Los médicos finlandeses han adoptado un método original y orientado al paciente para hacer frente a un problema sanitario de primera magnitud.
«A veces digo que soy el médico de Finlandia que tiene más motivos para estar en deuda», comenta Timo Joensuu, sentado en la sala de conferencias del hospital oncológico Docrates de Helsinki, con apenas dos años de existencia. Construido en un terreno a orillas del mar con la ayuda de inversores privados, aportaciones de amigos y préstamos solicitados por el propio Joensuu, el hospital se ha consolidado como un modelo en el tratamiento del cáncer orientado al paciente.
El concepto de Docrates, nombre derivado de «doctor» y «Sócrates», surgió del descontento de Joensuu con un modelo de atención sanitaria en el que los médicos mantenían una actitud distante con los pacientes y estos tenían que esperar semanas e incluso meses para comenzar el tratamiento. En enfermedades como el cáncer de páncreas, un retraso de dos meses puede ser fatal y con cánceres más lentos las semanas de espera sólo contribuyen a aumentar la angustia.
En Docrates, los tratamientos suelen comenzar en las 24 horas siguientes al diagnóstico, y los médicos y enfermeras responden a las llamadas de los pacientes durante todo el día. Un centro de salud integrado ofrece servicios adicionales, como programas de ejercicio y nutrición, cursos de maquillaje, masajes y acupuntura. Las habitaciones del hospital tienen vistas al océano y el soleado vestíbulo de Docrates, sin olor a desinfectante, está decorado con sillas de diseño de llamativos colores.
En Finlandia el cáncer se diagnostica a unas 24.000 personas cada año. A medida que la prevalencia sigue creciendo, se pone de manifiesto su naturaleza individualista. Debido a su carácter misterioso, el cáncer deja un halo de inseguridad en las comunidades de pacientes y supervivientes. En los últimos años, instituciones avanzadas de Finlandia como Docrates han empezado a adoptar un método personalizado en la atención al paciente y el desarrollo de nuevos tratamientos. La tendencia emergente de la medicina personalizada puede reforzar aún más la posición de Finlandia en el mapa científico internacional.
Un rico recurso
Uno de los aspectos que motivó a Joensuu a construir el nuevo hospital fue la constatación de que la sanidad pública no contaba aún con recursos suficientes para mejorar el tratamiento oncológico de cada paciente. El primer millón de euros lo aportaron inversores independientes, compañeros y amigos, mientras que la división de seguros de vida del banco Nordea sufragó la construcción del hospital. Docrates sigue siendo de propiedad finlandesa en su totalidad; su propietario principal es Lääkärikeskus, una importante cadena de centros médicos privados de Finlandia.
Como comenta Joensuu, «Con la construcción de Docrates hemos demostrado que podemos recaudar decenas de millones de euros para la investigación y el tratamiento del cáncer. En definitiva, podemos proporcionar inmensos recursos adicionales para este campo médico en concreto. A todo el mundo le preocupa de dónde sale el dinero del tratamiento contra el cáncer, de manera que un hospital privado como éste es una gran oportunidad».
Actualmente, Joensuu trabaja de las seis de la mañana a las ocho de la tarde y sigue respondiendo a las llamadas de los pacientes las 24 horas. Seis médicos a jornada completa trabajan en Docrates y hasta ahora han tratado a pacientes de 25 países. La clínica se ha hecho famosa internacionalmente por ofrecer los tratamientos y equipos más avanzados en un solo centro. Cuenta, por ejemplo, con un acelerador de partículas ciclotrón, un laboratorio GMP para manipular sustancias radioactivas y equipos de imágenes y radiación de tecnología puntera.
Decodificando tratamientos
Más allá de la atención a los pacientes, se está desarrollando un nuevo trabajo para personalizar el tratamiento del cáncer en el Instituto de Medicina Molecular de Finlandia (FIMM), dirigido por la Universidad de Helsinki. El instituto ha empezado a utilizar los abundantes registros de bancos biológicos y genética de Finlandia para investigar fórmulas que determinen los mejores tratamientos contra el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otras patologías.
Recientemente, el grupo de investigación del profesor Olli Kallioniemi comenzó a aplicar información a escala molecular en el tratamiento de la leucemia. Estos métodos de tratamiento personalizado se han utilizado ya en varios pacientes y se espera que los ensayos clínicos del tratamiento individualizado de la leucemia comiencen en 2012, con la colaboración de hematólogos del hospital universitario de Helsinki.
Uno de los grandes desafíos a la hora de renovar los tratamientos es convencer a quienes deben tomar las decisiones respecto a la necesidad de dejar a un lado los tratamientos tradicionales.
«Establecer un nuevo método de tratamiento requiere mucho trabajo, por lo consolidadas que están las estrategias tradicionales», asegura Kallioniemi. Su grupo empezó a trabajar con pacientes de leucemia en estado avanzado porque en este campo se llevaban años utilizando pruebas inmunológicas y genéticas para el diagnóstico y la selección de tratamientos. El ensayo clínico se realizará en pacientes con cánceres avanzados que no respondan al tratamiento, ya que presentar los tratamientos alternativos como primera línea de terapia puede ser arriesgado. Una vez se demuestre la efectividad de la medicina personalizada, podrá aplicarse a pacientes con cánceres menos avanzados.
Kallioniemi añade, «Por supuesto que tenemos que avanzar poco a poco. A medida que tengamos más información a escala molecular, aprenderemos a interpretarla mejor y a utilizarla para seleccionar los mejores tratamientos para cada paciente. Todavía no tenemos una respuesta sencilla a cómo podemos emplear nuestro método con la población en general, porque nuestro sistema sanitario todavía no está preparado para la medicina individualizada. Pero ésta es la dirección que debe seguir el tratamiento contra el cáncer».
Por Laura Palotie, diciembre de 2011