Finlandia es el único país de la Unión Europea donde el número de personas sin hogar ha disminuido en los últimos años. Esto se debe principalmente a una estrategia denominada «La vivienda primero».
Tradicionalmente, la vivienda se ha considerado el objetivo final de un proceso de recuperación social. El concepto “La vivienda primero” le da la vuelta a la idea y sitúa la vivienda en el primer lugar de la lista: cuando tienes un hogar seguro es más fácil volver a ponerte en pie y empezar a poner tu vida en orden. Esto significa que no es necesario estar sobrio para tener una vivienda y que los profesionales de las unidades de alojamiento te ayudarán con los beneficios, las gestiones bancarias y las cuestiones sanitarias.
Como parte del compromiso con el modelo, los antiguos refugios para personas sin hogar se han convertido en viviendas para crear un nuevo parque de viviendas con servicios de apoyo. Desde el lanzamiento del programa «La vivienda primero» en 2008, el número de personas sin hogar en Finlandia ha disminuido en un 30%, y el número de personas sin hogar de larga duración en más de un 35%. El gobierno actual tiene un plan para erradicar el sinhogarismo a más tardar en 2027.
Proporcionar viviendas a la gente suena costoso, pero un estudio del Ministerio de Medio Ambiente finlandés demuestra que en realidad puede ahorrar dinero. Finlandia ha invertido 250 millones de euros en la construcción de nuevas viviendas y en la contratación de trabajadores de apoyo residencial. Al mismo tiempo, el ahorro en asistencia sanitaria de urgencia, servicios sociales y sistema judicial asciende a 15.000 euros al año por cada persona sin hogar.
Leena, 48 años

Foto: Kaisu Kaplin
«Las manualidades y tejer siempre han sido mi fuerte. Mientras vivo en este apartamento para situaciones de crisis en una unidad de asistencia para la vida diaria, hago y vendo mitones, calcetines y suéteres para mis amigos y conocidos. Puedo tejer durante horas y a veces se me pone el cuello tan rígido que me parece hasta gracioso. Hacer cosas con las manos es mi pasión y me hace sentirme segura.
Viví muchos años en el extranjero. Acabé perdiendo mi trabajo y, al cabo de un tiempo, también mi casa. Sólo de vez en cuando había albergues para pasar la noche, y cuando no pude encontrar trabajo, no vi otra opción que volver a Finlandia. Por suerte, conseguí este lugar poco después de mi llegada.
Este piso estaba amueblado, pero lo hice más acogedor con plantas de interior y cortinas. Para mí, el hogar tiene que ser algo agradable a la vista. Me gustaría cambiar esta mesa turquesa por una blanca, por ejemplo.
Este es un hogar temporal, pero como soy perfeccionista, lo mantengo todo ordenado y lo limpio a menudo. Soy cocinera profesional, así que aprecio la limpieza y poder cocinar mis propias comidas. Cuando no tienes casa, qué, cuándo y cómo comes está fuera de tu control.
Tres de las cosas que más me gustan aquí son tener un techo sobre mi cabeza, una puerta que puedo cerrar y una tableta que puedo utilizar para escuchar podcasts sobre crímenes».
Markku, 53 años

Foto: Kaisu Kaplin
«Esta alfombra roja de nudos de lana tiene un gran valor emocional para mí, así que la colgué en el mejor sitio. Es un regalo de boda de mis padres y me recuerda a ellos. No nos hablamos desde hace casi 20 años, pero recientemente nos hemos acerca de nuevo. La lámpara de cristal de sal también es un regalo de mi madre, dice que se cree que sirve para tratar la psoriasis.
Antes de perder mi casa, vivía en un lugar mucho más grande, así que muchas de mis cosas están ahora en un almacén.
Uno necesita un lugar del que pueda salir y al que pueda volver. Cuando tienes una casa, tienes tu propio espacio y tú decides quién puede entrar. En casa puedo descansar y tomarme un respiro.
El reposapiés de cuero es uno de mis objetos favoritos. Paso mucho tiempo en él jugando a la Playstation. Mi favorito es un juego de hockey sobre hielo. Una vez lo jugué durante 14 horas sin parar».
Heikki, 58 años

Foto: Kaisu Kaplin
«Mi sofá es tan cómodo que casi nunca uso la cama. A menudo me duermo aquí con la televisión encendida. La mayor parte de mi vida transcurre fuera, pero por las noches ya no necesito encontrar un lugar donde dormir, puedo dormirme en mi propio sofá y eso es indispensable para mí.
Vivo en este estudio desde hace algo más de dos años. Para mí, tener mi propio espacio y la sensación de control son las cosas más importantes. Puedo decidir si quiero abrir la puerta o cerrarla para protegerme del mundo exterior.
Mi casa es mi refugio, y no me importan tanto las cosas materiales que hay en ella. La mayoría de mis muebles son donaciones y los utilizo sobre todo para amontonar ropa y papeles. Aun así, quería muebles; sería horrible vivir sólo con un colchón.
Estos pases del festival Puistoblues son mi posesión más preciada, y también tengo un montón de carteles de Puistoblues. Soy voluntario del festival desde hace años y disfruto mucho del espíritu de equipo que tenemos con el grupo de voluntarios. Los pases del festival me recuerdan veranos pasados y también los buenos momentos que nos esperan el próximo verano».
Leena, Heikki y Markku son clientes de las unidades del concepto “La vivienda primero” de Rinnekodit. Sus nombres han sido cambiados para proteger su intimidad.
Texto y fotografía Kaisu Kaplin, ThisisFINLAND Magazine