En Finlandia, la clave de la felicidad reside en la ayuda mutua

En un punto de donación de sangre hemos encontrado un ejemplo del talkoohenki finlandés, el espíritu comunitario de ayuda mutua que, como apunta nuestro vídeo, podría ser uno de los factores clave de la felicidad de los finlandeses.

El Informe Mundial sobre la Felicidad lleva varios años consecutivos designando a Finlandia como país más feliz del mundo.

Aunque suele destacar sela seguridad, la confianza y la estrecha conexión con la naturaleza, hay un ingrediente que se suele pasar por alto: el talkoohenki, un término de nuestro idioma que designa tanto el espíritu de equipo como la colaboración de todos en beneficio de la comunidad.

En 2025, el Informe Mundial sobre la Felicidad puso de relieve algo que es más humano que el PIB o la esperanza de vida: las personas tienden a ser más felices cuando creen que los demás se preocupan por ellas y cuando ellas mismas se involucran en actividades solidarias. Pero, ¿cómo se mide la generosidad no formal, esa que no deja un rastro documental?

El sentimiento de solidaridad

En nuestro vídeo te contamos por qué ayudar a otras persona donando sangre es una de las expresiones más importantes del espíritu solidario.
Vídeo: Erika Benke/ThisisFINLAND.fi

Según el Tilastokeskus (Centro de Eatadísticas de Finlandia), el finlandés medio dedica unas 18 horas al año al voluntariado, menos tiempo que sus vecinos nórdicos. Sin embargo, la cifra no refleja algo que muchos finlandeses entienden de manera instintiva: la ayuda suele llegar o se da de manera menos formal, sin recompensas ni reconocimientos.

El Talkoohenki, que vendría a ser el espíritu comunitario o solidario, consiste en estar ahí cuando hace falta, sin hacer alarde alguno. Serían esos vecinos que arreglan juntos un tejado o adecentan el patio de la comunidad, o un amigo que te cha una mano en la mudanza, conduciendo las horas que hagan falta. Es cooperar, confiar y ser solidario en las acciones.

“Todos los finlandeses sabemos lo que es el talkoohenki, aunque no hablemos de ello”, nos explica Jukka Sierla, de 33 años, jefe de operaciones en una empresa finlandesa de tecnología. “Es simplemente algo que hacemos. Es parte de lo que somos y es lo que marca esa enorme diferencia”.

Sierla lleva donando sangre desde los 18 años. Cree que este simple gesto de dar es una de las expresiones más significativas y valiosas del espíritu de comunidad.

Cómodamente sentado en un sillón del punto de donación de la Cruz Roja, desde el cual puede contemplarse la Estación Central de Trenes de Helsinki, mira pasar a la gente que cruza la calle mientras la enfermera le intruduce la aguja de extracción en el brazo. “Cuando las miro pienso que, tal vez, algún día estaré ayudando a una de esas personas sin saberlo”, comenta. “Y eso me hace feliz”.

Sierla dice que donar sangre le aporta un verdadero significado a su vida: “Es una de las formas más sencillas y tangibles de hacer el bien. Yo lo hago para salvar vidas. Esa es mi motivación”.

Devolver multiplicado por cien

En un día soleado, varias personas caminan en diferentes direcciones por una plaza rodeada de edificios monumentales.

Jukka Sierla, que acaba de donar sangre, atraviesa paseando la Plaza de los Ciudadanos de Helsinki. Al fondo pueden verse el Museo Kiasma de Arte Contemporáneo (izda.) y el edificio de Parlamento de Finlandia (dcha.).
Captura de vídeo de Erika Benke

Su inspiración ha sido su abuelo, que empezó a donar sangre a raíz de que su propia madre necesitara transfusiones de manera regular. “Mi abuelo me dijo que teníamos que devolverlo multiplicado por cien”, dice Sierla. “Cuando me lo contó, supe inmediatamente que también me convertiría en donante. Reservé mi primera cita una semana después de cumplir los 18 años”.

En Finlandia, alrededor del 3 % de la gente que cumple con las condiciones de hacerlo dona sangre: un grupo pequeño, pero constante. La mayoría lo hace hasta cumplir la edad límire, que son los 70 años.

Mientras que muchos países del mundo se ven obligados a lidiar con la escasez de sangre –sin ir más lejos, en 2022 hubo una alerta naranja de la Cruz Roja en Reino Unido, mientras que, ese mismo año, la Cruz Roja de América sufrió una crisis en EEUU–, los informes de los Servicios de donación de sangre de la Cruz Roja constatan que el suministro nacional sigue siendo llamativamente estable y continuado en Finlandia.Detrás de todo esto no hay gestos ni eslóganes que valgan, sino solo gente corriente, personas dispuestas a dar lo que pueden.

Por Erika Benke, noviembre de 2025