros programas de intercambio.
Metropolia disfruta en el extranjero de una excelente reputación. Deanna, estudiante americana en diseño, siguió su mentor, la diseñadora finlandesa, Merita Soini, en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Helsinki. «Merita dio un cursillo en mi universidad, en Tennessee, y nos entendimos de maravilla en cuestiones de diseño. Además, Helsinki ha sido elegida Capital Mundial del Diseño. Un lugar, en donde el diseño está en todas partes, es obvio que uno desea conocerlo. »
Estudiantes de todo el mundo
Finlandia capacita a más de 20 000 estudiantes internacionales cada año, de los cuales 9 000 a través de un intercambio. La proporción de estudiantes alemanes, franceses, españoles e italianos es particularmente elevada. Además, según el Centro de Movilidad Internacional (CIMO), más de 14 000 estudiantes internacionales, regulares, en su mayoría de Rusia y China, acuden a las universidades finlandesas, incluyendo a las de ciencias aplicadas. Y aunque la enseñanza se imparte normalmente en finés o sueco, al menos 300 carreras o estudios universitarios ofrecen clases en inglés.
La periodista en ciernes Sarah es de Tanzania. Su universidad la mandó a Finlandia para premiar sus logros académicos. «Me hubiera gustado quedarme más tiempo», dice Sarah, hablando de Metropolia. “Estoy muy impresionada por el sistema de educación y lo bien equipado que está todo; también por la seriedad con la que se loman los estudios aquí; la educación es práctica no tanto teórica como en mi país. Además, ¡hay que ver cómo los docentes o los compañeros te ayudan si tienes un problema! Resultado, uno sale adelante y no se siente desamparada.”
La norteamericana Deanna abunda en el mismo sentido: “¡El sistema educativo aquí es muy tranqui! Esto crea una buena dinámica entre profesores y alumnos.»
Leandra, que es alemana y viene de la Universidad de Hannover, puntualiza: «El sistema educativo finlandés es el mejor en el mundo, razón por la cual siempre destaca en la franja superior de las estadísticas del estudio Pisa. Aquí, los estudiantes permanecen también en contacto con la realidad. Uno puede soltarse un poco, y darle cierta rienda a su creatividad; esto hace ameno el aprendizaje.»
Pero hay también la otra cara de la moneda. Los estudiantes de otros lugares están poco acostumbrados a los pequeños grupos o a la indulgencia de los profesores, como es norma en Finlandia. En otros países, la relación entre profesores y alumnos es más formal, más exigente. «Estar confinados en grupos específicamente para estudiantes extranjeros», dice Leandra, «puede dar la impresión de estar como en una torre de marfil en la que los profesores te mastican todo el trabajo y sólo exigen de ti un mínimo.» Se escuchan con más frecuencia estas críticas por parte de estudiantes europeos. Sin embargo, no en todas las áreas gozan los estudiantes de una enseñanza particularizada.
Barómetro de opinión
La primera encuesta de opinión realizada entre estudiantes a finales de 2010, como parte de una comparación internacional de 23 escuelas de Finlandia, afirma que el 89% de los estudiantes extranjeros que vinieron al país de los cien mil lagos califican su experiencia de buena o excelente.
Quedaron especialmente impactados por todos los equipos de alta tecnología a disposición en las universidades y los centros de altos estudios. Por otro lado, los principales problemas a los que se enfrentan son el costo de vida, muy alto. Especialmente para los estudiantes de países menos adinerados, becas más reducidas y familias que no pueden aportar, hacen que la cuesta sea mucho más empinada.
Choques culturales y climáticos
En muchos países, los estudiantes de intercambio permanecen entre si por falta de contacto con la población. Pero, en Finlandia, muchos estudiantes extranjeros tienen dificultades aún mayores para establecer contacto con los estudiantes finlandeses con los que se codean.
“Nunca pensé que la diferencia entre alemanes y finlandeses fuese tan grande, en cuanto a timidez y recelo por la vida privada. A menudo me he sentido como una intrusa cuando di rienda suelta a mi naturaleza, alegre y vivaracha «, dice Leandra.
Marianne, que es de Namibia, comparte la opinión de su compañera de estudios, con una sonrisa: «Sabe uno que se ha aclimatado a Finlandia, cuando al encontrar una persona que sonríe en la calle se la toma por borracha, tururú, o por americana. De donde vengo, la gente tiene un comportamiento social muy distinto.”
Originaria de Tennessee, Deanna piensa, también, que los finlandeses son reservados. «No es fácil acercarse a los finlandeses, pero cuando se abren a uno, son exquisitos, serios y confiables. Estar con finlandeses es para mí una fuente de inspiración. Su modo de ser es más relajado que el de los estadounidenses, y lo que dicen, lo hacen.»
Hablando del clima: muchos estudiantes de intercambio llegan a Finlandia en invierno, llevan zapatos con suela resbaladiza, usan anoraks demasiado delgados, y más de una vez se los ve titiritar por las calles de Helsinki. Esto es también lo que sucedió con Sarah. «Me sentí completamente abrumada por el clima de este país. En Tanzania, teníamos unos cuarenta grados; aquí, ¡todo era nieve y hielo por donde miraras! »
¿Estarían dispuestos a regresar?
A pesar de las inclemencias meteorológicas y de la frialdad social, la mayoría de los estudiantes de intercambio no se arrepiente para nada de su estancia en Finlandia.
Sabine, de Austria, pasa revista de todo lo que tanto le atrae en Finlandia: «La gente, la comida, el paisaje hermoso, la impresionante flora y fauna, el papel pionero de Finlandia en la protección de la naturaleza y del agua, y en materia de políticas a favor de las mujeres, las comidas escolares saludables y tantas otras cosas «, y añade de seguido: “volveré gustosa, no sólo para estudiar, sino para veranear.”
<p“¡Sí, sí y sí otra vez! Sin duda, quisiera volver. El país ofrece tantas posibilidades y todavía hay tanto por descubrir «, dice también Marianne, de Namibia.
Prácticamente todos los estudiantes extranjeros que fueron entrevistados en Metropolia coinciden en que estudiar en Finlandia, ¡es una pasada!
Por Rebecca Libermann, septiembre de 2011