Versatilidad fuera de serie
¿Cuántos platos diferentes se pueden preparar con un solo tubérculo? Si ese tubérculo es la patata, las posibilidades son casi infinitas. Las patatas son originarias de la región del actual sur de Perú y noroeste de Bolivia. Llegaron a Finlandia en el siglo XVIII, traídas por hojalateros alemanes. Gracias a los esfuerzos educativos de los primeros entusiastas de la patata y de algunos sacerdotes, se ganaron el corazón de los finlandeses. La idea de una conquista de Finlandia a manos de las patatas resulta tan fascinante que en 2021 se rodó una película cómica (Peruna) sobre el tema.
Hoy en día, las patatas finlandesas se presentan en muchas formas, tamaños y composiciones: hojaldradas, harinosas y feculentas, con su increíble capacidad para transformarse en un puré suave como la seda; pequeñas y firmes para una sopa o un guiso sustanciosos; o tan grandes y sabrosas que pueden cortarse para hacer patatas fritas. Con los ingredientes adecuados, una humilde patata asada puede transformarse en una comida completa y equilibrada. Son increíbles gratinadas con queso, hervidas con buena mantequilla y una pizca de sal, o en sopas de patata.

Las patatas son una opción inteligente desde el punto de vista climático, ya que consumen menos agua, tierra y energía que muchos otros alimentos de primera necesidad.Ilustración: Hilla Ruuskanen
Son una fuente fiable de alimentación en un clima cambiante
En un mundo que necesita desesperadamente opciones alimentarias respetuosas con el medio ambiente, las patatas son una de las opciones más sostenibles. Investigaciones internacionales han demostrado recientemente que las patatas son más sostenibles desde el punto de vista medioambiental que la pasta o el arroz. Están entre los diez cultivos más eficientes en cuanto a tierra y agua y con menor huella de carbono, y son fáciles de cultivar.
Las patatas son resistentes y adaptables y crecen en casi todas partes, lo que las convierte en la planta ideal para cultivar en distintos climas. Con agua y nutrientes suficientes, crecen fácilmente y sin mucho mantenimiento por toda Finlandia, desde los parajes más frondosos y verdes del sur hasta el terreno más duro y menos rico en nutrientes del norte. También pueden cultivarse en un bancal elevado o incluso en un cubo.
Portadoras de comodidad, tradición y alegría
Los platos finlandeses a base de patata son la mejor comida para el alma. Aportan un sentimiento de unión a las celebraciones y un toque de consuelo y familiaridad a las ocasiones tristes. El sabor de las patatas nos lleva en volandas por la vida. El puré de patata suele ser el primer alimento sólido que prueba un bebé finlandés.
Incluir patatas en el banquete de las celebraciones está tan arraigado en la cultura finlandesa que se ha convertido en algo casi intuitivo. En la festividad del Primero de Mayo, los finlandeses celebran la llegada de la primavera con picnics y ensalada de patata. En el solsticio de verano, las primeras patatas nuevas de la temporada adornan la mesa. Y en las bodas, mucha gente opta por un entrante con patatas cocidas y pescado curado en sal. Las patatas también están presentes en los funerales, como ingrediente principal de manjares como el estofado carelio, la sopa de salmón o la sopa de reno.
Tienen – merecidamente – un festival
Cada primavera, los finlandeses amantes de la patata esperan con impaciencia las primeras patatas del verano. En 2011, los entusiastas de la patata de Turku, en el suroeste de Finlandia, decidieron celebrar las patatas de la nueva temporada y fundaron el Festival de la Patata Nueva. El acontecimiento pone de relieve que las patatas no son solo un alimento cotidiano y fiable en la cocina, sino también una especialidad gastronómica única. En el festival, afamados chefs preparan diversos platos, desde delicias de patata salteadas y ahumadas en frío hasta postres de patata.
Según los fundadores del festival, las patatas merecen la misma atención que el vino. Lo que tienen en común las patatas y el vino es que el terroir – el efecto combinado del suelo y el clima – crea sus perfiles de sabor distintivos. Al contemplar la selección de patatas de los supermercados finlandeses, uno no puede más que estar de acuerdo. Hay una patata con características únicas para todo y para todos, como debe ser.

Desde las patatas fritas artesanales hasta las nuevas variedades gourmet, la innovación finlandesa en materia de patatas no para de desarrollarse.Ilustración: Hilla Ruuskanen
Impulsoras de la innovación
Las múltiples posibilidades de las patatas han inspirado a los gourmets finlandeses a desarrollar nuevos productos. Para ver un gran ejemplo de genialidad a base de patata, basta con ir a las islas Åland, un archipiélago autónomo de habla sueca que forma parte de Finlandia. Esta zona es, extraoficialmente, la capital europea de las patatas fritas. Da igual el sabor en el que pienses; seguro que allí lo encontrarás en forma de patata frita.
Una de las innovaciones en patata más conocidas de los últimos años es la patata Frex. Lo que empezó como una cruzada individual para desarrollar la patata perfecta dio lugar a una serie de variedades de patata apreciadas tanto por chefs con estrellas Michelin como por cocineros caseros. La marca Frex hace hincapié en las prácticas agrícolas naturales y sostenibles con el objetivo de producir patatas con un aspecto rústico genuino y un sabor delicioso y auténtico. Estas patatas forman parte de una iniciativa más amplia para volver a las raíces del sabor auténtico y la agricultura ecológica, combinando tecnología moderna con métodos tradicionales para mejorar la salud del suelo y la circulación de nutrientes. Actualmente, en Finlandia se cultivan tres tipos diferentes de patatas Frex. Tapio Knuuttila, el innovador de las patatas Frex, ha declarado que uno de los objetivos de la empresa es crear más empleo en las zonas rurales de Finlandia respetando las tradiciones y los valores naturales.
Texto Veera Kaukoniemi, ThisisFINLAND Magazine