Unto Hämäläinen, periodista político de Helsingin Sanomat – el diario de mayor tirada de Finlandia -, predice lo que el nuevo Gobierno de coalición del país será capaz, o no, de llevar a cabo.
El 19 de mayo, recién celebradas en Finlandia las elecciones al Parlamento, dieron comienzo las negociaciones entre los partidos para la formación del nuevo Gobierno, finalmente designado el 29 de mayo. El actual Ejecutivo lo forman tres partidos de centro-derecha, el conservador Partido de Centro, el populista Verdaderos Finlandeses y el conservador moderado Partido de la Coalición Nacional, que son además los que más escaños han obtenido en el Parlamento.
Tanto el Centro como la Coalición Nacional son partidos experimentados y curtidos en las lides de gobierno, al contrario que los Verdaderos Finlandeses, presentes por primera vez en primera línea. El nuevo Ejecutivo representa una amplia mayoría, ya que los partidos que lo forman acaparan ciento veinticuatro de los doscientos escaños del Parlamento.
Juego de tronos
El nuevo primer ministro es Juha Sipilä, presidente del Partido de Centro y primerizo en las lides de gobierno. En 2011, Sipilä fue elegido diputado por primera vez, para convertirse tan solo un año después en líder de su partido. A sus cincuenta y cuatro años, Sipilä ha trabajado anteriormente como directivo de empresa y ha sido también empresario en el sector de las TI.
El Centro ha sido el gran ganador de estas elecciones con los cuarenta y nueve escaños obtenidos, una gran diferencia con respecto a los treinta y cinco de los anteriores comicios. El partido llevaba en la oposición desde 2011, año en que sufrió una grave derrota electoral, perdiendo dieciséis escaños.
Sus compañeros en la oposición durante cuatro años, los populistas Verdaderos Finlandeses, fueron los grandes ganadores en las elecciones parlamentarias de 2011, al obtener treinta y nueve escaños. En aquella ocasión lograron superar en treinta y cuatro escaños su resultado anterior de solamente cinco, una victoria nunca vista en la historia electoral de Finlandia. A pesar de ello, el partido se mantuvo en la oposición, en firme protesta contra el apoyo a Grecia y Portugal por parte de Finlandia y el resto de los miembros del Eurogrupo.
En las elecciones de esta primavera, los Verdaderos Finlandeses han logrado conservar el apoyo de sus votantes, obteniendo treinta y ocho escaños. Timo Soini, su presidente durante dieciocho años, es el nuevo ministro de Asuntos Exteriores.
El Partido de la Coalición Nacional, a día de hoy el tercer partido en el Gobierno y, anteriormente, el de mayor representación en el Parlamento y en el Ejecutivo, ha sufrido una dolorosa derrota en las elecciones de esta primavera, perdiendo siete escaños y quedándose con treinta y siete. A pesar de su fracaso, la Coalición Nacional continuará como partido en el Gobierno, y su presidente y ex primer ministro, Alexander Stubb, se ocupará de la cartera de Finanzas en el nuevo Ejecutivo.
Sutileza en las líneas
El Gobierno de Sipilä hará hincapié en la continuidad de la política exterior y de seguridad. Finlandia va a permanecer en su tradicional postura de país no alineado, aunque conservando su capacidad de decisión en cuanto a convertirse en miembro de la OTAN y desarrollando la cooperación militar con Suecia.
A pesar de su deseo de mantener las relaciones con Rusia, Finlandia aprueba las sanciones económicas que la Unión Europea ha impuesto al país vecino, y se declara dispuesta a continuar con estas. Como consecuencia de la guerra de Ucrania, los expertos consideran que la seguridad en el Báltico se halla debilitada, y será evaluada con mayor precisión durante la legislatura. Por ello, en el programa se estipula que: “El Gobierno elaborará un Informe sobre Política Exterior finlandesa y Seguridad, en cuya preparación se incluirá la evaluación de los efectos que una posible adhesión a la OTAN tendría para Finlandia. Además, se elaborará un informe que definirá las líneas en materia de política de defensa para el mantenimiento, desarrollo y operatividad de la capacidad defensiva del país”.
En la parte del Programa de Gobierno referida a la política europea, hay tres declaraciones excepcionalmente importantes:
1) La Unión Europea debe centrarse en los temas más esenciales; no hay necesidad de profundizar en la integración en todos los ámbitos políticos.
2) El Ejecutivo se opone a un aumento de las responsabilidades de Finlandia en la gestión de la crisis del euro.
3) La Unión Europea es una comunidad de seguridad importante para Finlandia. Finlandia apoya el fortalecimiento de la política de seguridad y defensa de la UE y la renovación de la estrategia europea de seguridad.
Una agenda de importantes recortes
En plenas negociaciones para la formación de su nuevo Gobierno, Finlandia ha recibido malas noticias de la Comisión de la UE, ya que, según sus previsiones, la economía finlandesa crecerá tan solo un 1% el próximo año, mientras que en el resto de la eurozona el crecimiento será de un 1,9%. Las inversiones en Finlandia se reducirán por cuarto año consecutivo.
La Comisión considera que Finlandia no va a poder seguir cumpliendo con los criterios de deuda y déficit del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Se prevé que el déficit presupuestario superará el límite del 3%. Además, la proporción entre la deuda pública y el producto interior bruto superará el 60%.
El nuevo Gobierno va a sanear las finanzas del Estado a base de mano dura. Ya se ha decidido un ahorro de 4000 millones de euros que afectará al conjunto del sector público, con excepción de la defensa. Los recortes en bienestar social, sanidad, educación y ayuda a las empresas van a ser significativos.
Además de los recortes mencionados, el Gobierno amenaza con un recorte adicional de 1500 millones de euros, si durante este verano (2015) no logra establecer un pacto social con los sindicatos. El Gobierno quiere convencer a estos para que accedan, entre otras cosas, a un aumento de la jornada laboral sin contrapartida salarial, cosa que, en la práctica, no es sino una reducción de los salarios.
El gobierno estima que la competitividad de Finlandia se ha debilitado entre un 10 y un 15%, quedando por debajo de los principales países competidores y motivando una disminución de la demanda de los productos finlandeses en el mercado mundial.
Los sindicatos acusan al Gobierno de estar llevando a cabo un chantaje unilateral, opinión que también comparte la oposición “rojiverde”, formada por los dos partidos de izquierda – el Partido Socialdemócrata y la Alianza de la Izquierda- y los Verdes.
El verano va a ser largo
Durante las negociaciones de formación del nuevo Gobierno, el presidente del Partido Socialdemócrata y ministro de Finanzas del Ejecutivo anterior, Antti Rinne, acusó al Ejecutivo de Sipilä de poner en peligro la paz social con sus amenazas de recortes aún más grandes que afectarían a las familias con niños a su cargo, estudiantes, pensionistas y desempleados, de no aceptar los sindicatos las reducciones salariales o un aumento de las horas de trabajo.
Ville Niinistö, ministro de Medio Ambiente en el anterior Ejecutivo y Presidente de los Verdes, y Paavo Arhinmäki, Presidente de la Alianza de la Izquierda y ex ministro de Cultura, acusan al Gobierno de traicionar sus promesas electorales, ya que todos los partidos se comprometieron a no llevar a cabo recortes en los presupuestos de la educación, presupuestos que ahora, sin embargo, van a verse recortados.
Los problemas económicos de Finlandia han despertado un gran interés en el mundo académico. El economista norteamericano y Nobel de Economía, Paul Krugman, escribió a finales de mayo y principios junio dos entradas sobre Finlandia en su blog de economía, publicadas en las páginas del diario The New York Times.
Según Krugman, la principal razón de las dificultades económicas de Finlandia es la moneda común, el euro, el cual se ha convertido en la camisa de fuerza que le está impidiendo al país llevar a cabo una devaluación de la moneda cuyo fin sería la recuperación de la competitividad. Krugman recuerda que a principios de la década de los 90 Finlandia logró una rápida mejora de su competitividad gracias a la devaluación del marco. Ahora, debido a que ya no tiene tiene su propia moneda, la única forma posible de restaurar la competitividad será la devaluación interna, lo cual llevará en la práctica a una reducción de los salarios, según pronostica el experto.
Este primer verano va a ser difícil para el nuevo Gobierno, con toda probabilidad. Su objetivo es tener firmado un pacto social para el 21 de agosto, pero en el momento en que escribo el presente artículo, a principios de junio, da la sensación de que va a ser muy complicado llegar a un acuerdo.
Por Unto Hämäläinen, junio de 2015