Tratar la depresión no es tan simple como sanar una pierna rota. Habitualmente, el tratamiento de la depresión se llevaba a cabo a base de medicación y terapia, pero una empresa finlandesa ha desarrollado ahora otro método.
“La depresión es un problema importante, pero mal tratado a nivel mundial”, nos dice Tuomas Neuvonen, Director Ejecutivo de la empresa Sooma. “Estamos muy contentos de poder ofrecer nuevas soluciones a la gente que las necesita”.
Sooma se dedica al desarrollo de dispositivos médicos para el tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos. Su tecnología se basa en corrientes eléctricas muy débiles que estimulan el cerebro, así que además se trata de un método no invasivo.
“Se trata de un dispositivo portátil y fácil de usar”, añade. “Con la ayuda de un gorro y un par de electrodos, el aparato transmite una corriente mínima a través del cuero cabelludo, la cual estimula regiones concretas del cerebro. Tras repetidas sesiones de estimulación, el paciente experimenta una reducción de los síntomas de la enfermedad”.
Por regla general, el paciente suele recibir entre quince y veinte sesiones diarias de 30 minutos en el transcurso de la terapia.
Una colaboración estimulante
Sooma surgió en 2013, cuando sus fundadores se dieron cuenta de que un dispositivo de estimulación cerebral podía lograr que las terapias fueran más accesibles. Crear el proyecto y solicitar su financiación les supuso varios años.
“Ahora estamos en la primera fase de comercialización del producto”, nos explica Tuomas Neuvonen.
Los principales clientes de la compañía son psiquiatras y neurólogos de los sectores público y privado de la salud. Aunque la mayoría de los clientes de Sooma se hallan en la UE, Tuomas Neuvonen está convencido de que tener su centro de operaciones en Finlandia le aporta otros beneficios añadidos a la compañía.
“La actitud de los hospitales y de los médicos finlandeses en lo que se refiere a la colaboración con la industria es muy abierta”, añade. “Los médicos finlandeses tienen acceso a las publicaciones científicas más recientes y están al día en los últimos estudios llevados a cabo en sus campos. La buena infraestructura nacional del sistema de salud y su apoyo son fundamentales en la conexión de las empresas emergentes con el sector de la salud”.
Una imagen reveladora
“El sector de la tecnología médica es, a mi entender, la industria más prometedora de Finlandia”, nos dice Seppo Kopsala, Director Ejecutivo de la empresa Optomed. “Hacen falta conocimientos de ingeniería muy similares a los que se necesitaban para producir teléfonos móviles de primera clase y otros aparatos electrónicos, con la diferencia de que la tecnología médica es más estable y los márgenes de beneficio son mayores. Además, las empresas pequeñas pueden hacer productos de primera clase y obtener grandes éxitos en sus segmentos de mercado”.
Su propia compañía es un ejemplo de ello. Optomed fabrica retinógrafos, es decir, microscopios de baja potencia con cámaras conectadas, que se usan para tomar imágenes de la retina. Además, el dispositivo de Optomed es el único retinógrafo portátil que cumple con las estrictas normas internacionales de resolución. Por otra parte, el dispositivo tiene otra ventaja especialmente importante, ya que se trata de la cámara de este tipo de más bajo costo.
“En el mercado existe una enorme necesidad que aún no ha sido satisfecha”, nos cuenta Seppo Kopsala. “Cada año millones de personas se quedan ciegas. El noventa por ciento de estos casos de ceguera se dan en los países en desarrollo, y un 80% podría ser evitado. Una de las causas principales y de mayor crecimiento en el caso de la ceguera es la retinopatía diabética. Nuestra cámara es la más eficaz para llevar a cabo las pruebas de detección en los casos de diabetes, y también es la que ofrece la mejor relación calidad-precio. Además, con la misma cámara se pueden detectar de manera simultánea muchas otras enfermedades de la retina”.
Un mercado de mil millones de euros
Lograr semejante dispositivo no fue cosa fácil. A Seppo Kopsala y a su socio Markku Broas les costó ocho años, 15 millones de euros en I + D, y cuatro generaciones del producto.
“Nos financian capitalistas de riesgo de Finlandia, Reino Unido, Alemania, China y Suiza. Más del 80% de nuestros fondos de capital provienen de fuera de Finlandia”, añade.
Optomed vende el producto con su propia marca en 30 países de todo el mundo, y también a gigantes de la metrología óptica como Zeiss, Bosch, y Volk. Aunque los mercados más grandes son los de EE.UU., China, la UE y la India, Optomed se está expandiendo activamente por el sudeste de Asia, Oriente Medio y África. En 2015 la compañía obtuvo alrededor de seis millones de euros en beneficios, un cuarto de los cuales procedía de China.
“Desde 2013, nuestros beneficios han ido aumentando del 50% al 100% cada año, y esperamos que el crecimiento continúe de manera similar”, afirma Seppo Kopsala. “Ahí fuera hay un mercado de mil millones de euros que nos está esperando”.
Por David J. Cord, septiembre de 2016