Actualmente, la industria forestal está atravesando una época convulsa caracterizada por el impulso de nuevos productos y modelos de negocio orientados hacia los biocarburantes y hacia el desarrollo de materiales innovadores basados en la madera.
Hoy en día, los edificios de madera también están experimentando un resurgimiento. La sostenibilidad y los problemas asociados al cambio climático constituyen el denominador común de todos los productos de madera de este nuevo periodo.
Finlandia participa en importantes proyectos de inversión de la UE en el marco del uso de la biomasa. El país ocupa un lugar destacado a escala internacional en la investigación sobre bioenergía, biocarburantes y biorefinerías. La agrupación que representa a los bosques finlandeses pretende duplicar el valor de los servicios y productos forestales para 2030 basándose en los niveles de 2006.
En estos momentos, la bioenergía supone una parte importante del negocio forestal. Aproximadamente un 20 por ciento de la energía que se genera en Finlandia procede de la madera, mientras que la industrial forestal nacional produce el 70 por ciento de la energía renovable del país. Entre los productos más simples de los que se nutre la bioenergía figuran los residuos de la tala de árboles, como las ramas, las copas y los árboles de menor diámetro. Sin embargo, la bioenergía se alimenta fundamentalmente de los subproductos procedentes de la industria de transformación de la madera.
Los combustibles fósiles ceden el testigo a los biocarburantes
Los avances más recientes en bioenergía se centran en los biocarburantes: el gas, el petróleo y el diésel. UPM está construyendo una enorme refinería en la ciudad de Lappeenranta, al este de Finlandia. La materia prima será el tall oil bruto procedente de la madera de pino, un material con el que anualmente se producen unas 100.000 toneladas de biodiésel destinado a los vehículos. La construcción de la refinería empezó en verano de 2012 y su puesta en marcha está prevista para 2014.
La unidad Metsä Fibre del Metsä Group, con sede en la localidad cercana de Joutseno, ya está fabricando biogás a partir de la gasificación de astillas de madera y su refinado en biogás, un producto cuya composición es similar a la del gas natural. Fortum, la empresa finlandesa de energía, construirá una planta de bio-oil integrada en la central generadora que posee en la ciudad de Joensuu, al este de Finlandia, con el objetivo de suministrar combustible a los buques de carga. Por su parte, la nueva empresa Green Fuel Nordic finalizará en 2013 las obras de construcción de sus dos plantas de bioenergía en Savonlinna y en Iisalmi, también situadas al este de Finlandia. Ambas instalaciones empezaron a funcionar como centrales generadoras y tienen previsto ampliar su producción a los biocarburantes basados en la madera.
Materiales compuestos y otros avances
Entre los nuevos productos de la industria forestal figuran las microfibrillas, la nanocelulosa, el contrachapado formable, el cartón termoformable y los biocomposites.
Las microfibrillas se obtienen a partir de la celulosa o de la pasta de celulosa. Con las fibrillas es posible producir materiales ligeros y duraderos basados en la madera; materiales que, como el plástico, pueden moldearse. Sus aplicaciones son muy diversas, tanto en el papel, como en tableros, mobiliario, automóviles, componentes electrónicos, alimentos, productos farmacéuticos y cosméticos, y artículos para la construcción. Las fibrillas pueden sustituir a materiales como el plástico, a determinadas sustancias químicas y al aluminio. Sin ir más lejos, un rollo de película transparente fabricado con nanofibrillas de celulosa puede sustituir al plástico que se usa para envolver los alimentos y mantenerlos frescos.
Los materiales compuestos son combinaciones de dos o más materiales; por ejemplo, la madera y el plástico. El woodcast, de la empresa Onbone, es una escayola empleada en medicina y fabricada a partir de astillas de madera y plástico biodegradable. Las escayolas de madera constituyen el avance más espectacular en este campo desde la década de los 70. Por otra parte, los materiales compuestos pueden utilizarse en productos tan diversos como, por ejemplo, los muebles y las piezas de los automóviles, y también pueden fabricarse a partir de materiales reciclados que emplean fibras derivadas de la madera extraidas del papel. La mayoría de los compuestos pueden moldearse y adquirir distintas formas. También destacan por su dureza y por su gran resistencia a la humedad.
La impresión funcional -componentes electrónicos que pueden producirse y ensamblarse de forma rápida y económica mediante una máquina de impresión- es una de las innovaciones cuyo uso ya se ha generalizado. Stora Enso ha desarrollado una aplicación específica para los envases farmacéuticos en la que se combina la información del producto con el historial médico del paciente.
La tecnología NFC (near field communication) se basa en una técnica de identificación por radiofrecuencia a corta distancia que se emplea en los smartphones, los juguetes y los juegos. Permite compartir información entre distintos componentes y objetos. UPM y sus socios colaboradores ya han inaugurado 12 tiendas online que utilizan esta tecnología.
El auge de la construcción con madera
Desde la Segunda Guerra Mundial, los principales materiales para la construcción de viviendas en Europa han sido la piedra y el hormigón. Durante los últimos años, ha aumentado la concienciación medioambiental con relación a los materiales que se emplean en el sector de la construcción. Por lo que respecta a la UE, la conclusión evidente es que la construcción basada en la madera es mucho más sostenible que la que utiliza materiales como el hormigón. Así pues, el objetivo es reducir esta clase de construcciones y aumentar el uso de la madera en la medida de lo posible.
Esta tendencia abre nuevos mercados a los productos finlandeses basados en la madera o procedentes de aserraderos y elementos destinados al hogar. Las casas a medida, en las que el propietario puede elegir entre distintas distribuciones interiores y la vivienda se construye a partir de elementos prefabricados, es una opción plenamente extendida desde hace tiempo y todo indica que continuará creciendo en los próximos años.
En los últimos tiempos, la normativa finlandesa y escandinava sobre seguridad contra incendios ha sufrido distintas modificaciones que permiten el empleo de la madera de una forma totalmente nueva tanto en las viviendas particulares como en los edificios públicos.
Impulsar el potencial que supone la construcción basada en la madera a escala europea tendría una recupercusión enormemente positiva a la hora de frenar los efectos del cambio climático. Solo en Finlandia, aproximadamente el 40 por ciento de los edificios nuevos están construidos con madera. En toda Europa, este porcentaje se reduce a tan solo el 4 por ciento.
Gracias al continuo desarrollo de nuevos métodos y tecnologías, las posibilidades y las aplicaciones de la madera son infinitas, algo que sin duda también garantizaría la futura supervivencia de la industria forestal finlandesa.
Por Vesa Kytöoja, marzo de 2013