En él se presentan más de 150 actuaciones musicales en nueve escenarios diferentes, hay más de veinte restaurantes que ofrecen comida variada y se celebran varias exposiciones de arte. (Más abajo encontrarás nuestro pase de diapositivas.)
Es urbano, romántico y moderno. La primera quincena de agosto es el momento perfecto para un festival en Helsinki: aunque las noches blancas de junio y julio hayan quedado atrás, los días siguen siendo largos y aún se mantiene la luz estival en casi todo su esplendor.
Desde 2007, el Flow Festival se ha venido celebrando en Suvilahti (que significa “Bahía de Verano”), un antiguo distrito industrial junto al barrio de Kalasatama (Puerto Pesquero), de reciente construcción y en continuo desarrollo.
Suvilahti está apenas a 15 minutos del centro, cerca del barrio más hipster de Helsinki: Kallio (la Roca). Es estupendo poder volver a casa en transporte público o en bici después de un largo día de música y baile. El recinto del festival cuenta, además, con un enorme aparcamiento para bicicletas.
Los organizadores del Flow Festival tienen previsto trasladarse a otro lugar de la capital finlandesa tras la edición de 2024. En el momento de escribir este artículo, el próximo destino sigue siendo un secreto, pero una cosa es segura: que la mezcla única de lo urbano y lo auténtico que da lugar a esa atmósfera envolvente, tan característica del Flow, resurgirá también en la nueva ubicación.
El tiempo vuela en el Flow Fest
El Flow's Backyard es el escenario de los DJ, que alcanza su máximo esplendor al atardecer. Cuando se pone el sol, el ambiente se vuelve más romántico gracias a los farolillos y las luces que adornan los árboles. Foto: Susanna Alatalo
Puede que el entorno conforme el escenario, pero lo que realmente hace que el Flow Festival fluya es la gente, los viejos y los nuevos amigos. Foto: Susanna Alatalo
Durante el festival, la gente suele descansar en una zona que normalmente es un circuito de skate. Es como si las ondulaciones de la pista hubieran servido de inspiración a la hora de dar forma a la carpa del festival. Foto: Susanna Alatalo
Tras las obras de arte puede apreciarse el nuevo distrito de Kalasatama, donde a finales de la década de 2010 empezaron a levantarse edificios residenciales. Foto: Susanna Alatalo
Lo nuevo y lo viejo se mezclan: Detrás de este auditorio hay un edificio bajo de color beige, de principios del siglo XX. Se trata de una antigua central eléctrica que ahora alberga cafés, oficinas y tiendas. Foto: Susanna Alatalo
A la llegada del crepúsculo, la zona del festival se convierte en todo un espectáculo de luz y sonido. Foto: Susanna Alatalo
Los asistentes al festival circulan por las instalaciones, mientras los focos proyectan un juego de luces sobre las fachadas de los edificios circundantes. Foto: Susanna Alatalo
Los edificios más altos de Helsinki están situados junto a Suvilahti, en el distrito de Kalasatama. Foto: Susanna Alatalo
La construcción del edificio redondo situado en el centro, que en tiempos albergó un antiguo gasómetro, se remonta a 1910. Foto: Susanna Alatalo
En la zona llamada Backyard del Flow Festival hay espacio de sobra para pasar el rato. Foto: Susanna Alatalo
El público aplaude mientras el sol se pone lentamente. Foto: Susanna Alatalo
Por Anna Ruohonen, julio de 2023